SEÑOR, ¿UN
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30 de mayo de 2007.
JESUS: No guardéis rencor por nadie. Todas las
animosidades que os atan en
El hombre se encierra
en lo que él cree sea “su dignidad” y
rehúsa dar su Perdón. De este modo, son dos los que se separan de Dios, dos a
vivir sin Mi Luz. Y más aún, ese desacuerdo rompe el eslabón que
transmite Mi Conocimiento a numerosos hijos, que están ligados a esta misma
cadena.
Las familias sufren
igualmente lo que los hijos han preparado, incluso después de largo tiempo.
Porque, las familias que han procedido sin dar su Perdón, han dejado esta
herencia a su descendencia. Estas ataduras, que retienen al Perdón prisionero,
son tan tenaces, que Yo os pido, cualquiera que sea vuestra generación, dar
vosotros mismos el Perdón a la persona condenada, así como a aquella que la
condenó. Porque
Si vuestro amadísimo
Papa Juan Pablo II ha perdonado, lo ha hecho de manera completa, por los
dos bandos. Y ese Perdón va hasta lo profundo de la raíz, anulando todo
desencuentro y todo odio.
¡Bendito sea aquél que perdona en el Nombre del Señor!
Amén.
Orad a vuestro Papa
Juan Pablo II. Yo pido a cada uno, orar por aquél que representa a
El hombre que
encuentra la solución de los problemas de
JESUS de Nazaret †
Amén
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† †