PREPARAD LA CRUZ DEL LIBANO

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29 de septiembre de 2008.

San Miguel Arcángel

 

 

JNSR:

            Han pasado algunos días sin ninguna noticia de Francisco y, entonces, hoy 29 de septiembre, escucho su voz al teléfono.

            Francisco: “Necesito hablarte, quisiera preguntarte si sabes la razón por la cual no se puede elevar esta Cruz del Líbano. Se ha tratado con mucho esfuerzo y ha sido en vano, como si algo mucho más fuerte se opusiera a lo que se comienza a poner, que no son más que sus bases, aún sin terminar”.

 

JNSR:

            Yo os hablo de Francisco, el primer Obrero de la Cruz que Dios escogió. El primero. Ante él, todas las puertas se abrían y fue así como él mismo arrastró a otros con él, para colocar millares de Cruces de Amor en el mundo entero.

            Es raro encontrar algún país sin la pequeña Cruz de 7,38 m plantada en su suelo. En algunos casos se pueden contar seis o siete en el mismo país, elevadas en varias localidades para protegerlas. A veces ellos han encontrado dificultades con las autoridades para permitirles pasar y construir su Cruz, pero finalmente pudieron pasar.

            Ha sucedido que alguien cayese de lo alto de la Cruz, sin sufrir ningún daño. Sucedió que Francisco, trabajando cerca de una línea eléctrica de mediana tensión, tocó la línea con su escalera metálica cuando el ingeniero a cargo de los trabajos en esa línea, acababa de cortar la corriente, sin que Francisco lo supiera. Cuando la corriente fue restablecida, Francisco acababa de retirar la escalera en contacto con la línea.

            Dios había dado Su Santa Protección a todas estas Cruces y a cada uno de los obreros llamados a levantarlas. Cuando el dinero faltaba, ellas eran levantadas gratuitamente, mano de obra y material. Ellos trabajaron con tanto Amor por el Plan de Dios, que Dios los ayudó en todo.

            Estas Cruces de Amor son todas erigidas como Centinelas, ahí donde son colocadas. Ellas han protegido a las gentes, así como a los lugares que las aceptaban. Mas ellas están allí para significar ante cada uno de quienes las contemplan, en su bella presentación en azul y blanco, los vestidos de Santa MARIA, Bendita de Dios. Y todas iluminadas en la noche, hasta la mañana, como un faro en la noche.

            Ellas no carecieron, ni de Amor, ni de Oraciones en grupos. A su alrededor se reunía la familia y personas venidas a veces de lejos, con Odile Chevasson.

            Los asuntos de Dios se aprecian por la duración del tiempo. ¿Y por qué millares de Cruces en el mundo? ¿Aun si ellas dan alegría, consuelo y protección a las familias que las acogen?

            Dios las ha pedido para que sean faros en la noche, para advertir a todos los hombres, mujeres y niños, para que estén listos para el Regreso de Nuestro Señor JESUS y de Su Santísima Madre, como si cada día fuese a ser el de Su Venida para la Gloria de Dios y la Salvación del Mundo. Esas Cruces iluminadas están ahí para acogerLes. Es la luz que todas las almas vigilantes guardan en cada ciudad, porque las vírgenes necias no tienen nada preparado para acoger a Dios.

            Esas Cruces son las pequeñas voces que, noche y día, solicitan el Perdón de Dios en toda la Tierra y que llaman al Arrepentimiento Mundial.

            Ellas avisan a los Sacerdotes y a los fieles para que no dejen de celebrar santas Misas por el Arrepentimiento Mundial y el Perdón de Dios para cada pecador que se arrepiente.

            El Señor tiene necesidad de todos Sus Obreros elegidos para Su Obra, que continúa hasta Su Regreso Glorioso.

            Mientras que Francisco esperaba mi respuesta, o mejor dicho, la de Dios, yo no hacía más que ver las imágenes de todas las Cruces pasar delante de mis ojos. Yo me decía que era una pena que aquellos que han sido llamados para estar al Servicio de Dios, no estén libres para acudir a Su Llamado tan pronto como El tenga necesidad de cualquier trabajo, cualquiera que fuese, para servirLe en Su Obra de Gloria.

            Desgraciadamente, algunos han olvidado, otros han sido solicitados para otra misión que se añadió a su misión prioritaria, que es la de estar al servicio exclusivo de Nuestro Salvador. Evangelizar, es proclamar por todas partes que el Reino de Dios está próximo. Hay quienes se ocupan de los enfermos, otros de los pobres, otros de los exiliados.

