¡VEN, SEÑOR JESUS!

Expulsad las dominaciones del Mal que están en vosotros

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2 de septiembre de 2008.

 

 

Dios Padre Todopoderoso con el Hijo Bienamado y el Espíritu de Amor

            Se manifiestan en nosotros para enseñarnos la Regla de Oro de este Mundo, que está en fase terminal de vida y que va a renacer con sus hijos.

 

JESUS:

            Esto no es un juego, desafortunadamente, para aquellos que lo toman con negligencia. Es preciso obedecer a la información que el Cielo os da, y estad conscientes de que ella es necesaria y verdadera.

            Es necesario hacerse estudiantes, que asimilarán todas Mis lecciones, para así convertirse en los profesores que llegarán, a su vez, a transmitir esta misma información, tal como Yo os la doy.

            Todo es y será del dominio del Orden, y del Amor que Dios lleva a todos Sus hijos, que son escogidos por toda la Familia Divina, sin excepción.

            Hoy, el Sagrado Corazón de Dios Se pone a disposición del mundo sufriente. Por todas partes fluye la misma corriente de Amor, para informar del Llamado del Señor, para venir en ayuda de todos y cada uno de vosotros.

            Los Ángeles os hablan, la Santa Madre Divina os habla, los Santos del Cielo os hablan y los Profetas están ahí. La Desobediencia a Dios hizo caer al primer hombre. La Obediencia del Hijo de Dios restableció al hombre en el Equilibrio de la Vida, abriéndole la Puerta del Reino de Dios.

            Vuestra Obediencia de hoy, entregada a Dios, os hará entrar libremente en Mi Reino, para la mayor parte, sin pasar por la muerte del cuerpo. Para eso, vuestra alma debe recibir el brillo necesario que le viene, obligatoriamente, y a cada uno de vosotros, Mis pequeños, aunque seáis jóvenes o viejos, pobres o ricos.

            Esta obligación se convierte en una necesidad urgente, para que se realice el Plan integral de Dios, para salvar a Mis almas de su propia destrucción y ofrecerles, seguidamente, el Reino completo de Dios: Nueva Tierra, Nuevos Cielos. Vosotros todos debéis pasar por allí.

            Mi Sagrado Corazón desborda de Misericordia. Date prisa de actuar por todas partes. Se hace tarde y serán salvados los que aplicarán Mis órdenes de Amor, porque el Señor quiere salvar a la mayoría, es decir, aquellos que formarán la Nueva Tierra santificada, purificada, radiante de Amor. Pues todos ellos vendrán sin esfuerzo, en tanto que conocerán Mis instrucciones y mis prerrogativas.

           

            Después de que hayáis hablado del Reino de Dios, Mi Plan Total comprende:

           

            1. En primer lugar, esta fase: vuestra Obediencia y vuestra voluntad de rechazar al hombre impío de vuestro interior, que es obstáculo para Mi Venida en medio de vosotros. La Caridad y el Amor de Dios y del prójimo os ayudarán.

           

            2. Segunda fase (que va unida a la primera): amar a Dios y al prójimo para llamarMe muy fuerte en vuestra alma ¡Ven, Señor JESUS!, con todo vuestro corazón.

           

            3. Tercera fase: como el Señor quiere ocupar la Morada de vuestros corazones, para actuar en vuestra plena libertad y, a fin de que el Reino de Dios se realice, así en la Tierra como en el Cielo, en una profunda Humildad de corazón y de espíritu, el Señor os ayudará a cumplir con vuestro Deber. El acabará de expulsar definitivamente, todas esas dominaciones nocivas que han elegido domicilio en vosotros, si ya habéis dado prueba de buena voluntad, si ya habéis comenzado a hacerlo.

           

            La Voluntad del Padre les dará la orden de apartarse de todos Sus hijos. Y el Jinete Blanco, que es el propio JESUCRISTO, los llevará al Pozo sin fondo, para que el pecado del Mundo sea aniquilado para siempre. Pues las más pesadas faltas nacen y crecen en los hombres que no ven a Dios como Dios los ve, lleno de Amor y triste por vuestra decadencia.

Yo vengo a buscaros en breve.

Vuestro Señor JESUCRISTO.

