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Domingo,
6 de mayo de 2007.
JNSR: Esta
mañana, yo escribo para Nuestro Dios de Misericordia. Yo siento que nosotros
hemos desatendido lo que El nos pide escribir y que, por ello, nosotros
retardamos la marcha de su Plan y quedamos detenidos.
JESUS:
Eso es verdad, hija Mía, que en el momento en que
comienza el relato que Yo te he dado,
No se
trataba de salvajes. Ellos estaban bajo
Ellos
estaban en busca de Dios, ese Gran Desconocido, a quien ellos temían y
buscaban para su protección, porque ellos estaban expuestos a todo, el intenso
frío, el hambre y la enfermedad. Ellos fueron los primeros en sufrir las
consecuencias del Pecado Original de sus primeros padres.
Adán
había sido sacado del suelo y, por él, todos vosotros habéis recibido el Soplo
de Dios, que es Espíritu Santo. Vosotros no podéis llamar salvajes a los primeros hombres pues, con ellos, vosotros sois
hijos de Dios.
Lo
que Yo te he dejado ver, es
Así,
Yo os digo: lo que Dios os da, no puede ser rechazado. Tal es la marcha de Mi
Plan dado a los hombres. Es por eso que Yo detengo este libro un momento.
JESUCRISTO,
Señor de
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