A CADA HIJO

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15 de julio de 2008.

 

 

JESUS dice:

            DéjaMe conducirte. Yo voy a borrar todos tus defectos y tus malas impresiones. Cuando el camino es derecho, tú te sientes mucho mejor.

            Los hombres buscan la complicación para salir bien, ahí donde el camino se presenta derecho. El hombre gusta rodear la meta antes de atravesarla…

            Yo os he dicho que Dios, Solo, puede conduciros allí, donde todas las cosas de este mundo se detienen, pues el camino se corta donde Dios ha puesto Su barrera, porque el peligro está justamente atrás vuestro. Nadie, aún reflexionando sobre ello mucho tiempo, podrá quedar ligado al mundo que huye para desvanecerse, frente a este mundo nuevo que ya está en preparación, y que es inútil querer enderezarlo sobre esta base oscilante, que el hombre ha cambiado con la que Dios le había entregado. En efecto, la mayoría de los seres Me han abandonado para seguir al Maestro de los placeres prohibidos por Dios, habiendo ganado ese derecho por vuestra libertad.

            Mas todo se desmorona y se desmoronará en el momento crucial para Satanás y sus acólitos, cuando la Hora de Gloria del Creador Todopoderoso suene. Satanás se apartará del Pasaje que Dios tomará para salvar a todos Sus hijos que regresan a El. Y tal como la jauría de los egipcios de esos tiempos antiguos, todos (incluso Satanás y sus acólitos) serán aniquilados, sofocados por el aire, o más bien, por la falta de aire.

            Y sobre todo, por ese ejército de Santos que no los dejarán avanzar más, hasta que la Reina de los Cielos y de la Tierra pose Su adorable pie sobre la cabeza del Pérfido, para capturarlo y conducirlo ante el Padre, quien decidirá definitivamente su suerte, ante el Hijo, que pondrá Su Divino Sello, y el Espíritu Santo que le conducirá a ese lugar de donde no debía  haber salido nunca si los hombres no le hubiesen escogido, como el día en que Barrabás fue liberado en Mi lugar. Todo depende de la elección de los hombres. Pero Satanás es un espíritu que Sólo Dios puede aniquilar.

            Ella ha llegado, la Hora en que Dios va a destruir el Mal y todo lo que él arrastra consigo. Las obras de Satanás no serán ni siquiera un simple recuerdo, en ese Mundo Nuevo en que los Cielos serán el espejo de la Tierra y la Tierra, el espejo de los Cielos.

 

“¡El Cielo y la Tierra están llenos de Vuestra Santa Gloria!”, Señor.

Bendito sea el Nombre Tres veces Santo de Dios, el Eterno.

 

            “Acercaos a Mí”, dirá Vuestro Señor. Yo os debo hablar. El tiempo ya está comprometido para ir más lejos. El Mal será totalmente vencido, en el momento en que la barrera del mundo actual sea bajada atrás vuestro.

            Yo soy Aquél que camina en vuestra compañía, el Único Salvador de todos los mundos, porque Yo los he creado para ser eternos como su Creador.

            Vosotros avanzaréis unidos y confiados, porque el Señor no olvida a ninguno de Sus pequeños. Vosotros seréis Mis hijos y Yo vuestro Padre, a quien, en la alegría y la bondad, vosotros obedeceréis, porque Nosotros vamos a superar las emboscadas. Yo no quiero que el miedo se apodere de vosotros, no hay ningún motivo para que pueda él existir, delante de Dios. Permaneced confiados. Solo el Amor hará toda cosa visible.

            Una vez superada la barrera, no volváis la cabeza para atrás, porque ya se dibuja la Nueva Tierra mientras se hunde aquella que no fue para vosotros más que una parada. No miréis más hacia ese pasado, que fue para Dios una cruel etapa para todos Sus hijos. Aunque ella también haya sido la Purificadora de las almas rebeladas contra Mi Amor.