            Todo el trabajo de Dios está repartido. Mas para El, es trabajar por Dios Solo, para Su Gloria, para preparar el Regreso del Rey de Reyes. ¡Hay tanto qué hacer! Es preciso advertir sin cesar, escribir, hablar, volver a llamar al Mundo que se duerme, porque juzga que esperó demasiado sin que nada llegue.

            “El no viene. Entretanto, yo me voy a ocupar en otro lugar” y así, no piensa que mantener despiertos a los hijos de Dios, es el primer trabajo de la espera. Porque vosotros no sabéis ni el Día, ni la Hora en que Dios regresa.

            Los talentos derrochados: no siempre se trata de dinero, es el tiempo malgastado en otro lugar.

            Por fin, respondo a Francisco: “Yo te he dicho que JESUS reserva esta Cruz del Líbano para Su Regreso en Gloria. Tú lo sabes, Francisco, yo ya te lo he dicho. El Señor pasará a bendecir al Líbano. Es una Cruz de Gloria del Señor que viene. Ella no será levantada más que para eso. Sin olvidar que muchos Mártires la acompañarán hasta su construcción, hasta el Regreso de Cristo en Gloria”.

            Luego, inmediatamente, yo le dije: “¿Ya tenéis reunido todo el financiamiento que requerís?”. El me respondió: “No, aun falta mucho”. Después, él me dice la única palabra que Dios esperaba de su boca:

            “Tú sabes que yo tengo confianza en Dios, como siempre la he tenido, aun sin dinero, porque para JESUS, yo estoy enteramente disponible y si El me dice que puedo comenzar, yo sé que para seguir, El no me abandonará hasta que sea elevada Su Cruz de 73,80 m., para la Gloria de Dios, para acoger Su Regreso Glorioso”.

            Y entonces, el Señor me dice: “Dile que puede comenzar. Es por esta Cruz que Yo voy a continuar purificando la Tierra”.

            El secreto que Dios me confió entonces, yo no puedo escribirlo todavía, ni revelarlo a nadie. Preguntaos simplemente por qué Dios dice sí, ahora. Los que lean este escrito estarán advertidos del momento en que la Cruz del Líbano estará en vías de ser levantada, para la Gloria de Dios y la Salvación del Mundo.

            Todos cuantos me conocen y conocen igualmente a los Obreros de la Cruz, Francisco y su hermano Jesús-Justo, podrán seguir ayudándoles, para esta Cruz del Líbano.

            Dios continúa haciendo grandes cosas, para evitarnos muchos disgustos, a causa de Sus grandes Santos, de Sus profetas y de Sus Elegidos, que continúan siviéndoLe, como otrora, sobre esta Tierra, en Su Santa Obediencia. ¡Ayudadnos, si es de vuestro agrado!

 

JNSR a la escucha de JESUCRISTO

 

PD: Francisco lloraba, al sentir la Presencia de Dios a su lado. El me dice: “Yo sabía que debía oírte hoy y que para esta obra grandiosa, Dios ha entregado todo a Su profetisa y nosotros nos debemos someter, así como por todo lo que Dios desea para Su Retorno Glorioso”.

            Pero, atención, Francisco y todos los que van a seguir con Francisco: protegeos con Agua Bendita, el Escapulario, orad y ayunad y tomad, en la iglesia, la Santísima Eucaristía, en la Santa Misa.

            Porque tras la crisis monetaria, viene la decadencia de todos los poderes. ¡Solo Dios vencerá! Aquél que cree resistir todavía, ese gigante de pies de barro, está en vías de fortalecer a sus acólitos con armas y otra cosa nunca antes empleada para la destrucción.

            Lo que todos debéis saber, es que aquél que se sirve del Mal para hacer el mal, será aniquilado por el Mal. Y que el Señor Se sirve aún de Sus más grandes enemigos, para resolver el problema más atrevido de este tiempo: detener el dinero y todo su cortejo, poder y guerras, con todos los atentados. Los atentados van a continuar. El tiempo de la guerra, poco tiempo.

 

Y Dios hace de un enemigo, el Justiciero del otro.

El dinero mata el poder.

El poder mata la guerra con todas las armas.

Las armas se vuelven contra los últimos asaltantes.

Y he aquí la Santa Gloria de Dios:

 la Paz regresa y Dios reina y reinará,

en la Tierra como en el Cielo.

 

Palabras del Señor. Amén