ESTAD PREPARADOS, YO VENGO A GUIAROS
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16 de diciembre de 2009.
Hoy, el Señor viene a hacer
apacentar Su Rebaño en los Altos Pastos, allí donde la hierba
crece más alta y más fresca (después de la temporada seca), allí dónde la
hierba no ha sido pisada, ni ha recibido ningún pesticida.
Las ovejas reencontrarán a su Dueño, El que abre la
marcha y que siempre las ha conducido lejos de las fieras y lejos de toda
agresión.
El sol resplandece y aporta un calor siempre igual y
necesario. Es un aspecto nuevo que se abre. Es
también un refugio, lejos del ruido, lejos de toda agitación malsana, que
podría ahuyentar a todas esas inocentes ovejas, lejos del Dueño. Son inocentes
y frágiles, pero obedientes; no
intrépidas, sino reflexivas.
Adónde irán ellas en estos días tan inciertos, en los
que todos los ruidos son ensordecedores, falsos, inciertos, porque todo habla
de miedo, de locuras asesinas, de direcciones sin ningún sentido.
Helas aquí, sobre las Altas Mesetas. El Amo les ha prometido, además de Su protección
para estos días que vienen, un lugar
todavía más maravilloso, donde la Paz será eterna, donde el agua fluirá
siempre más pura, y sobre todo, donde el alimento tendrá un gusto a miel, un gusto a pan caliente, un alimento que da
fuerza y coraje.
Entonces, todas reunidas junto al Amo, helas aquí a Su
escucha. Todas ellas se abren a Su Palabra y comienzan a comprenderla, con una
facilidad que viene como un viento nuevo, ese viento que ha recorrido las eras,
las épocas, las comarcas.
Oyen un ruido de campanas, semejante a un vuelo de
palomas, que llegan de lejos para aportar la alegría y la Paz de un Tiempo que
nadie ha podido todavía apreciar en su justo valor.
Las ovejas también se sumen en ese pasado, para oír al
Amo decirles: “Yo era, Yo soy y Yo seré
siempre, Aquél que ha nacido del Padre de toda Gracia y de la Madre que Me ha
tenido en sus brazos, para ofrecerMe a todos
vosotros, tendiéndoMe sobre Mi Santa Cruz”.
Mi CRUZ no es aún conocida ni amada por este Mundo,
que se dirige rápidamente hacia un futuro sin salida. Como una cloaca, todos
los Hombres van a encontrarse, todavía más, en todo lo que es material, inútil
y vano.
Van con la cabeza baja hacia un futuro sin porvenir (la tecnología), sin amor, donde reina
sólo el provecho, un provecho cada vez más grande y que aprovecha siempre a los
mismos.
Es con pesar como se ve este futuro, todavía más
nefasto que el actual presente, donde todo reluce con una luz falsa para los
que no pueden descender de su pedestal. Y desde lo alto de su trono, estos
reyes efímeros, perciben sólo una espesa oscuridad donde se debaten siempre los
mismos… aquellos que han sido constantemente olvidados: los pobres, los mal
queridos, los abandonados a su suerte.
Mi CRUZ, poco a poco, se va a elevar en un Cielo
indiferente a esta riqueza que desafía aún a Aquél que viene con esta Paz: “la Paz que es Justicia del Padre y
Misericordia del Hijo”.
Mientras que el Viento del Espíritu destruye todo lo
que es vanidad, orgullo y peligro para una sociedad, sólo la Justicia del Padre
reinará por un tiempo, porque los lobos ya no comerán más ni una sola de Sus
ovejas. Entonces, como por obra de un viento que aspira el Mal, se podrán ver
caer, uno tras otro, los edificios donde
han sido votadas las leyes infames, nefastas, criminales. Se verán derrumbarse aquellos que han guardado en
sus muros a los prisioneros mal juzgados, porque no quisieron seguir sus leyes
“de Hombres de poder”.
Se verán hundirse esos otros edificios que han abrigado a
los hacedores de ángeles, matando al niño y dejando a la madre en el pecado: ¡No matarás!
Se verán caer esos edificios donde se
oye, de lejos, las músicas ensordecedoras, mezcladas con las orgías de toda
clase, en el curso de las cuales no se reconoce, en esos lugares de desenfreno,
ni a la mujer, ni al hombre que DIOS creó a Su Imagen.
Cuando Yo descienda de los Altos Pastos, con Mis
ovejas, protegidas por Mis cuidados, la Tierra será purificada. Depositaré Mis
ovejas en esta Tierra Nueva donde no faltará nada a nadie. Viviré un tiempo con
todas Mis ovejas, dejando luego Mi Ley y Mis Mandamientos, reunidos en un solo
programa: el Amor respetado y vivido, por
siempre, en un presente eterno.
Yo estaré siempre en cada uno de vosotros, porque ya
seréis perfectos, concebidos a la Imagen del Señor, Vencedor de la Muerte.
Entonces, este Planeta conquistado por Jesucristo, os será ofrecido y será
vuestro Cielo de Gloria Eterna, en el Nombre del Señor, que es Rey Divino por
Voluntad del Padre Eterno, Amor de la Humanidad entera, hasta los confines de
esta Tierra.
Este romance de DIOS con los hombres, no se terminará
jamás, porque nada se acaba con DIOS. TODO vuelve a comenzar en Su Eterno
Presente. Esto es un gozo permanente, porque DIOS ama al Mundo y a todos los
que lo habitan.
Palabra Eterna de DIOS.
Dejaos guiar. ¡Hasta pronto!
JESUCRISTO. Amén.
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