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1º de marzo de 2008.
JNSR:
El
Señor me pide que escriba lo que ha sido dicho por todos los profetas, a fin de
informar a todos Sus hijos sobre el Fin de los Tiempos y
El
Todopoderoso ha hecho accesible a
Nosotros
vivimos, en efecto, un tiempo en el que los descubrimientos científicos y el
progreso tecnológico han producido armas capaces de aniquilar toda la vida que
existe sobre el planeta. Nosotros vivimos el Tiempo del Fin, justo antes del
fin de esta era y del Segundo Advenimiento de JESUCRISTO.
JESUCRISTO,
el más grande comentador de noticias que jamás haya vivido, sabía cuales serían
las lamentables condiciones a las cuales llegarían los hombres, por sí mismos,
en este Tiempo del Fin. El ha dicho:
“Y si no se acortasen aquellos días, nadie se salvaría; mas, por amor de los elegidos, se acortarán los días aquellos” (Mt 24, 22).
Dios
Todopoderoso ha prometido intervenir en las dificultades de este mundo; El ha
prometido enviar de nuevo a JESUCRISTO para salvarnos de nosotros mismos y
traernos por fin
“Mirad, es vuestro Dios… viene El mismo a salvaros. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará el cojo como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo”.
En Daniel (Dn 2, 44): “En tiempo de esos reyes, el Dios de los cielos suscitará un reino que no será destruido jamás y que no pasará a poder de otro pueblo”.
En Salmos (67,3): “Para que se conozcan en la tierra Tus caminos y Tu salvación entre todas las naciones”.
En
Lucas (2, 30-32): “Porque mis
ojos han visto Tu Salvación… Luz para iluminar a las naciones” (Palabras de Simeón ante
El
Evangelio de JESUCRISTO es simplemente todo el Evangelio que El mismo predicó:
El Reino de Dios ha sido anunciado por todos los profetas
Hechos
19,8: en Efeso, San Pablo: “entró después en
Hechos 14, 22: en Antioquia, San Pablo: “nos es preciso pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios”.
Hechos 8, 12: en Samaria, Felipe: “Pero cuando creyeron a Felipe, que les anunciaba el Reino de Dios y el Nombre de JESUCRISTO, se bautizaban hombres y mujeres”.
Cuatro cosas son necesarias para constituir un Reino:
1. Un territorio. El mundo entero
es el Territorio de Dios: fue El quien lo creó.
2. Un Rey, un Jefe: JESUS es el
Rey del mundo, de todo el Universo.
3. Ciudadanos o súbditos:
nosotros somos Sus criaturas, Sus hijos sometidos a Sus Leyes.
4. Leyes y un gobierno: el
Gobierno divino, con las Santas Leyes de Dios.
En Isaías, todo el capítulo 11 se refiere
a los Tiempos Mesiánicos. Nosotros escuchamos, aún hoy día, de numerosos Evangelios,
pero ¿cuántas personas escuchan predicar el Evangelio de Cristo, aquél que El
Mismo predicó: el Evangelio del Reino de Dios?
Marcos (1, 15): “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios es inminente: arrepentíos y creed en el Evangelio”.
Con el Arrepentimiento
Mundial y el Perdón de Dios, lo que nos es pedido por JESUS de Nazaret, todavía
hoy, es proclamar por todas partes que el Reino de Dios en
Un Gobierno mundial, investido
de plenos poderes, será instaurado. El va a resolver todos los problemas de
manera justa y equitativa para todos. Este Gobierno no será administrado por
hombres de espíritu carnal, sino por el Todopoderoso Creador del Universo.
En
“Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por Nombre JESUS. Será grande y llamado Hijo del Altísimo. El Señor Le dará el trono de David, Su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y Su Reino no tendrá fin”.
Es
tiempo de predicar el Evangelio que el mismo JESUCRISTO predicó, el Evangelio del Reino de Dios.
2 Pedro 3, 8: “No se os oculte sin embargo, una cosa: un día es ante Dios como
mil años y mil años como un día”.
