YO SOY EL AMOR

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1 de junio de 2007 

 

 

JESUS:  Por más que el Señor os haya suplicado que gritéis sobre los tejados, vosotros no veréis la necesidad, ni tendréis el coraje, no haréis nada. Para gritar, se requiere tener voz, y esa Voz, es la de Cristo que grita en ti; pero ¿la has acogido tú en Verdad, como El te lo pide? Tú has reducido todo a lo social, como una prioridad que no depende más que del hombre.

A cada ser de esta época, Yo quiero dar Mi Testamento de Amor.

            Para continuar viviendo, ¡amaos! La Fe no puede alcanzar su cima, más que en el Amor. Las diversas religiones son como planetas, que gravitan alrededor del sol, del Solo y Único Dios, Nuestro Padre de los Cielos.

            Lo esencial llegará en el Día de Dios, porque aquél que está en el Camino del Amor, está forzosamente en el Camino de Cristo. En Nombre de Cristo, de Aquél que inventó el Amor, que es la llave de todas las puertas, incluso de la más fuertemente cerrada, Nosotros proclamamos que todas las puertas se abrirán en breve: no será en nombre de la inteligencia, sino en nombre del Amor. Este Amor, por contagio, acabará por tocar a todos los corazones.

            Cuando el hombre menos lo espere, Dios lo envolverá en Su Torbellino y, poco a poco, la Tierra entera experimentará esa maravilla que es el despertar al Amor. Entonces, el hombre será verdaderamente un Viviente y será cuando él, libremente, pedirá a Dios cambiar su vida con la de Dios.

            De repente, este despertar será como un descubrimiento: el hombre se conocerá como lo que él es en Verdad, un hijo de Dios, una chispa de este inmenso Amor Vivo que da sentido a la vida. Porque la vida, la Verdadera Vida en Dios, es un fuego de alegría que abrasa todo el cuerpo, que tiene ansias de danzar al son de una música desconocida, que no es de este mundo. Ella procura una ligereza que eleva el alma, hasta entrar en el Reino de Dios. Ya desde este mundo, las almas que tienen esta inspiración, pueden penetrar en Dios, que es el Reino.

            Delicias de los Ángeles, de los Santos, de los Patriarcas; volando, no hacia lo desconocido, sino hacia el Padre que es todo Amor; reposo del alma, reencontrado con la alegría de agradar a Aquél que es Alegría, Aquél que tiene todo y que no sabe más que compartir; Aquél que es todo, porque todo está en El. El es el Infinito y, por Su hijo, el hombre, Se hace infinitamente Pequeño, a fin de visitarlo y de entrar en él, en ese pequeño aposento que es ese corazón de hijo.

            Pero debes saber que este aposento puede ser como el Infinito, porque tu Padre, que es Dios, lo ha deseado para El. Por lo tanto, El va a modelar tu corazón a Su Dimensión y hacer entrar en él Su Cielo completo.

 

¡Hombre! ¿De qué tienes miedo? ¡Dios está en ti y tú en El!

 

            “¿Cómo?”, dices tú a Aquél que es tu Dios. Pues justamente a causa de su Amor por ti. AmaMe, como Yo te amo y, también tú, tú podrás hacer entrar a todos tus hermanos en Mí… por ti, pequeña nada, porque sólo el Amor puede hacer ese Milagro.

 

Dios ha hablado a todos los hombres

Yo SOY el Amor.

† Amén