A NUESTRO DIOS DE AMOR

*******

 

15 de enero de 2008.

 

 

JNSR:

            Dios mío, Vos sois mi Amor. Hoy, de cara al Mundo, yo Os grito mi Amor. Vos Os abrís a mí, con una facilidad tal que yo puedo leer en Vos como en el más maravilloso libro. Sí, Vos me amáis como jamás persona alguna me ha amado ni considerado. Yo me siento grande con Vuestro Poder de Amor, bella con Vuestra Belleza y sensible como el viento sobre Vuestros cabellos, tan sedosos, que cubren Vuestros hombros.

            Oh, Señor, ¿por qué revisar las antiguas profecías llenas de batallas, de choques, de destrucciones y, sobre todo, de castigos merecidos? Vos podéis resolver todo, Vos podéis dar todo. Retirad el mal de hoy y dadnos el bien, mañana.

            Oh, Señor, Vuestra magnificencia puede tornarnos mejores. Por eso, mostraOs a cada uno de nosotros, porque yo siento ya Vuestra Santa Presencia, tan dulce y cariñosa para con nuestros corazones.

            Qué importan esas guerras que parecen prepararse, siempre a causa de las riquezas que se encuentran en el suelo de algunos países, y que son necesarias para aquellos que están desprovistos de ellas. ¡Cómo se las envidia y desea! Dad a sus corazones Vuestra Santa Misericordia y dad también, a aquél que se queja, la gracia de ver claramente que Vos ya les disteis todo en su país y que él no ve aún, a causa de la envidia y los celos que de él se apoderan.

            Pues al más pobre, Vos lo habéis hecho rico de Vuestro Amor. ¿Lo sabrá él, para creerse tan olvidado por todos? La riqueza no es nada, comparada con Vuestro Amor. La pobreza no es nada ante Vuestra Misericordia. ¡Vos no habéis ejercido aún Vuestra Santa Justicia! Y si ellos están en guerra y en plena tribulación, es en pago de su ingratitud, los unos por poseer, los otros por no compartir; y los más innobles, simplemente por quitar la Vida, ese Don que Vos nos habéis dado gratuitamente.