Dios nos da Su Plan
El Plan Divino de
7.000 años
El esquema de este Plan es dado en
los dos primeros capítulos del Génesis, es
la semana de Siete Días. Nosotros sabemos que cada uno de los primeros 6
días de
Pero yo siento que hay una relación entre los días de esta semana (un día es como mil años) y el Plan de Dios.
Dios dijo: ¡Hágase la luz! y la luz fue hecha. Dios vio que la luz era buena, y Dios separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz día y a las tinieblas noche. Y hubo una tarde y una mañana: primer día.
Dios separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre él. Dios llamó al firmamento cielo. Y hubo una tarde y una mañana: segundo día.
Dios dijo: Que las aguas que están debajo de los cielos se junten en un solo lugar y que aparezca lo seco. Y así se hizo. La parte seca, la llamó Dios tierra y la masa de las aguas, mares. Que la tierra haga brotar hierba verde, hierba con semilla y árboles frutales cada uno con su fruto, según su especie, y con su simiente. Y vio Dios que era bueno. Y hubo tarde y mañana: tercer día.
Dijo Dios: Haya en el firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche; que ellas sirvan de señales, tanto para las estaciones, como para los días y años; que ellas luzcan en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra. Y así fue. Hizo Dios los dos grandes luminares: el mayor, para presidir el día y el menor, para presidir la noche, y las estrellas. Y vio Dios que era bueno. Hubo tarde y mañana: cuarto día.
Dijo Dios: Hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra aves, bajo el firmamento de los cielos. Procread y multiplicaos y henchid las aguas del mar y multiplíquense sobre la tierra las aves. Vio Dios que era bueno. Hubo una tarde y una mañana: quinto día.
Dijo Dios: Brote la tierra seres animados, según su especie, ganados, reptiles, animales terrestres, cada uno según su especie. Y así fue.
Dijo Dios: hagamos al hombre a Nuestra imagen y a nuestra semejanza, para que
domine sobre los peces del mar, las aves del cielo, sobre los ganados y sobre
los reptiles que se mueven sobre la tierra.
Dios crea al hombre a Su imagen, a Imagen de Dios lo creó,
hombre y mujer, El los creó.
Dijo Dios: He aquí que Yo os doy todas las hierbas portadoras de semilla que están
sobre toda la superficie de la tierra y todos lo árboles frutales portadores de
semilla: esto será vuestro alimento.
A todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra, Yo les doy por alimento cuanto de verde la tierra produce. Y así fue. Dios vio todo lo que había hecho: ello era muy bueno. Y hubo tarde y mañana: sexto día.
Así fueron acabados los cielos y la
tierra y todo su conjunto. Concluida toda la obra que Dios había hecho, El
descansó, en el séptimo día, y lo santificó porque, en ese día, Dios descansó
de toda la obra de
Nosotros daremos a cada día de la creación el valor de 1.000 años:
El Plan Divino de “7.000
años” para
Desde
Dios puso a prueba, en primer lugar,
la obediencia de Abraham, ¡al pedirle que Le sacrificase a su hijo único,
Isaac! Después, a pesar de
Luego, vino la liberación de los
Hebreos de su esclavitud en Egipto, por Moisés; el pasaje del mar, a pie, del
pueblo hebreo, perseguido por los Egipcios (que fueron ahogados); las Tablas de
Pero nuestro mundo se parece al niño desobediente, que se obstina en jugar con fósforos y que termina quemándose o incendiando su casa. La lección de las guerras y de las epidemias del pasado ha sido inútil. Peor aún, ella ha conducido a los hombres a inventar armas capaces de destruir, en cuestión de minutos, toda la vida en el planeta; una paz precaria se apoya en el equilibrio del terror nuclear y no en el Amor a Dios y al prójimo.
Simultáneamente, se ven a otros hombres gloriarse de sus prácticas
sexuales contra natura, que conducen al SIDA, ¡mientras que las leyes sancionan
tal reconocimiento como un delito penal!...
La supervivencia del planeta está amenazada por armas de destrucción
masiva, epidemias, hambruna, consecuencia de los trastornos causados por el
calentamiento climático, resultante de la contaminación por los gases y su
efecto invernadero, contra lo cual no se hace más que hablar y hablar. Porque
para todos nosotros, y particularmente los países más contaminadores, es urgente hacer algo: “¡Después de nosotros, el Diluvio!”.
