JESUS UNIFICADOR
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30 de agosto de 2007.
San
Fiacrio
JNSR:
Dios mío, ¡que se haga Vuestra Santa Voluntad! Yo Os escucho, Señor.
Amable JESUS, ¿cuál es Vuestra palabra para hoy?
JESUS:
Sí, Yo te hablo para todos. Tú recibes Mi
Santa Palabra con mucho Amor, guiada por el Espíritu Santo, que no cesa de
ayudaros a proclamar
Hoy, los Pueblos
comienzan a verse tal como ellos se han vuelto: pobres, salvajes, desprovistos de valor, incapaces de analizar su
propia situación. Cada uno de ellos quiere levantar su Torre de Babel, para medirse con su vecino. Esta Torre, ellos la
tratan de levantar incluso sobre sus cadáveres,
sus propios hermanos, aplastando incluso el
germen de vida.
Su fuerza para vencer, a pesar de su
fracaso cotidiano, constituye la pérdida
de los otros. Aún de lo que ellos llaman el poder monetario. Al elevar, cada uno, su Torre de Babel, ellos
entran uno tras otro en su propia confusión.
Ninguna puerta se abre, ellos se encierran en su propia trampa y, día tras día, el sistema
monetario se hunde, por no escoger el
único objetivo posible e
indispensable, que es el Amor. Cuando
se tiene un corazón lleno de Amor, se mira al otro antes que a sí mismo.
Al renegar de Dios y
de Su Santa Ley, el hombre se apaga y
apaga todo lo que le rodea. Entonces, ningún otro hombre puede portar
No dejéis que Mi Santa
Luz desaparezca de vuestras vidas. Ya comenzáis a andar a tientas. Dios llama al mayor número de hijos hacia El,
incluso en las regiones más áridas. Por todos los medios posibles, buscad a
vuestros hermanos dispersos. Decidles:
“Vuestro Dios, el
Único Dios que existe, os espera,
¡apresuraos!”
La más bella y más urgente mundialización que debe triunfar hoy, es
JESUS puede unificar todo,
porque Yo puedo unificarMe a Mí Mismo
en todos vosotros.
JESUS Unificador
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