CUANDO EL PADRE OS HABLA

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15 de septiembre de 2008.

Nuestra Señora de los Dolores

 

 

JNSR:

Cuando el Eterno habla, el Pueblo escucha y se calla.

Al final, a aquél que no desea hacer sino lo que hay en su cabeza,

 lo deja partir hacia su destino.

No lo retiene, ni por su bien, ni por el tuyo;

él debe probar su destino y su elección no es la tuya.

Tú, sigue tu camino, aquél que Yo te he trazado,

sin pedir nada, sin mirar nada de lo que hace el otro.

Cuando la sombra descienda, tanto para él como para ti,

entonces, Yo lo alcanzaré para decirle:

¿Qué has hecho tú de Mi Palabra,

qué has hecho de tu promesa?”

Ningún hombre puede escapar a Mi Sentencia.

La Justicia de Dios no es la de los hombres.

Es el hombre quien denuncia su falta

y quien la fustiga delante de él y delante de Dios.

Porque todo pecador, en su última hora,

se verá con la Mirada de Dios en él.

 

EL PADRE:

            Hija Mía, Yo he esperado este momento terrible para decirte que Yo te he dejado sola ante la marea de desesperación que ya no dejará de subir. Algunos grandes países van a desaparecer. El dinero es la causa principal, más fuerte que todos los huracanes, para abatir la Vida de una Nación.

 

Cada uno, acaba de escoger a su Dios.

 

            Desentiéndete de la elección de cada uno. El maestro del Mal ha escogido a los suyos y ellos terminan por seguirlo, tras muchas dudas. Nada les forzó, ellos eligieron en su corazón.

            Sí, Yo Soy el Padre Bienamado de aquellos que Me seguirán, detrás de Mi Hijo, en Quien deposité todo Mi Amor; ¡escuchadLe!

            Aquellos a quien castigaré en primer lugar, son los que vienen a robar Mis Ovejas en Mi Redil, forzando la puerta. “En el Nombre de Dios”, ellos las llevan inconscientes. Sin acordarse de Mi Santa Pasión, ellas siguen a quienes han usurpado Mi Nombre.

            No hay más que una Señal, para aquellos que roban sin vergüenza Mis Ovejas, es la Señal de Mi Santa Cruz. Ellos la tendrán siempre delante de sus ojos.

            Nadie puede luchar contra la fuerza de este Mal, que toma todos los aspectos. Pero cuando él se hace llamar por Mi Santísimo Nombre, entonces Yo le detengo.

            Tú acabas de ser muy sacudida. No tengas miedo, Yo estoy aquí. No se te hará sufrir más, porque a aquellos que no saben perdonar, soy Yo quien los separará de ti. Ellos quieren detener Mi última advertencia, en lo que Yo te doy a escribir. Ellos se engañan: serán ellos quienes se castigarán.

            Vosotros veréis la Desolación por todas partes. Vosotros habéis escogido el dinero: seréis castigados por él. Habéis escogido el Poder: caeréis de vuestro trono.

 

Cuando nada se vende, nada se compra.

 

            Temed todas las invasiones, los robos, los asesinatos, los sismos, la cólera de todos los elementos.

            ¿Dónde os váis a refugiar? Allí donde acabáis de elegir vuestro abrigo. Esto que Yo os digo aquí, no es para castigaros; ni para preveniros, porque Yo ya os he prevenido; ni para indicaros Mi Camino: vosotros lo conocéis.

            Yo os he enseñado la Verdad, la Pureza, la Integridad. Vosotros os dirigís hacia el camino de la Mentira y del Desorden.

            Mi Enemigo no puede ser caritativo, al destruir vuestras esperanzas y al hacerse amo de vuestra voluntad. Yo os he dicho que habrá muchos llamados y muy pocos elegidos.

            Mi Corazón desborda de Misericordia. Pero el hombre permanece aún demasiado materialista ante esta marejada mundial en que todos los valores van a desaparecer, con este Mundo que sigue vacilando en su elección.

 

Dichosos los corazones puros, ellos verán a Dios.

Dios, en Su Santa Majestad. †