Hoy día, cada uno de los habitantes de este planeta, debe enfrentar el que un día éste ya no será más habitable. Nuestro Señor me ha repetido muchas veces: “¡Haced y Yo haré!”. Como nosotros hemos hecho muy pocas cosas acertadas, debemos contar con vivir los días que los profetas anunciaron.
Los cuatro caballos del Apocalipsis (Ap 6, 1-8)
Representan los cuatro aspectos principales del mundo, en la hora actual:
El
caballo blanco: los nuevos falsos ministros, que predican un falso Cristo y
falsos caminos para llegar a
El caballo rojo representa el ritmo creciente de los estragos provocados por la guerra, todos los atentados asesinos y todas las armas destructivas.
El caballo negro, es el hambre en el mundo y todas sus consecuencias.
El caballo pajizo simboliza el desencadenamiento de las epidemias.
Es el hombre quien atrae sobré sí
mismo estos sufrimientos y estas horribles muertes. JESUS sabía que, entregada
a sí misma,
El pequeño libro de Daniel
Pues el libro que Dios mantuvo secreto ante Daniel, acaba de abrirse, porque Dios viene a
salvar a Su Pueblo. Es
Daniel
12, 1-4: “En ese tiempo se
alzará Miguel, el gran Príncipe, el defensor de los hijos de tu Pueblo, y será
un tiempo de angustia, tal como no lo hubo desde que existen las naciones hasta
ese día. Entonces, se salvarán los que de tu Pueblo estén escritos en el libro.
Las muchedumbres de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán,
unos para la vida eterna, otros para eterna vergüenza y confusión. Los sabios
brillarán con el esplendor del firmamento, y los que enseñaron
Tú, Daniel, ten en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos se extraviarán y aumentará la iniquidad.” (ver Nota)[1]
Es en Mateo (24, 7-8) donde todo está dicho por el propio JESUCRISTO: “Pues se levantará pueblo contra pueblo y reino contra reino; habrá hambre y terremotos en diversos lugares. Mas todo eso será sólo el principio de los dolores”.
En Jerusalén,
Mateo (24, 12-14): “El exceso de la maldad enfriará la caridad de muchos. Pero el que persevere hasta el fin, se salvará. Esta Buena Nueva del Reino se proclamará en el mundo entero, en testimonio para todas las naciones. Y luego vendrá el Fin”.
Lucas
(21, 20-24): “Cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, entended que
se aproxima su destrucción. Entonces huyan a los montes los que estén en Judea;
aléjense los que estén dentro de la ciudad; y los que estén en el campo no
entren en la ciudad. Serán días de castigo en los que se cumplirá todo lo que
está escrito. ¡Ay de las que estén encinta y criando en esos días! Porque habrá
gran tribulación sobre
Estos acontecimientos constituirán
una gran abominación para toda la
ciudad y seguirá la desolación. Son
las acciones odiosas y terribles cometidas por los ejércitos que atacarán Jerusalén y que causarán esta nueva abominación de la desolación (Es
Jerusalén)
Mateo (24, 15): “Cuando viereis la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, en el lugar santo (el que lea entienda)...”
En este momento, existe la amenaza de guerra en el Cercano Oriente, y la profecía de Zacarías concierne, primero al pasado y después al futuro:
Zacarías (14, 2-5): “Yahvé hará confluir todas las naciones hacia Jerusalén para pelear y tomar la ciudad. Las casas serán saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la ciudad saldrá para el destierro, pero el resto del pueblo no será exterminado de la ciudad. Pero después saldrá Yahvé a campaña y peleará contra aquellas gentes como en otras ocasiones peleó en el día de la batalla. Pondrá Su pie en el monte de los Olivos, que está delante de Jerusalén, al oriente. El monte de los Olivos se dividirá en su punto medio en dirección este-oeste, dejando en el medio un gran valle: una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Y se allanará el valle del Jinón, se allanará como se allanó, a causa del terremoto, en los días de Ozías, rey de Judá. Y vendrá Yahvé, tu Dios, y todos los santos con El”.
Esta tentativa militar en el Cercano Oriente va a desencadenar una guerra.
