LA HORA DE MI IGLESIA

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21 de junio de 2008.

 

JESUS:

            Vosotros decís demasiadas veces: “Dios proveerá”. Remitís vuestros esfuerzos a la Divina Providencia; pero el Señor os invita en primer lugar: “Haced y Yo haré”.

            Yo no soy un Dios pasivo, para dejar que esa rama casi muerta, en que se convirtió todo vuestro ser, se desprenda poco a poco del Árbol de la Vida por el que circula Mi Savia de Vida. Yo soy ese Árbol. ¿Acaso no comprendéis que toda vida, la de vuestra Tierra, así como la vida del más miserable de Mis hijos, está a punto de expirar a causa del interés que lleva a algunos a dejar como muerto, una y otra vez, a vuestro Dios de Amor, clavado en Su Cruz?

Yo soy Vida.

Yo soy el Salvador del Mundo, JESUCRISTO.

Yo soy la Resurrección y la Vida

           

            ¿Por qué Me seguís condenando aún, al fondo de vuestras iglesias? Colgado en Mi Cruz, con los brazos abiertos, Yo quiero estrecharos entre Mis brazos. ¿No comprendéis que el más grande Sacrificio de Amor ya ha sido realizado: que Yo os he abierto el Reino de Dios?

            No paralicéis vuestra Liberación, impidiéndoMe venir a vuestra Tierra. Los escribas y los fariseos de vuestro tiempo siguen torturándoMe para tomar Mi lugar. Mas Yo subiré a Mi Trono de Gloria, en Mi Tierra, tal como subí a Mi Santa Cruz. Pues esa es la Voluntad de Mi Padre. Yo soy Rey, Hijo de REY.

            Vuestra institución eclesiástica, más humana que divina, os encierra en ella. Y no es para protegeros, es para ponerse ELLA al abrigo. Acordaos de que el Día de JESUS será también la Hora de Mi Iglesia. No llaméis una vez más a la Providencia Divina. Vosotros tenéis Mi Palabra. Dios viene a reclamaros una colaboración voluntaria y total, para abrir Su Iglesia a todos Sus hijos. Así como en el Cielo, Dios quiere acoger ya, a todos, en Su Tierra.

            En Mi Tierra, Yo no veo más que mentira. Satanás ha logrado neutralizar a los verdaderos Soldados de Cristo y así, él cree tener la victoria final.

            Porque la Iglesia de la Tierra debe ser el Puente de la Comunión de los Santos de la Tierra con los del Cielo. La Iglesia está vacilante. Ha olvidado que ella ha nacido cristiana y que ella debe alimentar, con Mi Palabra y con Mi Pan de Vida, a todos Mis hijos que viven en la expectativa de nacer del Espíritu.

            Sacerdotes de Mi Iglesia, vosotros sois su columna vertebral, que debe recibir la Fuerza del Espíritu Santo para salir de vuestros muros y llamar a todos Mis hijos, que duermen un sueño letárgico. ¡Encaminaos, sacerdotes! Abrid las puertas de Mi Iglesia. Pasad de lo material a lo espiritual. De un solo impulso, saltad pronto ese abismo. Acarread pronto a Mis Ovejas, hacia el Único Redil del Buen Pastor.

 

Mi Santa Palabra despertará a todos los paganos.

Tened la Fe de Pablo y de Pedro.

Con vuestro Señor, vosotros venceréis

 por Mi Santa Cruz.

Pedid y recibiréis.

Palabras de JESUS.

   

 

JNSR: El 28 de junio se abre, en Roma, el año ecuménico de San Pablo.