DESDE EL DESIERTO, MARÍA LEVANTA VUELO

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9 de marzo de 2012.

 

 

            La Virgen MARÍA lloraba… Ella Se encontraba en medio de un desierto. Estaba encinta y buscaba reposar. Sus lágrimas corrían hasta Su Corazón, “abierto, como El de Su Divino HIJO”.

            Ese Corazón estaba repleto por la “CRUZ”, que Ella recubría con Su manto blanco, que descendía de Su cabeza hasta Su espalda. Su mirada vagaba sobre toda la superficie de ese desierto… Ella seguía bajando hasta la tierra para recoger todas esas Cruces que no cesaban de caer a Sus pies:

 

Los Hombres de la Tierra seguían rechazando sus Cruces

 

            Ella Se dirigió hacia la solitaria iglesia que, recubierta con niebla, apareció súbitamente ante sus ojos. ¡Estaba en medio del desierto! Ese desierto que se cubría ahora de cadáveres rodeados de llamas… Sobre el camino, se veían niños hambrientos, buscando en esa tierra árida, raíces para comer, y se podía percibir a lo lejos, mujeres vestidas de negro que avanzaban hacia esta iglesia; con el pañuelo en la mano, ellas lloraban.

            La Virgen Madre Se detuvo ante la puerta de la iglesia, que estaba cerrada… De repente, como presa de los dolores de parto, Ella partió hacia el Cielo, llorando. ¡Ella era tan bella! ¡La Virgen de La Salette! A la espera de dar a luz a todos Sus hijos: “Sus Hijos de la CRUZ”, que Su Divino Hijo Le entregó antes de expirar sobre Su CRUZ de AMOR.

 Ella llevaba en Su Seno a los Hijos listos para nacer del Espíritu Santo, tal como ha nacido Su primer Hijo:

Su JESÚS de AMOR

 

            La Esposa del Santo Espíritu protegía a todas esas almas que esperaban renacer “espiritualmente”, en el Tiempo de la Gracia, que ya no tardaría en llegar…

Ella comenzó a alejarSe de ese desierto que, en Su Iglesia, la había protegido hasta ahora con Sus hijos, los Hijos del “Padre de Toda Gracia”, escogidos por DIOS.

            Ella ha ido a buscar por todos los Países, esta cosecha Divina, que son las almas del Señor de Todo el Universo.

            Cuando Todos los Hijos del Padre vean el Nuevo Día, ellos estarán sobre una Tierra Nueva.

La Tierra prometida por DIOS.

 

            Aquella que desde el origen del Mundo, los Pueblos han buscado sin aún merecerla. Porque es la Tierra de DIOS, la Tierra de la Herencia del Padre para todos Sus Hijos.

            La Virgen Madre acaba de abandonar el desierto… Ella ve la Tierra consumirse, para despertarSe, Ella Misma en una: “Tierra Nueva”, “porque nada es suficientemente bello, dirá Nuestro Padre de AMOR, para Mis Hijos recuperados”.

 

JESÚS, MARÍA, JOSÉ, los abogados del Señor.

Nuestro DIOS “Vivo”, Padre de Todas las almas.

Amén.

 

  

 

 

 

Recordar el Mensaje del 12/11/2009:

 

            Tú escribirás este fin que Yo te anuncio, en el 4º evangelio, puesto que ya conoces 3. Todo va a comenzar a realizarse a partir del último mes de este año bendito por DIOS.

            Habrá que contar este principio como el primer párrafo de este último evangelio antes del elevamiento de los Elegidos. Corresponde a vosotros haceros Elegidos y merecerlo, Mis hijos queridos del Padre de Toda Bondad.

No tengáis miedo, no lloréis. Bendecid a DIOS que viene a retiraros del horror. No, nadie más inventará refugios, sobre o bajo la Tierra. Todo será socavado por el Mal.

Vosotros habéis olvidado Mis 10 MANDAMIENTOS, dados al hombre de la Tierra para todos los humanos, así como la obediencia al Padre, por Sus 10 Atributos.

No habrá más PAZ que la Mía, ni más Gloria, que la Mía, con la Santísima Trinidad y Aquella que es llamada “la Madre de DIOS” y de los Hombres.

Por María, por Mi Iglesia reconocida, por la obediencia de Todos Mis hijos a Mi llamado Único, el Mal terminará.

Por Mi Iglesia obediente a DIOS, así como por la obediencia de Mis hijos a la Iglesia, a Mi llamado único, el Mal tendrá fin. ¡Preparaos!

He aquí Mi Venida, como una Eterna Primavera, tras este invierno que parece no terminar nunca…

Yo os conduzco. No escuchéis más que Mi Voz. (Atención: escucharéis muchas voces…)

Buscad Mi Camino, porque Yo Estoy en ese Camino. ¡Yo quiero salvaros!

 

Yo Soy el Salvador del Mundo

JESÚS, HIJO del PADRE. DIOS Mismo.