MI PALABRA SE CONFIRMA

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28 de agosto de 2007.

 

 

JNSR:

            Señor, habladme. Que se haga Vuestra Voluntad. Habladme, mi Dulce JESUS, yo Os escucho.

 

JESUS:

            Tú tienes razón al decir que Mi Palabra es dulzura para tu corazón. El Sufrimiento es reparador, pero es como un cirujano en acción. El repara, pero hace daño. Es como la espada de dos filos. Corta el Mal, pero es para separarlo para siempre, y para hacer del hijo enfermo un hijo sano, un hijo que va a comprender, en lo sucesivo, lo que está mal y de lo que deberá separarse para siempre.

            No confundas el espíritu del hombre que piensa en el Bien y que no llega a seguirlo, con el Espíritu de Dios, que te guía siempre, respetando tu pensamiento. Tú identificarás Su Presencia que te habita, en una profunda Paz, a fin de que Le reconozcas.

            El es Paz y Fuerza para que tú cumplas la Voluntad de Dios. No busca nada, el Espíritu habita en aquellos que se abandonan a vivir en Dios en la Obediencia. Pronto, los hijos de Dios se reconocerán en Dios y se reconocerán hermanos entre sí.

            El toque de Dios es como la marca del hierro al rojo vivo sobre la piel, una marca de por vida, pero sin dolor. Dios reconoce a los Suyos, así como los Suyos Le reconocen a El. Vosotros no podéis engañaros, si os dejáis sumergir en el Amor de Dios.

            El Reencuentro se hará cuando vosotros estéis listos. Es por esto que Yo os informo: no toméis nada a la ligera, cada lección que Yo os doy completa a la precedente. Como en una escuela, los Santos Ángeles vienen a vosotros para explicaros lo que vosotros no habéis comprendido bien. Y vosotros sois informados de toda la Verdad de Dios.

            No temas; lo que tú dices y dirás, pasa antes por el grupo de los Ángeles Verificadores, a fin de que tu información corresponda a la de Dios y que tú no puedas difundir otra cosa que lo que Dios te da para todos.

 

JESUCRISTO

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Etienne:

            A veces tú te preguntas: “¿quién me habla en este momento?” y tú sientes que la Palabra de Dios no cambia, pero pasa de unos a otros, entre los que te vienen a informar.

            No tengas ningún miedo: yo te dije que la Escuela de las almas de Dios se forma ya por el Maestro. Y los Santos y los Ángeles tienen la custodia de Su Santa Palabra. Nada de lo que procede del Cielo está sin la Marca de Nuestro Dios Creador, Padre de Nuestro Señor JESUCRISTO y Padre de todos aquellos que Le sirven, en el Cielo así como en la Tierra; y tú, tú formas parte de ellos.

            ¿Crees tú tener un grado mayor que los otros? No, tienes tan solo un Favor del Padre, que ha puesto Su Santa Mano sobre ti, para tu fidelidad a Su Palabra. Todos nosotros estamos de rodillas delante de la Palabra que es Dios. Y nuestro Amor iguala al tuyo, el tuyo iguala al Amor de aquellos que están contigo en el Amor del Padre, del Hijo y del Santo Espíritu.

            Dios te pide no desesperar por la impaciencia de saber lo que vendrá después de cada Mensaje, porque tú lo sabrás a tiempo; cada cosa a su tiempo.

            El Cielo está abierto, yo te diré: ya estamos en las tres cuartas partes, porque es una medida que puedo darte para todos. ¡Esperad! La Maravilla llegará pronto. Yo estoy tan impaciente como tú, por volver a veros a todos.

            Sí, tú sabes quien te habla. Yo soy Etienne, tu pequeño Hijo de Luz, que te guarda en su corazón de Hijo de Dios. Como no sabes que tú eres tan pequeña que yo te puedo ver, permanece humilde y perdona a todos, aún a aquellos que, según tu impresión, no te comprenden y son duros contigo. Yo te amo por todos, y tú, ámales, porque nosotros somos ya UNO en Dios.

            Sí, habla a mamá, primeramente, sobre todo lo que yo te diré. Tú eres el medio de comunicación y yo soy la voz autorizada que te informará a veces, pues JESUS me lo permite. Yo soy como el Ángel de la Guarda de vosotros tres. Dime, ¿adónde has ido esos cinco días? No muy lejos. El Cielo también se desplaza para algunos. Bendito sea El que viene, es el Señor, JESUS el Bienamado.

 

Etienne y sus hermanos en Dios. †