LA GRACIA DEL SEÑOR ESTA SOBRE

SUS PROFETAS EL SEÑOR OS HABLA. EL NO ABANDONA

A NINGUNO DE SUS HIJOS

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9 de diciembre de 2009.

 

 

JESUS:

            En Mi Divino Corazón, están inscritas todas las respuestas y cada corazón puede abrirse a esta lectura.

            Vosotros debéis recorrer un camino para pasar de una información a otra; el camino será como un vía crucis, donde cada estación se abre, para leer en ella dónde os encontráis y a dónde vais.

            El camino está en vosotros. Seguidle y leed bien cuanto Yo he inscrito en cada uno de vosotros (en cada estación). Sabed que no se puede avanzar sin el sufrimiento.

 

JNSR:

Señor, por favor ¿qué debo escribir?

 

JESUS:

            Ha llegado el tiempo en que cada signo estará ya en la Palabra escrita. “Si María debe dar a luz a este Mundo, Ella también estará bajo la mirada de DIOS. Ella os conducirá hacia esa Santidad Primordial que hará de vosotros seres de Luz, dignos de tomar el NOMBRE “de hijo del Altísimo”.

Vuestra frente ya lleva la estrella, el signo que os distingue, a cada uno, como un hijo designado a unirse a la fila de los “Llamados”. Es el Padre quien pondrá la CRUZ sobre cada frente que la merezca.

1. Para renacer del Agua y del Espíritu, el hombre vendrá por sí mismo hacia su DIOS. Es la primera etapa: Reconocer a su DIOS, su Padre, en Su Grandeza y en Su Amor y hacerse semejante a la imagen de vuestro Salvador, poniendo vuestro corazón dentro del SUYO.

2. Sentirá así su pertenencia a este Corazón que le ha devuelto la vida, recibida de Su Amor, sobre Su CRUZ del Sacrificio expiatorio. Entonces, Yo lo reconoceré y le ayudaré a comprender mejor quién Yo SOY y quién es él, para merecerMe y para recibirMe.

Yo soy la Vida. Sí, la Vida que Yo os doy, es un Don que hay que merecer, ya deseándolo y aceptándolo con todo vuestro corazón.

3. “Mi Santa Madre” ya está trabajando para prepararos, a cada uno, para recibir el “Nuevo Bautismo del Espíritu”. RogadLe. Ella posa su mirada maternal sobre cada uno de vosotros, y os llama para instruir a vuestras almas y llevaros a estar divinamente preparados porque, el cuidado que Ella aporta es único para conducir a cada uno de vosotros a este Bautismo.

Hay que quererlo y hay que merecerlo. Vosotros estáis, cada uno de vosotros, en este preciso momento, en su escuela.

No tengáis miedo: nadie será forzado y nadie se lamentará, porque ya viene el Reino de DIOS sobre vuestra Tierra.

Esta lucha que tú has comenzado a describir, del Apocalipsis de San Juan, es siempre actual. Nada escapa al Maligno, aún sobre vuestra evolución, que no deja de disputar ante Nuestro Padre de los Cielos. Mas, sabiendo desde hace mucho tiempo que su reino de la Tierra está a punto de acabar, él no puede hacer otra cosa que someterse a la Voluntad del Padre para esperar su fin.

Entre tanto, él es vigilado por todos los Ángeles que hacen, delante de él, el trabajo que DIOS les pide hacer. Ellos están entre vosotros.

El Mundo entero ya está bajo la influencia divina y se somete al viento del Espíritu que ya comienza, en medio de vosotros, a construir todo el plan, tal como el de los arquitectos que diseñan, antes de realizar los edificios que van a levantarse en los sitios que están por aparecer, en lugar de aquellos que están destinados a desaparecer de la faz de la Tierra.

Yo te hablaré a menudo de Mi Santa Madre. Ella misma vendrá para decirte cómo os debéis preparar para presentaros delante de DIOS y delante de vuestros hermanos, porque este Mundo que viene, es un “Mundo de AMOR y de caridad”.

No tengas miedo por nada de lo que hagas, porque el Señor no puede consentir que Su Palabra sea recibida más que en la Santa gracia, como tú misma la recibes.

La elección del Señor está en lo que Él desea, y lo que tú haces, es Su deseo mismo.

Los hijos, que DIOS instruye “mediante Sus Profetas”, no pueden recibir otra cosa que Su estricta Verdad. El camino no será un camino libre de obstáculos. El será el que vosotros debéis seguir, porque, está marcado por los pasos del Señor.

Yo te pido que Me sigas, porque las horas que vienen no estarán desprovistas de trabajo, y el que Me obedece será ya recompensado no teniendo la preocupación de equivocarse.

Poned siempre vuestros pasos en Mis Pasos, siguiéndoMe.

 

¡Gracias, Mi DIOS! ¡Gracias, Santa Madre de DIOS y de los hombres!

 

Hasta mañana, hija Mía.

Jesús y María que te aconsejan. Amén.

Palabra del Señor.