JESUCRISTO NOS CONDUCE

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18 de enero de 2008.

 

 

 

JESUS:

            Todas las personas deben saber que, para ser engendrados por el Espíritu de Dios, todos los hijos de Dios deben ser nutridos mediante un Alimento espiritual, de las Palabras de la Escritura y vivir de toda Palabra de Dios. Es así que ellos pueden crecer espiritualmente.

            Al Regreso de JESUCRISTO, si nosotros hemos crecido espiritualmente y si nuestro carácter espiritual está maduro, naceremos del Espíritu y pasaremos a ser hijos de Dios, siendo los hijos de la Resurrección (Lc 20, 35-36), como Cristo es constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu, por Su Santa Resurrección (Rom 1, 4).

            Siendo Dios Espíritu, quien quiera nacer del Padre Celestial, nacerá como Espíritu. El se compondrá por la misma Sustancia que Dios. Tendrá un Cuerpo espiritual, tal como Cristo. Será glorificado y recibirá un poder espiritual extraordinario.

            Como lo muestra Juan (1 Jn 3, 9), una vez que hayamos nacido de Dios, en la Resurrección, nosotros ya no podremos pecar más, porque poseeremos enteramente el carácter divino perfecto.

            Pidamos todos a la Santa Iglesia este Alimento de la Palabra de Dios y de la Santa Eucaristía.

 

JESUCRISTO nos conduce.

 

   

           

 

 

 

 

Lc 20, 35-36: “Pero los juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y en la Resurrección de los muertos, ni tomarán mujeres ni maridos, porque ya no pueden morir y son semejantes a los Ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la Resurrección”.

 

Rom 1, 4: “constituido Hijo de Dios en todo Su Poder según el Espíritu de Santidad, por Su Resurrección de entre los muertos, Jesucristo, Nuestro Señor”.

 

1 Jn 3, 9: “Quien ha nacido de Dios no peca, porque la simiente de Dios está en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios”.