Mateo (24, 21-22): “Porque entonces la tribulación será tan grande, como no la hubo desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. En aquellos días, si no se acortasen, nadie se salvaría; pero, en atención a los elegidos, aquellos días serán acortados”.
Habrá llegado el momento para que JESUS intervenga. Nunca antes, el hombre había estado en condiciones de destruir toda la vida en el planeta, como lo está actualmente. Por consiguiente, estas profecías no pueden aplicarse sino a nuestra época del Tiempo del Fin y al futuro cercano.
Los Cuatro Ángeles (Ap 9, 14-18)
…La cual (la voz) decía al sexto ángel, que tenía la trompeta: “Suelta sobre el río Eufrates a los cuatro ángeles, que están encadenados”. Y fueron soltados los cuatro ángeles, que estaban dispuestos para la hora, el día, el mes y el año, a fin de exterminar la tercera parte de los hombres. El gran ejército de caballería constaba de doscientos millones; yo oí su número. He aquí cómo en mi visión vi a los caballos y a los jinetes: estos tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; los caballos tenían las cabezas como las de los leones y de su boca salía fuego y azufre. La tercera parte de los hombres fue exterminada por estas tres plagas: fuego, humo y azufre, que salían de las bocas de los caballos”.
Este tributo descontado por la muerte (la tercera parte de los hombres) se añade al tercio que ya habrá sucumbido a consecuencia del hambre y las epidemias. Zacarías (13, 8-9) ya lo había anunciado claramente:
“Y sucederá en toda la tierra, palabra de Yahvé, que dos terceras partes de ella perecerán, y quedará la otra tercera parte. Y meteré esta tercera parte en el fuego: la purificaré como se purifica la plata, y la probaré como se prueba el oro. El invocará Mi Nombre, y Yo le escucharé y diré: Este es Mi pueblo, y él dirá: Yahvé es mi Dios”.
En Isaías (24, 1-6), el Señor ya nos había prevenido:
“Ved que Yahvé devasta
Quedará sobre
El Regreso de Cristo en Gloria sorprenderá a mucha gente, que se preocupará tan sólo de sus problemas, en medio de la época más terrible que el mundo jamás haya conocido.
Mateo
(24, 37-39): “Como en los tiempos de Noé, así será
Para que sean más numerosos los
hombres que esperan el Regreso de Cristo, las señales están en
Lucas (21, 25-28): “Habrá señales en el sol, en la luna y en los astros; las naciones estarán angustiadas en la tierra y perplejas por el estruendo del mar y de las olas; y los hombres muertos de terror y de ansiedad por lo que sobreviene al mundo; pues las columnas de los cielos se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube con gran poder y majestad. Pero vosotros, cuando comiencen a suceder estas cosas, tened ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención”.
Aún cuando ella esté todavía
disimulada, la verdad es que nosotros ya estamos en plena crisis mundial, la
cual ningún hombre podrá resolver. Nosotros estamos en ella. Sólo Cristo podrá
restablecer
Reunión de los Elegidos en el Tiempo del Fin
Los Ángeles con sus
Trompetas.
Ninguna novedad podrá chocar a las gentes, ningún título sensacionalista de periódico podrá ser más espectacular que
aquél que anuncia el Regreso de JESUCRISTO.
Inmediatamente después de Su Ascensión, los Apóstoles quedaron sorprendidos al ver dos Mensajeros divinos que les dieron esta garantía:
Hechos (1, 11): “Este Jesús que os ha sido arrebatado al Cielo, vendrá así, tal como Lo habéis visto irse al Cielo”.
Habiendo sido concluida la creación
en 6 “días”, a los que hemos dado un valor de 6.000 años, se puede esperar que
el 7º día corresponda a un jubiloso sábado de mil años. Y que JESUCRISTO,
seguido de la milicia triunfante de los Santos y de los Elegidos, habiendo
escapado a la muerte o, milagrosamente vueltos a llamar a la vida, reinará en
En el Tiempo del Fin, nadie conocerá ni el día ni la hora del Regreso de JESUCRISTO. A pesar de ello, poco antes de este Regreso,
“El Evangelio del Reino de Dios será predicado en el mundo entero, en testimonio para todas las naciones”. (Mt 24, 14).
