VIGILAD Y ORAD, QUE
3 de marzo de 2008.
JNSR:
Yo
continúo, para que todos comprendan:
El viernes 7 de julio de
“Será aquí donde vosotros veréis
En la misma capilla, el viernes 6 de
octubre de 1978, JESUS hace esta Promesa a Magdalena:
“Cuando esta Cruz sea levantada de
la tierra, ahí mismo Me veréis porque, en ese momento, Yo revelaré a las
Iglesias los Misterios que están escritos en el Libro de
Y Magdalena no se ha podido engañar:
“Será aquí donde veréis
Cristo JESUS es el Sumo Sacerdote de
toda nuestra Comunidad. Para entrar en los Secretos de Lo Alto, contemplemos
“Queridísimos, desde ahora somos
hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que cuando se
manifieste, seremos semejantes a El, porque Le veremos tal y como es. El que
tiene esta esperanza en El, se purifica a sí mismo, como El es Puro”. (1 Jn 3,
2-3) (“El”
es JESUS)
Jesús me dice, el día 26/12/06:
“Desde los Cielos, en breve, vosotros veréis aparecer a Aquél que de todas las cosas es el Señor. El regresa en toda Su Gloria. Entonces, en El, vosotros os veréis como en un espejo, porque quien Me ve, será semejante a Mí”.
He aquí el relato, vivido, que JESUS me pide contaros:
“Yo
me encontraba en San Damiano, lugar santo, donde
Después
de haber colocado mi ramo de flores delante de
Mi hijo
Ricardo se tiende sobre mi cama. A los pies de ella, se sienta mi hijita
Brígida y yo me siento junto a ella. Yo había colocado en un vaso las tres rosas
delante de Nuestra Señora, reproducción en miniatura, de la linda estatua de
San Damiano.
Ricardo
me pide que les cuente lo que vi ese día, en la peregrinación, cuya asistencia
había sido muy numerosa, y donde cada persona podía contar lo que le había sucedido
en ese lugar bendito, al que acuden todos los meses.
Yo bajo
la cabeza cuando, de repente, mi hijo lanza un grito de sorpresa que llena la
habitación. “¿Pero qué te sucede?” “Yo vi, yo vi esa
rosa deshojarse de todos sus pétalos, arrojados por el aire como por un chorro
de agua, para formar una corona
alrededor de
Brígida y yo misma, no nos cansábamos de escuchar a Ricardo contarnos eso, a pesar de su habitual escepticismo; y mientras, las tres rosas permanecían intactas en el vaso y con la misma frescura. Nosotras no habíamos visto nada. Yo sigo contando sobre mi peregrinación, pero ahora es Brígida la que grita aún más fuerte que Ricardo: “¡Yo vi! ¡yo vi, no es posible!” E hizo el mismo relato, con el mismo entusiasmo: “Mami, los pétalos proyectados hacia el aire, volvieron a caer como paracaídas, suavemente, suavemente. Todo era rosa a los pies de la estatua y delante de JESUS”.
Pero yo
no veía más que las rosas intactas en el vaso. Mis hijos se hablaban entre
ellos, espantados: “¡vimos lo mismo!”. ¡Y entonces, yo veo esta maravilla
reproducirse para mí! Yo puedo describirla, como mis dos hijos, pero estoy
maravillada de tal forma con la visión y por el dulce perfume, que me pongo a
llorar.
¡Ya
tantas veces Mi Dulce Mamá del Cielo me ha hablado en San Damiano, tantas veces
Ella Se ha manifestado con las flores y los perfumes! Y siempre me he conmovido
hasta las lágrimas. GRACIAS, Dulce Mamá del Cielo. GRACIAS, mi Dulce JESUS.
¡Qué bello recuerdo!
Entonces
JESUS, que me ha hecho recordar uno de los numerosos milagros que yo he visto
en San Damiano, me pide deciros que será de
esta forma y en Verdad, como nosotros veremos y viviremos, todos al mismo
tiempo,
En ese Día Santo y Maravilloso
de
Vuestra
Mensajera, JNSR, con
la de JESUS de Nazaret Señor y Rey.
† † †