¡VEN, SEÑOR JESUS!

El Enigma del Señor

“Cuando se busca a Dios,

Dios Se deja encontrar”

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Domingo, 31 de agosto de 2008.

 

 

JESUS:

            Hija Mía, este domingo es rico en tu búsqueda. Tú no pudiste salir de tu casa y faltaste a la Misa habitual del último día de la semana. Estás enferma…

            En Verdad, todo es Gracia, para Dios que te llama, aún al precio de un sacrificio, ahí donde El lo desea: delante de la televisión, para asistir a la Misa. Las ondas del Señor, en estos rápidos tiempos del Fin, recorren todo el universo y os enseñan que Dios ha dejado Libre Su campo de Trigo para que todos se sirvan de él, a fin de que todas las gentes, de diversas religiones, lleguen a alimentarse con el mismo Pan que Dios os da. El mismo para todos, Su Palabra.

¡Yo abro todos los corazones a Mi escucha!

 

            Habla en Mi Nombre. He aquí como se concluye Mi Evangelización, comenzada por Mis hijos fieles de Occidente, que Me son queridos y que continúan dedicándose a ella. El Espíritu Santo, que certifica todo lo que vas a escribir, es Aquél que ha actuado, haciendo admitir Mi Plan Divino en todas las religiones.

            El Budismo reconoce que todo está en el hombre y que él debe rechazar el Mal. Es una filosofía que descansa en el hombre iluminado. Es un ejemplo del hombre que no debe hacer el mal. Es un estado, mas que una religión. La mayoría de sus adeptos se bastan a sí mismos, mas ellos pronto Me llamarán.

            Los Musulmanes reconocen que Dios está en todos y en todo, que no hay sino un Solo Dios.

 

JNSR:

            La televisión, en este día, nos transporta a ese país magnífico de Senegal, a Dakar, precisamente. Fue ahí donde mis tres hijos mayores fueron profesores para la Cooperación. En una visita que les hice, pude darme cuenta de la acogida espontánea de sus habitantes, particularmente entre los más pobres, ayudando a las Hermanitas que acogen y cuidan a los bebés enfermos.

            Yo prometí mi ayuda a los dispensarios desde mi regreso a Francia y allí, Dios hizo un Milagro (que os contaré más tarde): la intervención Divina está por todas partes cuando los corazones están a la escucha del prójimo.

            La primera imagen de estos suburbios de Dakar aparece en este film de televisión: en el frente de una gran sala de Oración, puede leerse en grandes letras escritas en francés:

“Trabaja, como si nunca fueses a morir,

y ruega a Dios, como si fueses a morir mañana”.

 

            Esto es verdad. Para que la vida continúe en un país, el hombre debe trabajar. Si no, es por esa falta que el hombre y el país mueren juntos.

            Entonces, se ve un hombre simple, pero importante y reconocido como un Maestro que lleva la Palabra de Verdad del Único Dios Creador, que reina tanto en la Tierra como en el Cielo, y de Quien esperamos todos, en este mundo, la Venida próxima.

            Este hombre está consciente de no ser más que un Instrumento de Dios. Las multitudes de Dakar y de los poblados vecinos vienen a él y le siguen. Entran en ese gran edificio. El hombre se sienta en medio de ellos y les habla. De rodillas, la numerosa multitud adora a Dios en Espíritu y en Verdad. En los muros, ningún cuadro, ninguna imagen; mas este Dios es justamente el Nuestro, El de todo el mundo, el Dios Único Creador del Cielo y de la Tierra.

            Mi corazón se llena de alegría. ¡Qué regalo, Señor! Ese pueblo, de rodillas, Os adora y llora de alegría. Ellos Os esperan, Os imploran y rezan, ellos beben las palabras que salen de la boca del Maestro, de Vuestro discípulo, que atrae y reúne las multitudes, como lo hizo San Juan Bautista en Vuestro Nombre.

            Sus enseñanzas sobre Vos, Señor, son tan verdaderas, tan conmovedoras de Amor que, sólo con oírlas, tanto los jóvenes como los viejos, pasan a ser como él. Con la misma fe, la misma comprensión; ellos mismos se ponen a hablar de Vos en esta asamblea.

