EL TIEMPO ANTIGUO SE JUNTA CON EL PRESENTE

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27 de junio de 2008.

San Fernando

 

 

JNSR:

            Tras la Resurrección del Señor, aparición de JESUS a la orilla del lago de Tiberíades (Jn 21, 4-13):

           4 “Al ser de día, estaba JESUS en la orilla; pero los discípulos no sabían que era JESUS. 5 JESUS les dijo: “Muchachos, ¿tenéis algo que comer?”. Le contestaron: “No”. 6 El les dijo: “Echad la red al lado derecho de la barca y encontraréis”. La echaron, y no podían sacarla por la cantidad de peces. 7 Entonces el discípulo a quien amaba JESUS, dijo a Pedro: “Es el Señor”. Simón Pedro, al oír: “Es el Señor”, se puso el vestido exterior, pues estaba desnudo, y se echó al mar. 8 Los demás discípulos llegaron con la barca, pues no estaban lejos de tierra, sino a unos doscientos codos, arrastrando la red con los peces.

            9 Al saltar a tierra, vieron unas brasas con un pez sobre ellas y pan. 10 JESUS les dijo: “Traed los peces que habéis pescado ahora”. 11 Subió Simón Pedro y trajo a tierra la red llena de ciento cincuenta y tres grandes peces; y, a pesar de ser tantos, no se rompió la red. 12 JESUS les dijo: “Venid y comed”. Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarLe: “¿Tú quién eres?”, pues sabían que era el Señor. 13 Entonces JESUS Se acercó, tomó el pan y les dio; lo mismo el pez”.

            Juan, el Apóstol de la Revelación, nos revela aquí cuál será la última Evangelización en compañía de JESUS, el más grande Evangelizador, El, el Amor. Todos Le reconocieron como Dios, Pacificador y lleno de Amor. El estará allí, delante de todos y cada uno, El, el Brasero, en este magnífico texto. Brasero, en Su Divino Sagrado Corazón, que nos reúne a todos pues, en este Fin de los Tiempos, sin El, corremos el riesgo de morir de hambre. El es el Pan de Vida.

  Leed y comprended.

            Esta pesca, que es la última pesca de los Apóstoles con JESUS, es también la reunión, después de Su Santa Resurrección. La pesca es fructuosa: 153 grandes peces. Y la red que los trae, resiste y no se rompe.

            Ella representa, esta pesca, la última, la que nosotros esperamos con todos los apóstoles de nuestro tiempo. Todos aquellos que van a reconocer que se hace tarde y que es preciso instruir a las últimas Ovejas extranjeras, en el Único Redil del Buen Pastor. Porque todos nosotros tenemos el mismo Dios y Padre. Y el Padre ha nombrado a Su Hijo Bienamado el Buen Pastor, para reunir, cuidar y amar a todo el Gran Rebaño del Padre, que se extiende por toda la Tierra.

            Es el gran Rebaño de todos los obstinados que aún dudan de que el Eterno es el mismo y Único Dios del Cielo y de la Tierra. Los Apóstoles, unidos a Dios, esos que han recibido en sus corazones esta gran confirmación, irán a confirmar a los últimos. Ellos van a arrojar su red (su Evangelización), a la derecha de la barca, la Iglesia de JESUCRISTO.

            Todos los primeros llamados y confirmados por Dios en sus corazones, son los Pescadores de hombres a la Derecha de Dios. Esta pesca es la más importante, estos son los grandes peces que han tenido tiempo de crecer para comprender mejor, ahora, que el alimento que les ofrece Dios es totalmente espiritual y necesario para entrar en el Reino de Dios.

            Porque el tiempo ha llegado: apenas 200 codos (50 cm. x 200) nos separan del Cielo. Los últimos comprenderán mejor a sus mayores, que les tranquilizan sobre esta elección maravillosa de Dios, después de todo lo que sufrieron en todos los trastornos que atravesaron en este último camino.

            Y Pedro, que siempre es representado como el Papa con la Iglesia y todos sus miembros, va a reconocer que era justamente esta pesca la que Dios esperaba para venir a nuestra Tierra.

            Juan, el escogido de Dios con todos Sus elegidos, va a decir a la Iglesia de Pedro: “¿No comprendes que es el Señor quien está ahí con todos Sus últimos?”

            Los últimos serán los primeros porque, en muy poco tiempo, ellos serán convertidos. Pedro, el Papa que necesita hasta lo último de Juan, los Mensajeros de Dios, va a encontrarse desnudo y va a vestirse rápidamente, delante del Señor, con su mayor Humildad. Porque hoy, Pedro y la Iglesia que JESÚS le confió, también ella está desnuda, abierta a todos, porque ella es la panadería de toda la Tierra, que se muere de hambre, de Hambre de Dios. De Dios que viene a salvarnos.

 

Un solo Dios en tres Personas,

Una sola Iglesia para todos.

 

  

 

 

Nota: los 153 peces de esta pesca milagrosa son una aproximación a las 153 Ave Marías del Santo Rosario, que fue dado en una aparición de la Santísima Virgen a Santo Domingo.