† Amén, amén, amén

 

  

 

 

NOE REGRESA

Construid, todos juntos, Mi Arca en lo más profundo de vuestro corazón

Partid en busca de todos esos pedazos y traedMelos a Mí

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9 de septiembre de 2008.

 

 

JNSR:

            ¡Señor! Señor, se hace tarde y queda aún tanto trabajo para construir esta grandiosa Arca donde deben abrigarse todos Vuestros hijos llamados.

            Como Vos Mismo lo veis, Señor, yo soy Noé en este Fin de los Tiempos y ni siquiera mi propia familia me cree, ocupada como está por las cosas de la vida. Cada uno mira a otra parte para resolver sus asuntos cotidianos y durante ese tiempo derrochado, no se da cuenta de que, por todas partes, las aguas comienzan a subir y que las tierras, como los bancos de hielo, se despedazan. Y la vida desaparece ya en los que no pueden luchar más, ante esta transformación que ha comenzado.

            ¿Cómo reunirlos a todos? ¿Cómo informar a todos? ¿Cómo hacerles comprender que se deben preparar como si fuese mañana? Porque Dios nos dice: “Porque no sabéis ni el día ni la hora en que el Hijo del Hombre debe venir”.

            Cada uno de ellos tiene un trozo del Arca, en lo profundo de su corazón. “Partid, en busca de todo ese material y traedMelo a Mí”, dice el Señor.

            Hay tanto trabajo, tantas vidas para preparar, y nadie se da cuenta de eso. Todos abandonan el astillero y yo, Noé, no puedo, sola, construir Vuestra Arca.

            Todos Vuestros obreros han partido a otro lugar, a trabajos más materiales que les reportan “gloria y dinero”. Ellos no han comprendido que cuando menos lo esperen, la Verdad surgirá, y será demasiado tarde.

            Las Vírgenes Necias, el Hijo pródigo, el joven rico y hasta el propio Judas, todos estarán ahí para decirOs: “Señor, Señor, ¡Vos no podéis hacer esto! Vos no podéis sustraerlos de Vuestra vista”. Entonces el Señor les responderá, como a Pedro: “¡Apártate de Mí, Satanás! Es Mi hora y es la vuestra. Todo se debe cumplir. Para eso Yo he venido a la Tierra, y vosotros no pensáis sino en dispersaros…”

            Por un instante, el Señor me ha dado el lugar de Noé, para gritar en su lugar, como también lo hizo San Juan Bautista en el desierto. Pero se hace tarde y nadie cree que el Reino de Dios ya está entre nosotros. Y nadie está preparado para recibirlo.

 

JESUS:

            Para Mi hija, que desea estar sola y servir a Mi causa, tú escribe que la Tierra se muere, invadida por el agua, el lodo, el fuego, los vientos, los sismos, la superpoblación, la peste, la muerte en todas partes, la sequía, las OGM, las presas que han destruido los ríos, la fauna, las flores. Todo se muere con la Tierra y con la indiferencia de los hombres. Los hombres mueren de hambre, de sed, de epidemias, de miseria. Ellos han perdido su techo, su familia, su país. Están solos, luchan contra toda la negligencia y la indiferencia de sus prójimos.

            No veis que Dios destruye todo lo que fue manchado por los mercenarios y los sin-piedad, los indiferentes, los egoístas, los mentirosos.

            Dios te confía Su Último Evangelio, donde todo confirma lo que han dicho Mis Primeros, porque ahí tenéis el cumplimiento de todas las cosas concebidas por el Espíritu de Dios, que no puede mentir y que formó este Plan después del origen de los mundos, Su Obra principal, que es el designio de que todo debe regresar a Dios:

 

Todo en Dios y Dios en todo.

 

            Por estar sobre Noé, ella no es más que Mi Voz que os despierta.

           

            Para el secretario de JNSR: “Tú has escogido un falso profeta y una y una falsa vía que no lleva a nada”.

            Soy Yo quien prohíbe a JNSR difundir Mi Palabra de Vida, porque todo ha sido dicho, en cuanto a lo que vosotros estáis en derecho de conocer y profundizar. No toméis Mis escritos para distraeros. Yo guardaré para ella lo que no debe saberse más que en la profundidad de Mi Amor por un Mundo mejor.

 

Palabras de JESUCRISTO.