¡QUIEN COMO DIOS!

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10 de septiembre de 2008.

 

 

JNSR:

            Dios me había prevenido para que desconfiara de Satanás en estos días. El final del libro de las “pequeñas almas” ha sido prolongado con algunas páginas suplementarias, para darle tiempo al Enemigo de Dios de mostrarse y ser descubierto. Como él rabia con esta obra, ha sembrado una falta de entusiasmo entre los responsables de ella. Luego, sirviéndose del Nombre del Padre, ha difundido sus órdenes, suavizadas para hacer fallar el Plan Magistral que debe salvar al Mundo (yo no tengo más que una parte de este Plan). Pero sabiendo que él me acecha, yo he desconfiado. Dios dice:

 

DIOS:

            Es precisamente Mi Enemigo quien cree haber ganado, retardando la difusión de este libro. Todo el mundo, de hecho, puede constatar que él está siempre presente, creando la confusión en lo que él piensa sea su victoria.

            Lo que cada uno puede comprender, además, es que él tiene, igualmente, amigos en todas partes, porque toma la apariencia del Buen Samaritano. Al soltar Mi Mano, vosotros viviréis los últimos días en medio de la angustia. Hijos Míos, permaneced junto a Mí, Yo vengo a protegeros. El Mundo, cansado de esperar, se vuelve todavía hacia el facilismo, renunciando a lo que Yo espero de cada uno y en profusión: la Caridad de anunciar por todas partes el Reino de Dios en la Tierra.  A fin de que la Verdad, en vuestro deseo de reencontrarMe entre vosotros, progrese de día en día para apresurar Mi Regreso.

            Mas este Mundo permanece mudo y despliega su fuerza en otro sitio, sirviendo a los hombres antes que a Dios. Yo dije: “¡Gritad sobre los tejados!”. Entonces la Tierra, con los hombres de este mundo, que no quieren ver aún el Día de Dios, se helarán en una noche que durará tres largos días de Penitencia y de reflexión.

            Con Mi Santa Palabra, Yo continuaré con aquellos que han sacado un verdadero provecho de ella, porque son capaces de conocer la Identidad, la Fuerza y la Verdad de Mi Palabra.

            Llega el tiempo en que el dinero, príncipe del Poder, no servirá para nada. Actualmente, toda consideración viene del dinero. Aún nadie se atreve a comenzar a vivir olvidándolo.

            ¿Qué hacéis del recuerdo de todos vuestros primeros pioneros: Madre Teresa, el Abad Pierre y tantos hombres y mujeres que partieron a todas esas tierras de desolación, para aprender a vivir sólo con el trabajo de la tierra, que nunca ha dejado de dar su fruto, hasta este momento terrible en el que el hombre ha cambiado el sistema de vida de todo el planeta?

            Ninguno de estos hombres y mujeres, que han ayudado a los pobres de Dios, dejaron de trabajar y hasta su último día, para ayudar a los más pobres, permaneciendo junto a ellos y cuidándoles.

            Cada Elegido dará a Dios hasta su propia persona, si no, no habrá dado nada.

            Dios no pedirá nunca, ni dinero, ni nada material. Su Caridad, es todavía el Amor. Y el Amor, El lo quiere encontrar en Su hijo hecho Puro por Su Santa Gracia.

            ¿Acaso creéis ser oídos favorablemente y salvados, por todas vuestras peticiones y Oraciones de hombres que ya no creen, ni en Mi Plan de Amor, ni en Mi Santa Venida?

            Algunos creen, de buena fe, que si Yo Me tomo tiempo para venir, es para que los hombres tengan todavía tiempo para convertirse. Este tiempo, ya lo habéis consumido y Yo conozco cuáles son Mis verdaderas Ovejas y Yo conozco sus nombres.

            Como todo es claro y límpido para vuestro Padre de los Cielos, este tiempo de espera es para que cada uno se vea tal cual es: calculador, dominador, fácilmente fanfarrón, porque cada uno expone una nueva forma de salvarse, nuevos medios para lograr su salvación, nuevas maneras de alcanzarla.

            Rechazando la espera, ellos regresan a sus antiguos principios: encender velas con nuevas fórmulas de Oración, o regresar a las antiguas Oraciones, venerar tal Santo o Santa y edificar una iglesia. Hacer obras aquí y allá, obedeciendo a la iniciativa de Mi Enemigo que es comandar a los hombres en Mi lugar, haciéndose llamar Yo Soy el Dios Trino.

            Entonces, ¿dónde está la inteligencia que Dios os ha dado a todos? Ella os ha sido retirada, porque vosotros no la deseáis más, como tampoco deseáis Mi Obra, demasiado grande para aquél que permanece aún en sus antiguas creencias.

 

¡El Becerro de Oro siempre está en pie!

 

            Destruir el Camino del Espíritu Santo que viene, es tan desastroso como tomar el Nombre del Padre de toda Bondad, para alcanzar sus fines.

            Judas Me traicionó. Pedro Me negó. Y, una vez más, Satanás intentó suplantarMe, tomando Mi Nombre, para contrarrestar y minimizar Mi Plan Eterno, que tuvo su nacimiento después de los orígenes y que fue concebido en Mi Pensamiento Eterno.

 

Yo SOY Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Yo SOY Dios, el Eterno.

Mi Nombre está sobre todo nombre

y Yo SOY VUESTRO UNICO SALVADOR.

Recordad esto.