JESUS: DIOS HECHO HOMBRE
EL MISTERIO DE NAVIDAD
**********
4 de enero de 2009.
Epifanía del Señor
JESUS:
Tal como somos, nosotros somos únicos. Cada uno de
nosotros es un solo ser, mas ese ser único pasa, todavía en su vida, por
diferentes estados. Y las gracias de Dios, en
Entonces,
Yo te pido que no te extravíes; guarda tu amor puro, para tu Dios. El
pacto sellado entre un hombre (o mujer) y DIOS, debe ser como la castidad de un
Santo: “inviolable” y la prueba sufrida, a veces físicamente, lejos de debilitarte, está
ahí para ser superada con la fuerza que te doy, con el fin de subir un nivel
adicional, ya que lo que Yo te pido, todavía hoy, “es que te eleves” con
aquellos que te siguen, porque esta pendiente que se hace cada vez más empinada,
os conduce a la cima de esos montes, tan altos, que parecen tocar el Cielo,
porque muy pocos están decididos a subir tan alto. Hoy día, para que
“Ser de Dios y de los
hombres al mismo Tiempo”
seguir a DIOS hasta el final. Cuando tú hayas dado de lo que posees y no te hayas dado a ti misma, ¡tú no Me has dado nada! Sólo así
el otro será salvado, porque se hace carne de tu carne, espíritu de tu
espíritu, y entonces DIOS puede hacer ese milagro a través de ti. El ve al otro
–el uno en el otro- y por Su AMOR que El ve en ti, seréis salvados los dos a la
vez. DIOS amó tanto al Mundo, que Se hizo HIJO del hombre, para que el hombre
incrédulo y aún muy pequeño por su inmadurez, pudiese verLe con sus propios
ojos, conocerLe, tocarLe, verLe vivir y conocer mejor a su DIOS de AMOR: “Felipe, quien Me ve, ve al Padre”; esas
fueron las palabras de JESUS, Dios hecho hombre, a Su discípulo y que
permanecen siempre incomprendidas, todavía hoy, por los hombres.
JNSR:
Yo
te hablo por “ondas”, me dice Jesús. El
Señor, El, conoce mi pregunta y mi respuesta, sin necesidad de acercarSe,
porque mi espíritu está directamente conectado a El:
¡Qué confesión de todos los minutos
que pasan!
¡Qué de penitencias!
¡Qué de absoluciones!, para una sola
alma y que por añadidura- no es diferente de ninguna
otra.
La única cosa que DIOS me dijo,
cuando Le pregunté por qué me había escogido a mí, si yo no soy nada (je ne suis
rien), fue: “Tú lo has dicho. ¡Mas tú eres tan maleable!”
†
† †