JESUS: DIOS HECHO HOMBRE

EL MISTERIO DE NAVIDAD

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4 de enero de 2009.

Epifanía del Señor

 

 

JESUS:

            Tal como somos, nosotros somos únicos. Cada uno de nosotros es un solo ser, mas ese ser único pasa, todavía en su vida, por diferentes estados. Y las gracias de Dios, en la Tierra, siempre se pagan con pruebas para el alma. Las aguas tranquilas no están nunca en el programa de aquellos que son escogidos para llevar a sus hermanos la Palabra de DIOS, esta Palabra Viva que es el propio Cristo, que sufre en Su Corazón cuando vosotros sufrís.

            Entonces, Yo te pido que no te extravíes; guarda tu amor puro, para tu Dios. El pacto sellado entre un hombre (o mujer) y DIOS, debe ser como la castidad de un Santo: “inviolable” y la prueba sufrida, a veces físicamente, lejos de debilitarte, está ahí para ser superada con la fuerza que te doy, con el fin de subir un nivel adicional, ya que lo que Yo te pido, todavía hoy, “es que te eleves” con  aquellos que te siguen, porque esta pendiente que se hace cada vez más empinada, os conduce a la cima de esos montes, tan altos, que parecen tocar el Cielo, porque muy pocos están decididos a subir tan alto. Hoy día, para que la Luz descienda a este valle de Lágrimas e ilumine el fondo de esas almas que no aceptan abrirse, hace falta alguien que tenga en sí esta libertad de espíritu de vivir para el otro lo que desea para sí mismo:

 

“Ser de Dios y de los hombres al mismo Tiempo”

 

seguir a DIOS hasta el final. Cuando tú hayas dado de lo que posees y no te hayas dado a ti misma, ¡tú no Me has dado nada! Sólo así el otro será salvado, porque se hace carne de tu carne, espíritu de tu espíritu, y entonces DIOS puede hacer ese milagro a través de ti. El ve al otro –el uno en el otro- y por Su AMOR que El ve en ti, seréis salvados los dos a la vez. DIOS amó tanto al Mundo, que Se hizo HIJO del hombre, para que el hombre incrédulo y aún muy pequeño por su inmadurez, pudiese verLe con sus propios ojos, conocerLe, tocarLe, verLe vivir y conocer mejor a su DIOS de AMOR: “Felipe, quien Me ve, ve al Padre”; esas fueron las palabras de JESUS, Dios hecho hombre, a Su discípulo y que permanecen siempre incomprendidas, todavía hoy, por los hombres.

 

JNSR: 

            Yo te hablo por “ondas”, me dice Jesús. El Señor, El, conoce mi pregunta y mi respuesta, sin necesidad de acercarSe, porque mi espíritu está directamente conectado a El:

 

            ¡Qué confesión de todos los minutos que pasan!

            ¡Qué de penitencias!

            ¡Qué de absoluciones!, para una sola alma y que por añadidura- no es diferente de            ninguna otra.

            La única cosa que DIOS me dijo, cuando Le pregunté por qué me había escogido a mí, si yo no soy nada (je ne suis rien), fue: “Tú lo has dicho. ¡Mas tú eres tan maleable!”