            Yo SOY Aquél que, desde todos los tiempos, os ha buscado y no os ha conquistado más que a este precio: el Sufrimiento de Mi Hijo y el vuestro. Dios obedece, como cada uno de vosotros debe obedecer, a aquello que ES la Santa Palabra de Dios, en el Espíritu Creador y Santificador, que es Dios Mismo. Esta es la Santa Ley de Dios, establecida por Dios, seguida por Dios, para mantener el Equilibrio de todo el Universo, que es la Creación de Dios. 

            En esta barrera vosotros os detendréis, porque los Ángeles os esperan.

 

JNSR:

            ¿Podremos, Señor, continuar después de esta parada? ¡Gracias, Señor!

 

JESUS:

            Escribe. En la niebla donde se encontrarán las almas que no quieran franquear Conmigo esa barrera y no volver más para atrás, ellas asistirán al fin de la existencia de todo lo que fue vuestra vida, y vida del planeta Tierra. Ellos serán aniquilados, como lo fueron los egipcios de ese tiempo lejano. El pequeño número de los que podrán sobrevivir a ese desastre serán los Testigos del Pasado. Yo les haré hablar sobre su desobediencia y el horror que habrán vivido, como testigos del horror.

             Después seréis dejados en espera de los acontecimientos que van a seguir. Será entonces la Elevación, el Reencuentro en los Cielos con aquellos que os esperan después de largo tiempo, con la Divina Presencia en medio de vosotros.

            Entonces estaréis en Mi Tiempo y para siempre reunidos, los del Cielo con los de la Tierra. Reconocibles, porque sólo el Amor hará todas las cosas visibles.

            Dichosos aquellos que Me hubieren esperado, confiados, creyentes, porque Dios no tiene más que una Palabra. Ella es viva y verdadera, llena de Amor y fiel.

 

Con tu Santo Ángel Fiel,

tu Maravilloso JESUCRISTO

Salvador del Mundo † Amén.

 

  

 

 

            El tercer párrafo de este Mensaje, habiendo parecido difícil de comprender por los Traductores, es explicado por JNSR, según lo que el Señor le inspira:

 

JNSR:

            Cuando Dios coloque Su barrera, ella será puesta para separaros del peligro que quedará detrás de vosotros. En ese momento, nadie podrá vivir más en el Antiguo Mundo, que ya huye ante el Plan de Dios, aceptado con toda libertad por todos sus hijos llamados a vivir con Él.

            Todo lo antiguo se desmoronará completamente, en el momento crucial para Satanás y sus acólitos, cuando la Hora de Gloria del Creador Todopoderoso suene.

            Cuando JESUS pase con todos Sus hijos salvados, la barrera impedirá a Satanás y a su sombrío cortejo perseguirles.  Tal como fue el caso, en otro tiempo, cuando Dios hizo pasar a Su Pueblo hacia el otro lado del Mar Rojo, que se volvió a cerrar sobre el enemigo.

            Un ejército de Santos acompañará a la Reina incontestable de los Cielos y de la Tierra, Santa MARIA, Madre de Dios, para capturar al Enemigo de Dios y de los hombres. Ella Misma lo pondrá de rodillas, cara a tierra.

            Después Ella posará Su adorable pie sobre la cabeza de Satanás para capturarlo y llevarlo a la presencia del Padre Todopoderoso que Solo, decidirá su suerte, delante del Hijo, que aprobará y el Espíritu Santo que lo conducirá al único sitio del que él nunca habría debido salir, el Infierno.

            El Pueblo de Dios aprobará, acordándose de lo que los antiguos hicieron al Hijo de Dios, en ese día en que escogieron a Barrabás para que fuese liberado, en lugar del Inocente.

            Como Satanás es un espíritu y Sólo Dios puede aniquilarlo, el Señor de la Historia lo hará prisionero durante mil años, como nos lo confirma San Juan.