¡ES EL MANÁ!

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Lunes, 4 de junio de 2007.

JNSR: Yo debía recibir a mis amigas en casa este lunes y, la noche anterior yo tuve un sueño:

“Yo estaba en mi sala de estar, donde se encuentra un gran sillón-cama. En él se sientan quienes me vienen a visitar, mis amigas, mis hijos. De repente, lo veo recubrirse con un polvo blanco, en forma de copos. Imposible sacarlo de ese sillón, donde se amontonaba. Cuanto más sacudía, más polvo venía.

Traté de lavar con agua la tela del sillón. ¡Imposible! Al momento estaba de nuevo todo blanco. Yo me dije: tanto peor, esto no sale, ellas van a tener que sentarse sobre ello.

Mis amigas acaban de llegar. Yo no les he contado este sueño porque, justo antes de su llegada, yo he oído en el corredor, delante de la puerta de la sala de estar: “¡es Maná!”.

Era la respuesta a mi sueño de la noche. Entonces, comprendí que la Palabra de Dios que yo recibía, era ese Maná que yo debía compartir con todos aquellos a quienes yo pudiera decirla, en particular con mis amigas, a quienes esperaba. Y que este Mensaje maravilloso que Dios me había dado el 1º de junio, Fiesta del Sagrado Corazón, podría ser dicho en todas partes (esperando la Señal que Dios nos dará para seguirLe).

Con este sueño, yo tuve la señal de liberar ese Mensaje, la señal que nosotros esperábamos para darlo al mundo.

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