NO ESPEREIS NADA MÁS DE LOS HOMBRES DE PODER

22 de agosto de 2009.

 

 

JNSR:

            Señor, venid en mi auxilio. Bendito seáis, Señor. Yo Os escucho, Señor, venid en nuestro auxilio.

            Bendita seáis por todos los Vuestros, Virgen Santísima, Santa Madre de DIOS y de los hombres.

 

JESUS:

            El Señor está a la escucha de todos aquellos que Le llaman, para tranquilizarlos frente a su inquietud por la situación general de su Tierra y del Mundo entero. Desconfiad de todo lo que pueda llegar por sorpresa. Es cierto que el hombre debería inquietarse. Sed vigilantes y a veces, astutos.

            Sabed que DIOS ya está al corriente de cada cosa que está en preparación y El os advierte. No os extraviéis. Este mundo está lleno de celadas. No os dejéis sorprender, como el ciego ante el obstáculo.

            Vuestra libertad Me impide ir más allá de vuestra elección. Pero Yo aún os puedo prevenir.

            Reflexionad siempre sobre las dos proposiciones que os son presentadas. No respondáis inmediatamente. Sed perspicaces.

            Es difícil de creer que en esta época, el hombre todavía busca matar a su prójimo, empleando toda clase de medios. Y sin embargo, es lo que pasa.

            ¡Tened cuidado! Cuando las armas ya no responden más, para la exterminación de las gentes por ser demasiado numerosas, los Señores del Mundo se encargan de buscar un procedimiento más eficaz y que podría parecer “inocente”… y cuando lo encuentran y lo ponen a punto, no hace falta más que la información o propaganda para que todos se lancen, de cabeza, en su trampa. Ellos van entonces a lanzar sus redes sobre el Mar agitado de todos los pueblos.

            Sus redes son: la Voz, la información, el miedo catastrófico a una pandemia mortal, el pavor a una gripe infecciosa que ya actúa con rigor por todas partes, causando muertes por cientos, en todos los Países.

            Los pequeños, los más frágiles, ni siquiera viven de su trabajo; todo les ha sido retirado. Pronto, el pan, el agua, y ahora, la propia vida. ¿Por qué, Señor, tantas miserias? Mas el Señor viene a avisarles.

            Reflexionad: ¿a quién beneficia esta supuesta pandemia, que exige una vacuna para cada persona, en cada país? Ya se puede percibir que hay un comercio y una obligación de hacerse vacunar.

Esta pandemia no es más que un engaño.

 

JNSR:

            Es cierto que algunos virus han sido sembrados intencionalmente en ciertos Países, en ciertos lugares, y que esta enfermedad contagiosa se desarrolla por el contacto con los afectados, en viajes, en grupos, o por la proximidad, en las escuelas. Pero ahí no está el verdadero motivo, porque no es mortal.

 

La verdadera pandemia a temer se encuentra en esa vacunación

obligatoria, decidida por la “Omnipotencia” de quienes tienen la

Autoridad sobre todas las pequeñas autoridades de este Mundo.

 

            Estas vacunas contienen, para algunos de entre los que van a pasar entre los más inofensivos, un producto no apropiado para la gripe y que no puede, en ningún caso, ni prevenir, ni mucho menos curar. Esta vacunación es como el juego mortal de la ruleta rusa. Ella hará desaparecer, al azar, un gran número de individuos que morirán a consecuencia de una funesta gripe. Y es ahí donde se contará un gran número de individuos que morirán por voluntad de los Todo Poderosos que se creen inmortales y futuros propietarios de toda la Tierra.

            No todos serán llamados “criminales”, pues no todos estarán al corriente de lo que se trama. En cambio, todos los que serán llamados a vacunar a las poblaciones sabiendo lo que va a producirse, serán unos criminales por haber participado en ello.

            Por eso, este Mensaje, como tantos otros que van a circular por el Mundo, pasará a ser “Mensaje de DIOS”, porque la Humanidad entera es divina, puesto que es “Creación de DIOS” y nadie tiene el derecho de exterminar al hombre, como tampoco al animal.

            El hombre debe respeto a toda la naturaleza, incluidos el agua, el aire y todos los animales, así como se debe respeto a sí mismo. Es DIOS quien da la VIDA.

            Esto que presento aquí, en este Mensaje del 22 de agosto de 2009, en la fiesta de María Reina Inmaculada, ha sido aprobado por todo el Cielo.

            Nadie tiene el derecho de conducir a su prójimo hacia una muerte cierta. No todas las vacunas pueden ser verificadas. Esta es una vacunación sistemática que se está organizando.

            Orad para que los beligerantes sean reducidos al silencio.

 

Jesús, María, José,

vuestros Guías de la Tierra.