DESDE LA CREACION DEL MUNDO
EL ANTICRISTO ES UNA ENCARNACION DEL
MAL
19 de septiembre de 2009.
Satanás es un espíritu y no un ser de carne. El es el
ángel sublevado de la primera creación de DIOS, pues en primer lugar fueron
creados los Ángeles.
Cuando tuvo conocimiento de la futura Creación de DIOS,
en la cual el hombre tomaría, con el tiempo, una perfección superior a la de
los Ángeles, al punto de asemejarse a DIOS Mismo, su envidia y su odio hicieron
de él el Anticristo, aquél que se ha
encarnado en todas las épocas para luchar contra el Eterno, a fin de reinar
sobre el Universo, para destruir el Plan de DIOS y provocar la caída de toda la
Humanidad.
Él pidió un encuentro con su Creador. Este encuentro no
fue una simple conversación.
Mientras tanto los hombres se multiplicaban sobre la
Tierra y habría de llegar la fecha en la que los humanos deberían escoger, con
plena voluntad, tomar o no esa perfección divina que debía conducirles a “la identidad del HIJO de DIOS”; ahora
que ese momento en el cual todo debe ser cumplido está muy cerca, Satanás dice:
“Yo Te pido, Señor DIOS, el permiso para
probarlos. Tú no estarás orgulloso de ellos, a menos que ganes esta apuesta.
Déjame tentarlos con todas mis promesas. Yo emplearé toda mi seducción. Ellos
se someterán a mi autoridad. Ellos rechazarán Tu Ley y Tus Mandamientos. Tú
permanecerás como espectador silencioso, sin indignarTe
por todo lo que verás y Tú no intervendrás en ningún caso, hasta el fin que ha
sido fijado por Ti Mismo y “que es el FIN de los Tiempos”.
Si yo gano la apuesta de
“que todos los hombres me seguirán”, entonces, Señor DIOS, Tú perderás toda Tu
Creación. Todo será destruido y Tú Mismo Te alegrarás, al reconocer que los
hombres que me han seguido, son destruidos hasta el último de ellos, porque no
eran dignos de tornarse hombres a imagen de Jesucristo”.
El diablo o Satanás sigue diciendo:
“Si yo pierdo, si a pesar de todas mis
intervenciones diabólicas, ellos resistiesen y te escogiesen, siguiendo a Tu
Hijo Jesucristo, si ellos reclamasen Su venida, si ellos gritasen, al punto de
atravesar lo que quedar aún de pie (los árboles, las casas, las montañas, los
valles y todo lo que se llamase “país”) entonces, Tus Criaturas serán dignas de
su DIOS, como Jesucristo que venció la tentación. Ellos serán dignos, entonces,
de asemejarse a su Salvador.
Y, mi DIOS, en cuanto Tú
les des la Identidad prometida, yo me rendiré a TI, confirmando que no hay más
que un Solo DIOS (Padre, Hijo y Espíritu Santo) digno y grande para ser el
Único DIOS de todo el Universo”.