¡Y SI LA TIERRA SE PONE A
ESPERAR!...
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19 de mayo de 2012.
…En estos momentos,
cuando todo está por hundirse a la vista de algunos, que no quieren tomarse la
molestia de reaccionar, y aún menos de confiar… Si en estos mismos instantes en
que todas las reacciones parecen atraer todo hacia abajo… Si cualquier cosa se
dispone a salir de la sombra, como la pequeña semilla olvidada en la tierra,
que acaba de encontrar su camino, ¡para aparecer a la luz un bello día!... ¿Por
qué no modificar los pensamientos que provocan los sufrimientos? Amando a los demás, nos amamos nosotros
mismos…
Todos estamos llamados a reflexionar sobre las dificultades que
parecen aumentar cada día un poco más en el mundo…
Si hubiese que
comenzar por la Tierra… Si simplemente se tratase de pensar de otro modo, de emplear la esperanza y no la desesperación,
¡el Buen DIOS tendría menos que hacer para que descendiese de los Cielos Su
maravilloso Reino!...
¡Porque Jesucristo es Todo Amor, Él puede
sanar todo y restablecer el orden y la PAZ por todas partes!
Orar, esto es Actuar… ¡Con Confianza y Fe!
Orar con la fuerza
de la Esperanza, es creer que todo va a reentrar en el orden… Esto es esperar… ¡Es creer en la Omnipotencia de DIOS!
¡El resultado puede
alcanzarse aún antes de haber elevado una oración en común! ¡DIOS ve todo!
Hay que pensar en aquellos que sufren, los que están más o menos
lejos, ellos no necesitan que se les compadezca… ellos necesitan que se les
libere de su miseria, adonde les han proyectado la enfermedad, las guerras, los
maltratos…
¿Y si pensáis en
una verdad sensacional: que hoy DIOS permite la curación de todos los males,
gracias a vuestra confianza total?... Sí,
DIOS quiere la confianza total y nadie puede comprender que a Él Le es
simplemente más favorable ver un rostro brillante de esperanza, que un rostro
al que el miedo y la angustia han transformado en una máscara modelada sobre
una cara triste.
La oración es una fuerza
creadora
Ella es como una
moneda que abre la puerta a una “mercancía valiosa” que se paga al momento, o
bien después, o antes, pero que a veces llega antes del pedido… Comprended que,
con todos los diversos pasos que ella conviene para llegar al solicitante, ella responde siempre…
Yo recuerdo, cuando tenía sólo 7 años, una petición que hice
tardíamente a Papa Noel, y que guardaba en el fondo de mí “celosamente”, porque
yo sabía que ante esta alegría que guardaba secretamente entre el “Papá Noel”
que yo llamaba “Pequeño Jesús” y yo, había un secreto todavía mayor y que me hacía
sonreír… ¡Porque yo ya veía toda la escena, y la cabeza que iría a poner a mis
padres!...
¡Supe más tarde que
no había ningún complot entre “Papá Noel” y yo, tan ingenua!...
¡Sin embargo, había
llegado!... (Todos los juguetes habían sido comprados). Estábamos a la espera
para esa misma noche (medianoche), de la visita de Papá Noel, ¡ese Pequeño Jesús que escuchaba todo!
Fue así que, hacia
las 18 horas, yo Le hice esta petición:
“Sé que según mamá, vas a traerme esta noche un
cochecito con la muñeca. Pero yo, sabes, Pequeño Jesús, te dejo todo para otra
niña pobre… Querría un pequeño molino que se hace girar, como el molino de café
de mamá y suena una música: “tac a tac a tac”. Eso es todo.
¡Gracias! Sabes, Pequeño Jesús, ¡van a tener una de esas sorpresas! ¡Todos
quedarán sorprendidos! ¡Eres tan gentil! ¡Gracias de antemano!”
No dormí bien
aquella noche… ¡Por todas partes oía el ruido de pasos y el sonido del pequeño
molino!
Temprano, por la
mañana, quería ver primero lo que contenían mis zapatos, delante del pino…
¡Sorpresa! ¡Ingrata sorpresa!... ¡Había un cochecito con su colchón!… ¡Me
incliné y había también una muñeca! Yo no reía, tampoco sonreía… entonces me
dije: “¡no es posible que Papá Noel no me haya entendido!”
¡Qué decepción!... y más aún para mis padres que me
miraban con los ojos bien abiertos… “¿No estás contenta con tu coche?”
Entonces, todavía
me digo: No es posible que Él me olvide, ¡este Papá Noel!... Era, en ese momento, cuando se jugaba “toda
mi seguridad”. Puse la mano en el fondo del cochecito, levanté el pequeño
colchón, y desde el fondo, mi mano salió triunfante con el objeto tan ansiado:
¡mi pequeño molino que hacía “tac a tac, y tac” y que no paraba de
cantar su victoria con la mía!
Entonces, yo reía
al decirles: “¿así que decís que Papa Noel no existe? Yo le pedí este pequeño
molino después de mediodía y a la medianoche, lo dejó en el fondo del coche sin
que nadie lo advirtiera”.
Entended como lo
deseéis, vosotros que leéis esto. Mas,
la oración de confianza siempre es escuchada por DIOS, aun ante la
ingenuidad de un niño de siete años. ¡Yo
creo en ello! ¿Por qué no vosotros?
Desde los siete
años sé que se Le puede pedir todo a DIOS y que Él nos escucha. Sin embargo,
ese pequeño molino había sido comprado por mi madre aún antes de que se lo
hubiese pedido a DIOS. ¡Yo tenía
confianza!
Roguemos para que este Mundo marche tras
los pasos de Jesús. Solo DIOS conoce nuestras almas, nuestros deseos y
nuestras necesidades.
Esta tarde yo tenía
necesidad de decir que DIOS existe y que Él conoce nuestros más grandes
secretos, nuestros deseos más queridos.
Sí, DIOS conoce incluso los sentimientos de
los niños. Así que, haceos como niños y creed que hasta la faz de la
Tierra, DIOS la puede cambiar… ¡con mucha suavidad!
“Pero orad, hijos Míos,
orad…”, dice
el Señor.
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