EL VIAJE DE ÉTIENNE EN SU FOTO

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19 de agosto de 2007.

 

JNSR:

            Señor, hágase en mí según Vuestra Voluntad. Yo desearía escribir lo que me ha sucedido aquí mismo, en mi casa, el jueves 16 de agosto, el día siguiente a la Fiesta de la Asunción.

            Hay cosas que parecen inexplicables y sin embargo, son ciertas. “Lo que has visto ha sucedido verdaderamente”, me dice JESUS.

            Sobre el aparador del comedor, yo tengo mi pequeño altar con las imágenes de JESÚS, de MARIA y de otros Santos del Cielo, con las fotos de mi esposo y de mi mamá, ya en el Cielo. Y además, la foto de Etienne, a quien llamo “mi bello Hijo de Luz”.

            Fallecido a los 27 años, en un accidente de automóvil, él es el hijo de mi amiga Ana María, de Bélgica y hermano de Alain, quien ha creado el sitio en Internet, jnsr.be, donde se difunden los Mensajes recibidos “Después del Secreto de María”.

            Yo he “adoptado” a Etienne y he colocado su foto al lado de la de mi marido Antonio y la de mi mamá. El nació el mismo día y el mismo año que mi hijo menor; ellos son “gemelos”. Este bello muchacho tiene una sonrisa maravillosa, una mirada tan dulce y risueña a la vez, que llego a hablarle, como le hablo a mamá o a Antonio, todas las mañanas, con mucha familiaridad y amor. Y luego, yo rezo por cada uno de ellos.

            Es así que ese día 16 de agosto, yo me doy cuenta de que Etienne ha dejado su sitio, su foto no está sobre el aparador. ¿Adónde habrá ido este Chico? Nadie ha venido a mi casa y menos, osaría tocar esas fotos. Al principio, yo busco por todas partes, aún sabiendo que no he movido ninguna de las fotos.

            Después, pienso que ayer, Etienne ha volado, en el día de la Asunción, para ir a visitar a Nuestra Madre del Cielo. ¡Dios mío, qué historia! ¿Quién me va a creer? Continúo entonces buscando, por detrás y por debajo del aparador, sin encontrar nada. Y cinco días después…

            El domingo 19 de agosto, nadie puede venir a buscarme para ir a la Misa. Entonces, yo sigo por televisión una bellísima Misa celebrada en Bélgica por el Obispo de Namur, Monseñor André Mutien LEONARD. ¡Qué alegría! ¡Qué estupenda homilía! ¡Oh Dios mío!, cómo agradecerOs, porque yo conozco a Monseñor y le he hablado en Namur, a favor de todos los refugiados que llegan a nuestros países de Europa.

            Para agradecer a Dios, me dirijo a mi pequeño altar, en el aparador, donde se encuentra mi JESUS y ¡sorpresa y alegría!, ¡mi bello Hijo de Luz ha regresado a su lugar, entre Antonio y mamá!

            “¿Pero de dónde vienes, Etienne? ¿Puedes hablarme? ¡Yo no hago más que llorar!” Etienne estaba ahí, para asistir a la Santa Misa conmigo (el televisor está justo al lado). Yo rezo, lloro, tiemblo… ¡Etienne ha regresado después de cinco días de ausencia! Y he aquí que Etienne va a hablar a cada uno, en este domingo 19 de agosto de 2007.

            Yo debo decir que si escribo estas confidencias de Etienne, es porque ellas pueden servir a algunos, y lo hago, pidiendo a mis amigos de Bélgica, la mamá y el hermano de Etienne, que me perdonen por revelar sus palabras, que nos conciernen a los tres.

 

Etienne:

            ¡Dios mío, qué difícil es manteneros a todos en paz! Vosotros tenéis la fortuna de que yo me pueda trasladar. ¡No comprendéis que vosotros estáis todos en el plan de Dios!

            Evítate ir a otros lugares, hermano mío, y no olvides que nada es más importante que el sitio de Internet que Dios ha puesto bajo tu responsabilidad. No lo olvides.

            Y tú, mamá, no lo desvíes más de lo necesario. Yo os amo, yo te amo, mamá. Muchos islotes de Gracia se forman ahora sobre la Tierra. No pongáis el vuestro en peligro.

            Fernanda, presta atención, porque yo estaré siempre presto a volver, si Dios me lo permite y así, tú sabrás que nada más interesa.

             Confidencia de vuestro pequeño Etienne, viajero.

 

JNSR:

            Etienne fue, seguramente, a pedir Perdón a la Santísima Virgen María en ese grande y bello Día de la Asunción, así como a Nuestro Señor JESUS: Perdón por cada uno de nosotros que a veces fruncimos el ceño.

            Sobre todo porque después de su trabajo, Alain se debe ocupar además, a menudo de noche, de Internet. Y él está fatigado, y a veces exhausto.

            Mas yo me acuerdo de que en San Damiano, durante la procesión que yo seguía, muy fatigada, yo dije: “Señor, yo no puedo más”. Yo había rezado por la conversión de mis cinco hijos y JESUS me respondió: “Toma una Cruz de más, y no sentirás más la tuya”

            Y esto se ha revelado exactamente, porque yo he rezado por una familia en la que dos personas tenían una enfermedad incurable. Yo no sentí más mi propio dolor y aquél padre de familia ha sido curado de un cáncer de hígado. Sí, por Dios, se debe soportar todo sin quejarse, si se quiere contentar al Señor y obtener una Gracia.

JNSR