EL DIA DE NUESTRA TRANSFIGURACION
25 de agosto de 2009.
San Luis
DIOS, que habita en vuestro corazón, espera, día y noche,
que la puerta de vuestro corazón se abra, no para entrar, sino para salir, porque DIOS ocupa en vuestro corazón el lugar que
vosotros Le habéis reservado desde hace mucho tiempo.
Ha llegado el tiempo en que DIOS Se revela y sale de Su
silencio.
“Hijo, ¿no sabes que Yo he tenido tiempo de conocerte?
Ahora, tú debes verme, porque la hora ha llegado”.
El Amor que ocupa ese corazón de hijo es como un fruto en
plena madurez. Será la Alegría de DIOS, la que entonces va a abrir esa puerta.
El signo será, para cada uno, el mismo. “Vosotros
diréis SI y DIOS estará delante de vosotros”.
DIOS, como en la Santa Hostia, está en todos los corazones
de Sus hijos, como los panes de la multiplicación.
DIOS está presente en todas partes a la vez, de un
extremo al otro del Mundo.
DIOS sale de los corazones, como de Sus Santas Hostias.
Jesús ya no será más el Prisionero, sino el Rey de toda
la Tierra, que regresa a Él, en herencia, con todos Sus súbditos (Sus hijos
reyes).
DIOS Hijo Se va a encontrar delante de cada hijo.
Vosotros escucharéis estas palabras: “quien Me ve, ve al Padre – quien Me ve,
será semejante a Mí. Tal como Yo os lo
he prometido, vosotros tendréis Mi Identidad”.
Yo
seré semejante a mi Dulce Señor, cuerpo de carne y cuerpo espiritual
enteramente divinizados.
Entonces,
yo miro a mi Jesús de Amor, en ese cara a cara y ahí, delante de Él, delante de
ese DIOS maravilloso de la Transfiguración, se cumple en vosotros vuestra
propia TRANSFIGURACION, en ese cara a
cara tan divino, que yo, tiemblo de
alegría, al vivirlo ya. Yo veo a mi maravilloso Jesús de AMOR.
Hasta
Pronto, dice el Señor, sin darnos la fecha exacta.
Yo
sé, entonces, que Jesús aparecerá al mismo tiempo, en cada Santa iglesia de la
Tierra, y que Su Divino Conocimiento inundará el Mundo, porque DIOS nos lo hará
descubrir en nosotros.
Dios
nos ha colmado, dándonos un alma divina. Ella tiene todo, ella está llena de
imprevistos.
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Vive DIOS que está en nosotros!
El Eterno os habla.
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