San Lucas nos advierte con las propias Palabras de Cristo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lc 21, 33). “Velad, pues, en todo tiempo, orando para que podáis libraros de todo lo que ha de venir y comparecer delante del Hijo del Hombre” (Lc 21, 36).
Lucas (12, 43): “¡Dichoso el siervo ese si, al llegar su amo, lo encuentra cumpliendo su deber!”.
Mateo (24, 44): “Por eso también vosotros estad preparados, porque a la hora que no penséis, vendrá el Hijo del Hombre”.
“En seguida después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará resplandor, las estrellas caerán del cielo y las columnas del cielo se tambalearán” (Mt 24, 29). (Eso no se ve más que en un grandísimo frío).
“Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; todas las
tribus de
El Señor vendrá “como un ladrón”, sin prevenir el año, el mes, el día o la hora. Pero esto no será en silencio.
En San Pablo (1 Tes 4, 16-18): “Porque el Señor mismo, a la señal dada
por la voz del Arcángel y al son de
San
Pablo (1 Tes 5, 9): “Dios no nos destinó a la ira, sino a la adquisición de
¿Quién regresará con Cristo?
Todos los Santos, los verdaderos Cristianos:
Zacarías
(14, 4-9): “(En ese día) pondrá Su pie en el monte de los Olivos, que está
delante de Jerusalén, al oriente” “Y vendrá Yahvé, tu Dios, y todos los Santos con El. En aquel día,
no habrá ni frío ni hielo, sino que será un único día, solamente conocido por
Yahvé, sin cambio de día y noche, pues al tiempo de la noche habrá luz. En
aquel día, brotarán aguas vivas de Jerusalén, la mitad de ellas hacia el mar
oriental y la otra mitad hacia el mar occidental; correrán en verano y en
invierno. Y Yahvé reinará sobre toda
Marcos
(8, 38): “…cuando El venga en
Nota: Los muertos en Cristo, que
habrán sido resucitados, así como los Cristianos vivos (que habrán sido entonces
hechos inmortales) se elevarán por los aires al encuentro de Cristo, pero ellos
volverán a descender inmediatamente con El a
Esto (leído y tomado de
“Los hijos de Dios serán librados
del miedo, porque ellos sabrán que es necesario llegar, justamente, por este
camino que Yo os haré tomar. ¡Tened
Confianza!
El mar podrá surgir en todas partes y la tierra podrá oscilar bajo vuestros pies, nada de lo que veáis a vuestro alrededor os podrá servir de apoyo. Y, a pesar de ello, os mantendréis de pie y caminaréis hacia donde Yo Mismo os voy a conducir. El viento no aflojará, el agua caída del cielo os inundará y vosotros seguiréis caminando, sostenidos por Mi Fuerza que vivirá en vosotros.
Al llegar adonde Yo os conduzco, os detendréis y esperaréis, sin miedo alguno, porque ahí mismo irán Mis Ángeles para llevaros a lugar seguro. No tengáis miedo de nada. Lo que Yo te digo aquí es verdadero y sucederá después de Mi señal. Yo Mismo te lo diré. Sí, tú te mantendrás hasta entonces, porque Yo quiero que ellos Me escuchen, aquellos a quien Yo voy a escoger, como a ti, para conducir a Mis hijos hasta el sitio donde Yo os voy a reunir.
Vosotros seréis suficientemente numerosos, para formar
a los hijos salvados por Dios, en este Tierra.
Yo Mismo te dije que te avisaré, así
como a los otros. Ten Confianza en lo que Yo te pido y pediré sucesivamente,
poco a poco. Sí, he aquí Mi Señal: † JESUCRISTO, Salvador de los hombres,
que viene a formaros para
Con Mi Corazón, Yo firmo este Mensaje”.
Después, he aquí el segundo sueño: Me sentía como llamada a salir de mi casa.
Había una multitud de personas por todas partes, no se podía caminar por las calles.
