BENDITO SEA EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DE YHShWH
Yeshoua – JESUS
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10 de agosto de 2008.
JNSR:
Para la Salvación del Mundo, es preciso que el Nombre del Padre, recibido
por el Hijo y compartido por el Espíritu, sea santificado, en la
Tierra como en el Cielo: “Pues ningún otro Nombre
debajo del cielo es dado a los hombres para salvarnos”, dijo San Pedro hablando del Nombre de JESUS (He 4, 12).
Que se
refleje sobre el rostro de los cristianos, con una amable simplicidad, la
divina Presencia en ellos del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, que les
hace Sacerdotes y Reyes para la
Eternidad.
LA CRUZ GLORIOSA DE DOZULÉ
Si el
Señor me hace regresar sobre esta Aparición, aún no reconocida por la
Santa Iglesia de Dios, a causa “de los hombres que luchan y rechazan”
reconocer la Palabra de Verdad de Cristo JESUS,
dada hace 36 años, es porque el tiempo que vivimos en este momento es
verdaderamente el Tiempo en que se desarrolla todo lo que JESUS anunció a Su
humilde Sierva Magdalena, en la 21ª aparición del Viernes 1º de noviembre de
1974, en la iglesia de Dozulé, en la
Fiesta de Todos los Santos:
“En el instante en que el Sacerdote eleva el ostensorio para bendecir,
el halo de Luz se forma alrededor del Santísimo Sacramento y la Hostia se torna resplandeciente. Magdalena escucha: “Dicite in Nationibus – Di a las Naciones que Dios ha hablado por
la boca de Su Sierva. El le ha revelado que la gran Tribulación estaba próxima,
porque ella ha visto la Señal del Hijo del Hombre que
parte del Oriente, y está, enseguida, en el Occidente. Este Signo del Hijo del
Hombre, es la Cruz del Señor. Yo os digo en verdad, ha llegado al mundo el tiempo de
arrepentirse, porque una transformación
universal está próxima, tal como no la habido desde los comienzos del mundo
hasta este día, y no la habrá jamás.
Cuando la calamidad de la sequía
predicha se abata sobre el mundo entero, sólo el estanque que Dios ha hecho
excavar contendrá agua, no para el consumo, sino para lavaros en señal de
purificación. Y todos vosotros vendréis a arrepentiros al pie de la
Cruz Gloriosa que Dios pide a la Iglesia hacer levantar.
En ese momento todas las Naciones de la Tierra se lamentarán y será en esta Cruz donde ellas encontrarán la Paz y
la Alegría (es la Cruz del Arrepentimiento Mundial
que anuncia JESUS). Después de esos días de angustia,
aparecerá en el cielo el Propio Hijo del Hombre, con gran majestad y gran
poder, para reunir a los Elegidos de los cuatro extremos de la Tierra.
Dichosos los que se arrepientan, porque ellos tendrán la Vida Eterna.
En verdad, Yo os digo, el cielo y la Tierra pasarán, pero Mis Palabras no pasarán”.
Después,
a solas con Magdalena, en el momento en que el Sacerdote, tras una Plegaria
silenciosa, haciéndose intérprete del Obispo, pidió una señal:
“Diles que ya no habrá otras señales más que la Señal del Mismo Dios, el único signo visible es la actitud de Su Sierva y
sus palabras, que son Palabras de Dios, y estas Palabras son irrefutables.
Si el hombre no levanta la Cruz,
Yo la haré aparecer, pero no habrá ya más tiempo”. Luego la Luz
desapareció.
En
verdad, esta Cruz será vista por en Mundo entero, pues Dios la anunció al final
de esta aparición, y Su Palabra es irrefutable y no pasará sin ser cumplida.
¿Será
necesario esperar 40 años, como el Pueblo hebreo, para encontrar finalmente
nuestra Tierra Prometida? Desde que Dios le habló a Magdalena para la Salvación del Mundo (28 de marzo de 1972, 1ª aparición de la Cruz en el cielo de Dozulé), ya
han transcurrido 36 años.
¿Cuándo
veremos la Cruz de la Salvación en el cielo, para todos los
pueblos que vivirán así la Paz de Dios? Como lo dijo JESUS
en ese Mensaje, “¡pero será demasiado tarde!”. ¿Por qué demasiado tarde? ¡Porque los
acontecimientos estarán allí!
Han
pasado 36 años, dejando en el olvido y rechazada la
Palabra de Verdad que JESUS Mismo vino a dar al Mundo. Este anuncio fue dado
para la Salvación de todos los hijos del Padre
por la
Cruz Gloriosa, que con sus 738
metros, ha sido juzgada demasiado alta, “gigantesca” aun para querer levantar
a todos sus hijos caídos tan bajo.
Dios “no
puede” pedir la Cruz del Salvador del Mundo en
memoria de esa Cruz que ha tenido entre sus brazos ese Cuerpo maravilloso,
colgado entre cielo y tierra, con la altura del Gólgota (738
metros de altura), donde se cumplió el más grande Salvamento de todos los
Tiempos y de todos los mundos.
Y eso,
para la Salvación de todos los hombres, del
primero al último que viva todavía sobre esta Tierra, donde va a cumplirse la
mayor tragedia del mundo: el combate de Dios contra todas las fuerzas del Mal.
Ellas están desencadenadas a causa de una Cruz Gloriosa que Satanás detesta. Y
para mostrar su victoria, él ha emprendido la destrucción de la
Tierra y todos sus habitantes, porque él está furioso.
Allí
donde Dios ha dado la Vida, Satanás ha venido a dar la
muerte.
Esa
Cruz, Dios la ha pedido porque ella debía ser la Santa Cruz que iría a exorcizar a todos
los hombres, todas las Naciones que la mirasen. Por su altura, 738
metros, la del Gólgota, ella debía salvar al hombre, mordido hasta el alma
con el veneno mortal del maestro del Orgullo. Por sí solo, él ha conquistado a
todos los hijos ingratos que le han seguido, porque él representa el Poder, el
Dinero, la corrupción, el robo, la violación y el asesinato.
Esta
Cruz sería la barrera contra todos esos atentados y guerras. Como para los
hebreos con la Serpiente de Aarón en el desierto, con
solo mirarla, ella debía aniquilar el Mal que iría a propagarse por todas
partes. Al rechazarla, es Satanás quien se beneficia con este rechazo, que se
convierte en su regalo.
La
desobediencia a Dios se hace nuestra penitencia colectiva, porque nosotros
somos todos solidarios. Menos alta que ciertas torres elevadas por el Poder y
el Orgullo humanos, esta Cruz ha sido rechazada a causa de su altura
“totalmente inaceptable y gigantesca”, como ha sido expuesto. ¡Sin embargo ella
tenía en sí, en su realización, el Plan de Dios!
Y aunque
la altura de la Cruz pedida pareciese excesiva al
Obispo, ¿no debía elevarla a pesar de todo? ¡Dios, encontrando en él esta buena
intención, alimentada por el Amor a Dios y a sus hermanos, lo habría bendecido
y todos habríamos sido salvados!
La
humilde Servidora hablando en el
Nombre
de JESUCRISTO
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