EN EL CORAZON DE CADA HOMBRE HABITA DIOS

*********

4 de enero de 2009.

Epifanía del Señor

 

 

JNSR:

            Lo que hizo DIOS por Amor a todos los hombres, es exactamente lo que hacen (o deberían hacer) los hombres, por amor a DIOS, cuando dejan la tierra. Ellos se reúnen con DIOS porque

Todo regresa a DIOS.

 

El Corazón del Hombre es una brújula

cuyas agujas se dirigen hacia DIOS

El Corazón de “DIOS AMOR”

es concebido para albergar al hombre.

El es ese imán cuyo campo magnético

atrae a todos los hombres hacia El.

            Cuando hubo llegado el Tiempo de salvar al hombre, María no tuvo más que decir “SI”. La Santísima Virgen estaba preparada para acoger al SALVADOR del Mundo.

            Ella era como la prolongación del Cielo de Gloria; Ella era la Santa, Divina e Inmaculada Concepción, advertida ya por DIOS para recibir a DIOS, a fin de preparaLe para ser “el Hijo del Hombre” en la Tierra:

 

DIOS en medio de los hombres.

 

            El Espíritu Santo depositó al Verbo de DIOS en el seno de la Virgen María, y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros:

 

El Hijo del Hombre es verdaderamente DIOS.

El es Su Verbo encarnado.

 

            El es el DIOS visible, el Dios de los VIVOS. El DIOS que habló a Moisés. El DIOS que se hace hombre para que el Hombre se haga DIOS. El Padre Le ha entregado Toda Su Autoridad.

            He aquí la Última Revelación:

 

En lo DIVINO se encuentra lo Humano.

En lo Humano habita también lo DIVINO.

El es Padre, El es HIJO, El es Espíritu en un Solo y Único DIOS.

 

            La mujer encinta es siempre una sola mujer hasta el nacimiento de su hijo, cuando ellos se convierten en dos personas e incluso tres, al contar al progenitor (el papá).

            Dios, con Su Verbo en El y también fuera de El. Porque la Palabra es vagabunda: Ella canta, Ella encanta, Ella instruye, Ella pacifica.

 

Pero DIOS y Su Verbo son el mismo DIOS.

 

            Luego, el Verbo Se hace carne, para expiar la falta del Hombre y entregar Su cuerpo de hombre en la CRUZ, para ser el mártir de la falta original, a fin de que no haya más condenación para Su hermano, el hombre. Y que el NOMBRE del Padre no sea más manchado y cuestionado, para que esta deuda del pecado original sea pagada enteramente. El Hijo de DIOS, el Verbo de DIOS, ha entregado Su propia carne de Hombre Divino, para que ella muriese sobre la CRUZ, aniquilando, con esta carne virgen, los pecados que ella cargaba de todos los hombres, pasados, presentes y futuros.

            El Cordero de Dios inmolado, vaciándoSe hasta la última gota de Su Sangre Divina, acaba de abriros el Cielo, cuya puerta estaba cerrada desde el origen del Mundo.

           


 

 

Ahora, DIOS Se llama siempre YESHOUA, que se escribe YHShWH.

 

 



            DIOS, “Yeshoua”, se escribe tras la venida de Cristo: YHShWH, pues la “Sh” añadida es la letra hebraica que indica la Humanidad de DIOS.

            “Y” es la letra que indica al Padre. La letra “H”, dos veces, indica el Espíritu, porque El es doble en el signo de la Cruz. El va del Padre al Hijo y del Hijo al Padre. La “W” es la divinidad de JESUS, el Verbo de DIOS.

            La Humanidad de DIOS –Sh – que indica Dios hecho hombre: Yeshoua, YHShWH, el “Depósito Sagrado”, ocultado desde la muerte de Simeón el Justo, 270 años antes del nacimiento de JESUS, a fin de evitar una revuelta en el mundo Judaico, que era monoteísta, y que no podía comprender lo que ya comprendían los Patriarcas Judíos:

 

DIOS era un solo DIOS,

en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.

 

De Padre, El Se hace HIJO.

De HIJO, El Se hace Hombre.

De Hombre, El Se hace Pan,

el Pan del Sufrimiento de la CRUZ,

para darSe a todos los humanos:

la Santa Eucaristía.

 

JESUS:

            Para Navidad, en Mi Santo NACIMIENTO:

¡Hombre!

            Tú estás invitado a venir a adorar a tu Dios, que Se hizo tan vulnerable, que El osa decirte:

Como tú mismo ves, Yo he querido tener un Padre, como tú,

para asemejarMe a El.

Por esto, Yo Me hice el HIJO de este DIOS de AMOR

por todos los hombres.

Yo deseé tener, como tú, una Madre,

pues hasta DIOS tiene necesidad de Ella,

para consolarSe entre sus brazos.

Yo he querido ser Rey

sin corona, sin trono, sin espada,

solamente por ti.

Por ti, para que tú te eleves Conmigo.

Para ti, Yo SOY tu Padre, tu Hermano y tu Rey.

 

Yo escogí morir sobre una CRUZ,

la única palanca que puede elevarte hacia Mí,

por ti, para ofrecerte el mejor lugar,

¡Yo SOY el Resucitado!

 

Mas, también querría asemejarMe a ti, para una única cosa,

ya que solamente el hombre puede adorarMe y rogarMe

muy fuerte y cantando,

porque Yo SOY tu CREADOR.

Cuando tú Me ves en la pena y el sufrimiento,

con las manos juntas, los ojos elevados hacia el Cielo,

Yo ruego a Mi Padre, que está en Mí, como El está en ti,

y como tú, tú estás en NOSOTROS,

en el Padre, en el Hijo, con el Espíritu.

 

Yo SOY el HIJO del Hombre

y todo hombre tiene a DIOS en sí.

¿Dónde está, entonces, el Misterio?

 

Sí, JESUS ruega a Su Padre

que está en EL. Amén.