El Señor me dice:

“DEJADME ESE DERECHO”

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21 de mayo de 2012.

 

 

            Pues bien, lista para comenzar nuevamente a rehacer los signos que viví desde el 27 de mayo del 2010, al momento de ese sueño maravilloso, donde con el Papa Juan Pablo II vimos la Concepción Inmaculada de la Santa Madre de Jesucristo, concebida por el Espíritu Santo, el Señor me decía:

            “¡Esta es Mi Madre! Vosotros acabáis de ver en esa pequeña cosa tan brillante, de una luz desconocida y tan cautivante como el perfume que exhalaba de Ella, la Concepción Inmaculada de la Madre de DIOS”.

            Nuestro querido Papa, sin una palabra, se santiguó postrado, ante el descubrimiento de esta “pequeña cosa” que él reconoció al instante.

            Inmediatamente, yo presenté esto a la Iglesia de Roma. ¡Pero ha permanecido sin respuesta!

            Luego, el Señor me advirtió acerca de todo lo que habría de ver más tarde, previniéndome de lo mucho que debería sufrir a causa de los hombres… “¡Tú serás odiada a causa de Mi Nombre!”. Y esto se refiere a todos aquellos que, de cerca o de lejos, se han aproximado a los libros que el Señor me dio a escribir. Fui tratada de “francmasona y hereje”. ¡Incluso algunos, aconsejados por sacerdotes, han quemado mis libros!

            Jesús me ha dicho: “¡Ellos serán librados por rescatarlos!” He tenido una jauría de lobos contra mí. Yo les he perdonado, gracias a DIOS.

            Después las visiones se repitieron, y las más fuertes se sitúan entre los días 4 y 5 de marzo de 2012, cuando el Señor me advierte del fin del “Reino de la vanidad y del orgullo” sobre la tierra. El tren, el último, ya está en camino, tras haber tomado la vía que nos indicó Jesús. Llegamos a la última estación, incluso con los” rezagados”. Quiere decir, tal como somos y donde estemos (nuestras casas). No tenemos más que esperar…

            El Señor es esperado y allí, en donde estaremos, Jesús nos tomará con Él. A los ojos de DIOS, ya estamos todos reunidos (aquellos a quienes el Señor va a llamar), porque estamos en la Antesala del Reino, justo delante del Reino de DIOS.

            Nosotros esperamos al Espíritu Santo… Pero antes, por muy poco tiempo, el último sobresalto, la última revuelta del mal, es decir, el Anticristo, se declara.

            DIOS garantiza que ninguna de Sus almas, ya en la Antesala del Reino, perecerá.

            Para certificar que estamos próximos a los últimos Eventos, el Señor nos indica el Tiempo, por la situación de María, la Madre de la Gran Revelación, el 9 de marzo de 2012.

Todo ya ha sido escrito en el Apocalipsis de San Juan. Jesús subió al Padre en la Ascensión. Actualmente, María está encinta por segunda vez, pero esta vez de nuestra humanidad, esa humanidad que Jesús Le ha entregado antes de Su Muerte en Su Santa Cruz. Ella espera dar a luz a sus hijos, que deben renacer del Espíritu Santo, así como Ella misma ha sido concebida por Él. Jesús nos lo mostró (en la visión del 27 de mayo de 2010, delante del Papa Juan Pablo II). Ahí, nosotros vimos la Concepción Inmaculada de la Madre de DIOS, nacida del Espíritu Santo.

Jesús nos ha dicho que en todo nacimiento, se encuentran el Padre y la Madre. ¿Cómo María, considerada incluso por Su Iglesia como “mujer ordinaria”, podría hacer nacer espiritualmente a los hijos que el Padre Le ha confiado para nacer del Espíritu, siendo su Madre?... María, presa de dolores, sube al Cielo Divino para entregar al Padre todos Sus Hijos que, gracias a Ella, nuestra Madre, se han convertido en Hijos de DIOS, con la misma identidad que Jesús,  quien tomó la misma Arca (María) para venir a la tierra y ser:

 

VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE,

por la Santa Gracia del Espíritu Santo, Esposo y Genitor de María.

 

¡María, sin pecado concebida, ruega por nosotros!

 

            Yo no sé si el Señor todavía nos colmará con las últimas disposiciones del Cielo, con Sus mensajes… pero, aún hablando en parábolas, el Señor nos ha conducido hasta este “Nuevo Nacimiento” que nosotros esperamos cuando Jesús regrese (pronto, si DIOS quiere). Yo agradezco al Señor.

            Yo quería notificarle todo esto a nuestro buen Papa Benedicto XVI, pero Jesús ha retenido mi mano. Yo no sabía por qué no me decidía a hacerlo… Durante más de una semana, he escrito mañana y tarde, recomenzando a cada hora… pero nunca logré expresar lo que quería decir a nuestro querido Papa Benedicto XVI…

            Pero esta mañana, escuché la voz de DIOS decirme: “¡DéjaMe ese derecho!”

 

JESÚS:

            Yo veo el coraje que Mis hijos han tenido en esta tierra para defender Mi Santa Cruz de Dozulé, y Yo no olvidaré a todos los que han servido a esta causa. Al acercarse este “Nuevo Nacimiento”, por el cual DIOS unirá Su Cielo a la Tierra, es necesario que este aviso venga imperativamente de DIOS. ¡Hija Mía, consuélate! Tú has hecho todo lo que Yo te he pedido. ¡Mi Corazón está en el Gozo!

 

Tu DIOS que te protege

Jesucristo en la inmensidad de DIOS

Vosotros sois Mis Elegidos en el Padre y el Espíritu