LA SEÑAL DE JONÁS
LA SANTA OBEDIENCIA A DIOS
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31 de julio de 2009.
San
Ignacio de Loyola
JNSR:
Son las 5:30
de la mañana. Yo me levanté de la cama para escribir lo que el Señor me va
a dictar. Su Espíritu Santo, lleno de AMOR, me tiene despierta desde hace ya
media hora. No debo tardar y dar largas a la conversación que debo tener esta
mañana con el Cielo. Para mí, es una
orden imperativa. Yo me debo a la Santa Obediencia de DIOS. Perdonadme,
Señor, yo Os escucho.
JESUS:
(el Señor habla) “La Gracia pasa. ¡Aprovechadla!”
JNSR:
“Perdonadme, Señor”. Sentí el soplo del
Espíritu pasar sobre mí a las 5 de la mañana y he demorado algo de tiempo en
venir a Vos. Yo sé, no obstante, que debo acudir inmediatamente.
El Señor nos habla de nuestro carácter.
JESUS:
Vuestro Dulce JESUS os prepara para esta Nueva Vida
que viene a transformaros. Seréis, entonces, como ese Pan sin levadura que Se
da con todo Su Corazón: Bueno, Bello, Generoso. Es el Pan de DIOS, es vuestro
Señor Mismo en Su Santa Eucaristía. DIOS
Se dona.
Así, el hijo sube hacia
DIOS, sin la levadura (sin pecados).
Esta masa está preparada de antemano. El alma es considerada aquí como esta
pasta. Es lo que Yo hago en estos momentos, que se precipitan a causa de la
urgencia de los Tiempos. Yo os preparo,
vosotros todos debéis estar puntuales en las diversas citas que DIOS os da.
Todos juntos, los que
reciben Mi Palabra, así como todos
los que la escuchan, necesitan ponerla en práctica. Vosotros debéis estar como los
ángeles (ángeles de la Tierra como los
del Cielo) en alerta.
Tomad nota: no dejéis
pasar la información, sin prestar
atención. La hora es grave (se vuelve grave desde este momento)
porque es necesario prepararse. Habrá entonces que reunir entre ellas, a las
ovejas del Padre… Vosotros tendréis luego todo el tiempo para procuraros… un
descanso. Pero ahora, ¡todos a la obra!,
porque la obra de DIOS está realizándose. Mi Palabra debe reposar sobre este
cemento[1]
que está en preparación. Vosotros debéis ser los hijos solidarios, todos unidos
a Jesús, la Roca indestructible sobre la cual van a elevarse, como una pirámide
que se levanta hasta el Cielo, los hombres de toda la Tierra y de todas las razas.
JNSR:
El Señor me dice nuevamente:
JESUS:
Para habitar esta Tierra Nueva, Virgen y sin pecados,
los hombres deben ser perfectos. Es esto lo que Yo debo formar en vosotros: vuestro Carácter (y es la Bondad del Padre la que debe caracterizarlo). El Espíritu
Santo Se empeña en dar forma al hombre (comenzar
a purificarlo), por este Nuevo Bautismo que es el Fuego del Espíritu
Purificador, para habitar en esta Nueva Tierra de la Reconciliación Mundial.
Criatura de DIOS, ¡sé digna de la elección sublime de DIOS Padre, que
viene hasta ti para formar tu carácter!
En Su Torbellino de
AMOR, DIOS emprende la formación de todas Sus almas. Todas a la vez, marcadas
ya por el signo de DIOS, que no se puede borrar, el Espíritu de AMOR desciende
e imprime sobre la frente de cada hijo del Padre, la Voluntad de Aquél que os llama a una vida mejor, donde nunca más faltará
la obediencia a DIOS, porque no es una autoridad intolerable que deba
aconsejaros. Ella es el principio de la
vida.
Nadie puede ni podrá
vivir, más que en “el AMOR DIVINO”, porque
vuestro nacimiento, en este Nuevo Mundo, será de la misma naturaleza de vuestro
Padre de los Cielos. Sería aberrante querer
vivir de otra manera, porque todo el
Universo es AMOR, construido esencialmente sobre el AMOR DIVINO (un perro no puede hacer nacer sino a un
perro, su hijo), como el que DIOS tendrá por Sus hijos, nacidos del
Espíritu y del AMOR, a Su Santa
Semejanza.
Escuchad: las elecciones del Padre no serán más, ni ingratas, ni caprichosas.
Sabed que vuestras almas
Me dieron el sí, en vuestra decisión
de haceros perfectos, como vuestro Padre de los Cielos es “Perfecto”, como
vuestro Dulce Salvador lo es, desde toda la Eternidad. Manso, bueno, generoso, sin
ningún reproche, obediente a Su Padre hasta la muerte, como el Espíritu Santo
que obedece, porque El es la Unión de las dos ramas que sostuvieron al
Redentor: la que desciende del Cielo: la vertical, y la que abraza al Mundo: la
horizontal.
La Santa CRUZ de JESUS
de Nazaret es la cita del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo con toda la
Humanidad, reunida en DIOS, porque no
hay más que Un solo DIOS: en el Padre está el Hijo y la Unión de ese gran
AMOR, que es el Santo Espíritu. Vosotros
veréis, vosotros, Mensajeros de la Buena Nueva, con todos los llamados,
florecer las llanuras, el agua correr alegre para que beban todos los hijos del
Padre. La veréis descender de los montes reverdecidos. Los desiertos no podrán
rechazar más a quienes vienen a habitarlos. Ellos serán los más bellos
vergeles, donde se encontrará, tal como está escrito, el león durmiendo junto a
la gacela. ¡Lo veréis! ¡Vosotros veréis esto, y aún más! Durante esta espera, terminad el trabajo en curso.
Para merecer una Tierra
tan bella, es necesario, en primer lugar, que el hombre se dé cuenta de que
ella existe y que se debe amar y proteger, considerarla como lo que es para
todos sus hijos (terrenos): una madre generosa, que no sabe más que
dar, sin llevar la cuenta. DIOS nos dice: para que ella no se agote más, no es
vuestra Tierra la que debería cambiar, es
el carácter del hombre, que se hizo la
pesadilla, el tormento de toda la naturaleza y de sus hermanos.
Yo voy a ayudarlo a
verse tal como es. Esta será la primera cosa que va a sufrir, por su bien y el bien de toda la creación.
Sí, él se debe a “la Santa OBEDIENCIA” de su CREADOR.
Los hombres, huyendo
ante su misión de socorrer la Tierra así como a su prójimo, delante de su
Creador, se condenan a perecer. Pero DIOS prefiere curarlos. Su penitencia será
la del desobediente JONAS: tres días
en la oscuridad, confrontados consigo mismos.
He aquí la
Purificación.
JESUCRISTO
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