Toda esa gente corría hacia la inmensa catedral, cuya torre sobrepasaba a todos
los edificios; ella se hallaba en lo alto (signo de grandeza). Mi madre, ya
fallecida, estaba conmigo. Era muy fatigosa, esta marcha. A mi pregunta, el
Señor responde:
“En efecto, vosotros estáis a la
expectativa de un gran acontecimiento, y
No tengáis ningún miedo. Todo eso debe suceder. Este encuentro de tantas personas, son aquellos a quienes Yo llamo a venir a Mí. Ellos son numerosos y vienen de todas partes. Están a la expectativa, como Yo te lo he dicho. Ellos vienen de lejos. Están en camino, desde hace mucho tiempo, por todas las rutas, reuniéndose en el punto que Yo les he indicado. Que no haya temor, todavía no es la hora.
Permaneced calmados, felices, porque el Tiempo del Encuentro llega en breve.
Quien deba reunir sabrá hablar con Mi Palabra.
Los habitantes del Cielo exultan de
Alegría, todos ellos están advertidos. La
llave, como tú misma lo constatas, te será dada cuando el momento haya
llegado, esa llave que abre todo lo que ha estado escondido hasta el Día en que
Dios aparecerá ante vosotros.
Sé
paciente, Mi hija escogida
por
JESUCRISTO.
Amén”
Yo comprendo que todo esto ha sido
escrito para nuestro tiempo. Me he
servido de
Las guerras, la gran Tribulación y
Hoy, domingo 2 de marzo de 2008,
comprendo que la secuencia del Mensaje del 1º de junio de 2007, así como el del
2 de junio, tenía su respuesta en
Para escribir todo este texto: “los profetas han hablado”, el Señor me
ha guiado. Ante todo, yo he encontrado una primera respuesta a la cuestión: ¿dónde debía ocurrir la abominación de la
desolación? Ella se llevará a cabo en el lugar más Santo que exista sobre
En San Lucas (21, 20-24): “Cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, entended que se aproxima su destrucción. Entonces huyan a los montes los que estén en Judea; aléjense los que estén dentro de la ciudad; y los que estén en el campo no entren en la ciudad. Serán días de castigo en los que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta y criando en esos días! Porque habrá gran tribulación sobre la tierra y cólera contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, irán cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles”.
Estos acontecimientos constituirán
una gran abominación para toda la
ciudad y la desolación le seguirá. Es en el lugar Santo. Es Jerusalén. Y esto
forma parte, justamente, de estor últimos
Tiempos. Una tercera parte de
En nuestra época, existe la amenaza de guerra en el Medio Oriente. Yo repito:
Mateo (24, 21-22): “Porque entonces la tribulación será tan grande, como no la hubo desde el principio del mundo hasta ahora ni la habrá jamás. En aquellos días, si no se acortasen, nadie se salvaría; pero, en atención a los elegidos, aquellos días serán acortados”.
Resurrección
En San Pablo (1 Tes 4, 15-18): “…Nosotros los vivos, los que estemos
todavía al tiempo de
Apocalipsis
(5, 10): “Tú has hecho para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes reinando sobre
Apocalipsis (20, 6): “¡Bienaventurado y Santo el que tiene parte en la primera Resurrección!; sobre éstos no tiene poder la segunda muerte, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo, con el que reinarán mil años”.
Yo sé, Señor, por qué Vos me habéis hecho tomar
Estas últimas visiones, dadas en sueños, debían ser confirmadas por los profetas antiguos. Mis sueños, y su explicación, debían reencontrarse con los antiguos profetas, para manifestarse semejantes a Vuestro Pueblo de hoy, que tiene la cabeza dura, aún más que los hijos del Antiguo Testamento.
Ellos van a entender, por fin, todo
cuanto Vos hacéis para invitarlos a comprenderOs y amarOs. Y para eso, era
necesaria esta confirmación, a través de
Señor, el escrito que Vos me habéis
dado el 1º de junio de 2007, confirma
Y en el escrito del 2 de junio de
2007, JESUS confirma que estamos “a la expectativa de un gran acontecimiento, y
Es el Tiempo del Encuentro. La
multitud fluía de todas partes hacia esa Catedral. Todos los habitantes del
Cielo están advertidos, ellos exultan de alegría. Y esta inmensa Catedral, cuya
torre del campanario sobrepasa a todos los edificios, es Jerusalén,
En este día, si yo no leyese
[1] Todas las citas son extraídas de