DIOS REGRESA
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29 de mayo de 2009.
JNSR:
DIOS ha guiado mi
mano y yo escucho Su Palabra.
El
hombre no siempre comprende que él es el único culpable de haber roto la cadena
que iniciada por DIOS, sigue con los hombres.
Esta
cadena iniciada por DIOS, está marcada con el Alfa y continúa con todos los
hombres que deben, primeramente, reconciliarse entre ellos y luego con DIOS.
Cuando
el Tiempo del Fin (Fin de los Tiempos) llegue, la cadena deberá estar completa.
El acuerdo entre los hombres estará listo para reunirse con el ALFA, que es
DIOS, para que DIOS se haga la OMEGA, que cerrará esta cadena. Entonces DIOS
dirá: Yo soy el ALFA y la OMEGA.
Todo
está cumplido, porque el Camino de Cruz de Nuestro Señor, con los hombres,
terminará ahí donde había comenzado, en el dolor de DIOS, y finalizará en la reconciliación de DIOS con los hombres, porque hasta el último hombre, el
alfa-omega, deberá entrar en DIOS.
Este
camino de CRUZ de los hombres es largo y laborioso, porque se prosigue tras
interrupciones de duda, de dolor, de vergüenza y de tentaciones que hacen
siempre retroceder al hombre, en lugar de avanzar directamente hacia DIOS que
lo espera … ¡desde hace siglos!
Los
hombres han creído, muchas veces, haber encontrado a DIOS y haber terminado su pesadilla,
¡pero no ha sido más que un espejismo! Satanás siempre se interpone entre DIOS
y los hombres. El Enemigo de DIOS se ha dispuesto a provocar a la Humanidad,
para desviarla del Plan Divino: él ha conducido a los hombres hacia diversas
religiones y así la cadena se disloca y los hombres son dispersados.
Satanás
ha propuesto toda clase de tentaciones, unas más perniciosas que otras. Así, la
Tierra se encuentra manchada y ofendida, hasta ser considerada como la Gran
Prostituta de Babilonia.
Actualmente,
la Tierra ha comenzado a sofocarse; los numerosos hijos que DIOS le confió, se hicieron en su inmensa
mayoría, insolentes desagradecidos, despilfarrando los bienes comunes,
robándose, entre ellos, las tierras ya repartidas, matando sin escrúpulos, inundando
con su sangre la Tierra, los Mares y hasta los Montes.
Todo se ha
transformado en una cloaca de impureza. La Tierra, que soporta todo, se contrae
por el dolor. Ella está invadida por los hombres y llama a DIOS en su auxilio.
Sostuvo a los hijos que DIOS le confió y estos últimos se convirtieron en unos
bárbaros, hijos del diablo. La mayoría ya escogió a su padre… que es Satanás.
La
Tierra, Criatura de DIOS, es como su Creador: Todo Amor, Todo Perdón. El
Hombre, que se ve perdido en estas Tinieblas que llegan sobre él, reclama a su
Creador, quien no puede venir a él más que a través de su Arrepentimiento.
Después de haber rechazado todos sus pecados, el Hombre pide a DIOS Su Perdón.
Entonces DIOS, al perdonarle, le pone en sus manos una Tierra más bella,
totalmente nueva y radiante, porque DIOS viene a ofrecerSe
de nuevo, a todos Sus hijos arrepentidos, ya no sobre una Cruz, sino con Su
TIERRA DIVINA, porque a partir de ese momento, TODO será divino, como DIOS y
Sus hijos, Testigos de Su AMOR, Testigos de Su Cruz.
DIOS,
que ya ha decidido el Día de Su Encuentro con Sus hijos, Se ve forzado a
modificar un poco, el estado de la Tierra. Ciertamente, ella debe ser acogedora
para recibir a SU DIOS y Señor: va a recibir al Rey del Cielo y de la Tierra,
el Rey de Todo el Universo… Pero los hijos aún no están listos, y la Tierra se
muere.
Después
de haber pasado tanto tiempo, el Señor se encuentra ante la DESOLACION
DE LA ABOMINACION. Entonces, DIOS calcula el Tiempo que falta
para poner TODO en orden, y ahí el Señor se pone a contar. El va a dar a Su
Pueblo Su Última recomendación:
“Yo os debo convocar… el Tiempo ha llegado, porque el
que fue concedido a Mi Enemigo ha llegado a su fin. Es el fin del reino del
Maligno, y Yo vengo a retomar Mi Lugar en este Mundo, ganado por Mi CRUZ… de
AMOR y de Libertad. Mi Reino será eterno.
Mi Estandarte será alzado de un extremo a otro de la
Tierra, y la guerra, ya no la habrá más. Por todas partes florecerá la Paz:
¡los valles, los montes, las llanuras gritarán Mi Alegría!
Yo SOY el Rey que llama a todos Sus hijos a reinar
Conmigo, porque cada hijo de la Tierra tendrá por consigna favorecer el
bienestar de su prójimo, en el único régimen que Yo impongo: el AMOR.
Ninguno se lamentará de verse “Victorioso contra la muerte”, porque “el pecado” será borrado para
siempre. Este Reino será Eterno, porque Su Rey es Eterno
y esa Eternidad será de Gloria: unos y otros, que acaban de ser
llamados, seguirán a su DIOS y Señor. Ya no habrá más noche; la Tierra se
volverá hacia la Luz de DIOS, que la bendecirá por su obediencia, que siempre
ha sido ejemplar.
Ahora, Yo imparto la orden a todos aquellos que han escrito sobre la VIDA futura de DIOS con los
hombres, de venir a MÍ, para recibir las últimas órdenes porque, como un
perfume de gloria, Yo bendeciré su acción, con Mi AMOR en ellos, que será como
corona de laurel posada sobre su cabeza: la corona de Gloria Eterna cerca de su
DIOS y SEÑOR. Amén.
Yo he oído a DIOS. Bendito sea DIOS,
en Sus Ángeles y en
Sus Santos.
Bendita sea la Santa Madre de DIOS
y de los
Hombres.
JNSR