TENED LA PACIENCIA DE ESPERAR MI SANTA VENIDA

HACIENDOOS MEJORES

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23 de abril de 2008.

Santa Catalina de Siena

 

 

JNSR:

            Señor, yo sé que no se debe provocar, trátese de lo que sea, para escuchar la Voz de Dios. Pero, si Vuestra Santa Voluntad me lo permite, Señor, decidnos lo que debemos hacer y lo que posiblemente olvidamos o tardamos en cumplir. Seáis Bendito, Señor, por todos Vuestros hijos que Os aman.

 

JESUS:

            Yo soy la Palabra de Dios, el Verbo de Dios. Y no hay sino un solo Dios y Dios ha sido crucificado por vosotros. Muerto y Resucitado, Dios vive en el Cielo invisible, en espera de Su Retorno visible en medio de vosotros.

            Es como si el patrón de una inmensa fábrica partiese de viaje de negocios y se ausentase por un tiempo indeterminado, sin tener ninguna fecha prevista para su regreso. Pensando que pudiese haber una necesidad urgente, regresa a su fábrica y entonces, ¡sorpresa!: nada marcha como él lo esperaba encontrar a su regreso. Habiendo dejado la fábrica en manos de buenos operarios, este patrón contaba con su buena fe y, al regresar, comprueba que nada funciona, que diversos modos de gobernar su empresa surgieron durante su ausencia.

            Todo funciona como si, en el seno de su empresa, hubiesen varios jefes y que cada uno de ellos actuase por su propia cuenta: es el caos. Incluso entre cada obrero, reina la confusión. No se reconoce ni siquiera al verdadero y único Patrón, que acaba de llegar a su fábrica. Y allí, delante de la puerta, en el propio umbral de su empresa, su voz se hace oír. El tumulto llega como el rayo y ya no se sabe si es el relámpago (la Luz, la Presencia) lo que se ve primero, o el trueno (la Voz, la Palabra), lo que se oye en primer lugar.

            Dios responde: “los dos a la vez. Yo regreso con Mi Sentencia”. Tú ves, hija Mía, la Tierra que Yo confié a los hombres convertida en un caos. Ya no se reconoce más a Dios, el Solo, el Único Señor de todo el Universo visible e invisible. Yo debo regresar antes del inmenso trastorno que los humanos están en trance de crear, ellos que, tras haber querido organizar todo despreciando las leyes más elementales para el equilibrio de su planeta, están en camino de crear una causa adicional de desequilibrio: la invasión de los desechos de toda clase, los restos a veces muy importantes, abandonados en el espacio por la "conquista espacial" marcada por el orgullo humano.

            Vuestros desechos domésticos están a punto de invadir vuestro planeta. Yo lo he permitido, para que constatéis (en Nápoles, por ejemplo), que antes de profundizar en la cosmogénesis, el investigador deberá esperar Mi Venida a la Tierra para comprender dónde está su porvenir,

Yo soy vuestra única liberación

JESUCRISTO

 

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