            Toda esta renovación, en un país musulmán, es una confirmación más de que el Señor está en acción en todas las almas que El viene a salvar.

            “Hija Mía”, me dice JESUS, “DIOS, el Eterno, está en vías de distribuir Su miel. El la reparte entre todos Sus hijos”.

            Ese Maestro decía a toda esa asamblea que le escuchaba: “Nosotros venimos de lo alto, de la casa del Padre. ¿Por qué hemos descendido a esta Tierra? Cuando hayáis encontrado, entonces, vuestra inteligencia alcanzará el Conocimiento de Dios y el Conocimiento descenderá a vosotros”.

            Nosotros estamos en esta Tierra de tentaciones, para volver a subir al Cielo, al encuentro del Padre, o vivir sobre la Tierra Purificada, exenta de todo pecado. En pleno conocimiento del Mal y de su mortal veneno. Con plena voluntad, nosotros escogemos vivir con Dios por toda la Eternidad, guardando en nuestra alma la Caridad, el Amor de Dios y de todos nuestros hermanos en herencia, sin olvidar la Humildad.

            Mucho antes de esta última oleada de catástrofes que se aproximan, JESUCRISTO nos pondrá al resguardo. Es la protección de los Santos Ángeles, para elevarnos al Encuentro de Nuestro Señor. Es la Elevación. En ese corto instante, nuestras almas recibirán ese Conocimiento Divino, aquél que ya han recibido los Santos del Cielo. La Purificación ya habrá tenido lugar para todos en la Tierra, para aquellos que estarán aún vivos, así como también para los que habrán sido llamados al Cielo en los últimos minutos. El Purgatorio ya no será necesario.

            El Maestro musulmán terminó su exposición en la televisión, diciéndonos: “Buscad conocer la Fuente del Universo, que es la Luz Divina”.

            Seguidamente, fue el turno de la Religión judía. Un Rabino nos habló. Su programa, “el corazón y la razón”, nos instruyó acerca de el Hassidismo (que se pronuncia Rhaquidismo).

            “Yo te ruego que permanezcas justo y no pecador”. ¿De dónde se sacan las fuerzas para atravesar la vida cuando hay dificultades? En el camino “de la vida interior”. El está al alcance de todos, pues Dios nos impulsa hacia la Sabiduría. Amar a Dios, amar al prójimo, es abrir el paracaídas de Dios. Es poner al hombre en relación con Dios. Dios desciende en paracaídas hacia el hombre para revelarSe. ¿Por qué? Porque Dios quiere residir en este bajo mundo, pero aguarda a que se Le llame. Es necesario dejarLe entrar, porque el Reino de Dios quiere descender a este Mundo”.

            El movimiento hassídico quiere hacer “descender el Conocimiento Celestial. Es necesario rezar, en el momento en que se sienten las cosas del Cielo, cuando vibra el sentido emocional en nosotros. Sentirlo en nuestro cerebro y hacerlo descender a nuestro corazón. Las tres partes de nuestro cerebro son entonces tocadas”.

            Siguen detalles que no me parecen indispensables. Lo que retengo es “que el Reino de Dios quiere descender a este Mundo”, lo que muestra que la Religión judía, tal como el Islam, aspira al Reino.

            Para nosotros, y para todos, yo pienso que lo esencial es aniquilar en nosotros al hombre impío, que se sigue alimentando de nuestras faltas y así, sin que tengamos conciencia de ello, retardamos la Venida de Nuestro JESUS de Amor.

            Muchos velos se van a levantar en todas las Religiones, para no hacer más que UNA, la Religión del Amor.

            Dios es Amor, Su Reino es cosmopolita. El es el Maestro de la cosmología. El dirige, por Sí Solo, el cosmos, y espera que nuestros corazones, llenos de Amor, Le griten: ¡Ven, Señor JESUS!

 

JESUS:

            Este enigma es tan fácil, que dos mil años pasados, han sido necesarios para que os percatarais de que Mi Santa Venida está condicionada por el tiempo que os tomará expulsar al nefasto personaje que abrigáis en vosotros. Palabra del Señor.

 

Dios en medio de los hombres,

JESUCRISTO

Amén, amén, amén †