EL PADRE ABRE EL CORAZÓN DE SU DIVINO HIJO

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25 de septiembre de 2008.

 

 

            La primera Palabra de JESUS:

            Mateo 24, 2: “¿Veis todo esto? Os aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra, todo será destruido”.

            Si alguno de vosotros cree ser mejor para creer que su casa quedará en pie, con todo lo que ella contiene, con su oro bien escondido y su dinero protegido de los ladrones, se engaña, porque todo desaparecerá.

            4 “Cuidad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos usando Mi Nombre y diciendo: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos”.

            Sólo los verdaderos adoradores del Dios Único y Verdadero en Tres Personas: el Padre que es el Árbol, el Hijo que es la rama portadora de los buenos frutos del Padre, el Espíritu Santo que es la Savia alimenticia, SI, sólo los verdaderos adoradores de Dios Único y Verdadero llevan en ellos el Verdadero Culto de Dios Único y Verdadero.

            Dios es una Familia por Sí Solo y no pide ninguna representación de Su Persona Trinitaria. Su Palabra viva, Su Verbo hecho Carne, es siempre Dios. Visible, El Se hizo Hombre para morir sobre la Cruz, para honra de Dios Padre y para la Salvación de todos Sus hijos.

            La Familia de Dios, reunida por completo, incluye igualmente a todos Sus hijos de la Tierra, que deben renacer de Dios.

            “La elección”, dirá JESUS, “se hará con los que hicieren la Santa Voluntad de Dios y no con los que Me llamen tan solo con los labios, “¡Señor, Señor!”.

            Es una parte de Dios, Su Hijo, que Se ofrece a la muerte sobre una Cruz y Se ofrece, igualmente, a Su Santa Resurrección, a fin de hacer renacer con El a todos los hijos de la Tierra que todavía están muertos por el pecado mismo de Adán y sus propios pecados, porque todos han pecado.

            Todos los hijos de la Tierra que han adoptado la Santa Voluntad de Dios esperan este Nuevo Nacimiento prometido, que es la Resurrección por la Sangre y por el Agua del Sagrado Corazón de JESUCRISTO, Nuestro Salvador. Esta Sangre, que es la misma Sangre de Su Divina Madre, es una sangre espiritual. El análisis es formal.

            Es la misma Sangre, la de la Madre y la del Hijo. Su composición no existe en ningún hombre, según los especialistas. Es una Sangre Divina.

            Entonces el Padre, que da la Vida, va a darla a todos Sus hijos de la Tierra, contituyéndoSe así como el Único ejecutor que podía abrir el Divino Sagrado Corazón, el Corazón de Dios, que contenía la Sangre y el Agua de la Nueva Resurrección, para el Nuevo nacimiento de los hijos de la Tierra, que deben renacer del Espíritu.

            Los brazos y la lanza de Longino pasaron a ser el Brazo de Dios y el Escalpelo divino que arranca el Agua y la Sangre del Corazón Divino, la Vida Divina de los hijos de la Tierra.

            Esta Sangre es la del Hijo de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos y nacido de la Virgen MARÍA.

            Nosotros somos todos los hijos de Dios y de MARIA, por el Tesoro que nos ofrece el Padre de toda Bondad, al dejar morir una parte de Sí Mismo, Su Divino Hijo. El hace de todos y cada uno que Lo quiera seguir, hijos de Dios y de MARIA.

            Entonces, el Espíritu de Dios, que cubrió a MARIA con Su sombra, Se manifestará de nuevo para dar a Dios lo que pertenece a Dios, todos Sus hijos, tan numerosos como las estrellas de los cielos divinos, porque todo es Divino en ese Nuevo Mundo que llegará en breve.

            El Padre Abraham vendrá con aquellos que el Padre Divino le ha confiado, Judíos y Árabes, venidos en la Paz de Dios con todos los de la Iglesia nueva, reconstituida en el Amor de Dios, que se reconocerán a causa de la Santa Cruz, que es el Sello de Dios. Así, tal como nació Nuestro Divino Salvador, nacerán todos los que esperan este Nuevo Nacimiento. Ellos nacerán de la Sangre y del Agua del Hijo de Dios y de Su Santísima Madre, por el Espíritu que descenderá sobre cada uno y sobre todos a la vez, y por la Palabra, que consolidará este Nuevo Nacimiento, este Nuevo Bautismo:

            “Padre, he aquí a todos Tus hijos reunidos. Ellos están en Ti. Yo Te los he reunido. Bendícelos. Ellos son Mis hermanos. Ellos tienen Tu Espíritu Santo y Mi Sangre y nacieron de Tu Palabra, Tu Verbo (Agua) y de MARIA (Sangre)”.

            Este Corazón Sagrado y Divino es el supremo Donador de la Vida, porque él es el Corazón de Dios.

            Y el Espíritu de Dios nos dará este Nuevo Bautismo, por la Sangre y el Agua del Corazón de Dios, Fuente abundante del Amor Divino, para santificar y dar la Vida Divina a todos Sus hijos que Le han seguido en pleno conocimiento, con plena inteligencia, sabiendo que este Hombre Nuevo no tendrá ya más necesidad de alimentarse de pan, sino de Dios. Alimento Espiritual que da la Vida en abundancia por Su Cuerpo, por Su Sangre, por Su Agua refrescante que Dios da en plenitud a todos Sus verdaderos profetas, a todos Sus Santos y Sus Elegidos y que es Su Santísima Palabra.

 

JESUS:

            Sí, creed todos que Yo vengo pronto con toda la verdad de Mi Conocimiento, porque Yo deseo perdonar, amar y reunir a todos Mis hijos que Me han permanecido fieles. Arrepentíos y haced Penitencia. Yo vengo a conduciros a ese Nuevo Reino que Dios ha extendido a Su Tierra y a Su Cielo de Gracia infinita.

 

JESUCRISTO, Dios manifiesto

con Su Santísima Madre,

la Divina Inmaculada Concepción.