LA SANTA RESURRECCION DE JESUCRISTO

EL ESPIRITU CONSTRUYE

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12 de marzo de 2008.

 

 

JESUS:

            Y reconstruido el cuerpo, Cristo Resucitado al salir del Sepulcro, no Se deja tocar por María Magdalena. La tangible resurrección no estaba aún acabada. Yo no había subido todavía al Padre.

            (Jn 20, 17) JESUS a María Magdalena: “No Me toques, porque aún no he subido a Mi Padre. Pero ve a buscar a Mis hermanos y diles que Yo subo a Mi Padre y vuestro Padre, a Mi Dios y vuestro Dios”.

            Si Mi Santa Madre fue la primera en verMe, quiere decir que Ella Me vio antes que María Magdalena, que estaba a la entrada del Sepulcro. MARIA, Madre de la Encarnación Divina, Ella, que vio a Su Divino Hijo nacer a la vida de la Tierra y después morir en Su Cruz, es también la Madre de la Santa Resurrección.

            Transportada por los Ángeles divinos, los mismos que asistieron a Mi Santa Muerte en Mi Cruz, y que permanecieron con Ella de rodillas esperando que se cumpliese ante Sus ojos la Santa Resurrección de su Divino Hijo tendido sobre la piedra, Ella vio la Luz invadir la oscuridad del Sepulcro.

Como el rayo, el Cuerpo Espiritual de Cristo JESUS atravesó el aire, proyectando su Luz, que iluminó el Cielo y la Tierra. Ese Cuerpo, tres veces Santo, impalpable como el aire, se reconstruyó en el Cuerpo inerte, volviéndole a dar la Vida, aquella que tienen los Santos del Cielo. Cristo debía después subir hacia el Padre de Gloria Eterna, para concluir el proceso de Su Glorificación: Cuerpo enteramente Glorificado.

Fue así que JESUS todavía vio a Tomás, quien pudo tocar las Llagas de Cristo para creer y poder decir: “Señor mío y Dios mío”, como cada uno de nosotros lo debe decir delante de la Santa Hostia consagrada en la Misa, donde se cumple lo que vio MARIA, lo que vivió MARIA: la Concepción, el Nacimiento, la Muerte y la Resurrección de Su Divino Hijo.

 

JESUCRISTO, Hostia Viva

y MARIA, Madre de Dios.