EL SEÑOR DE LA HISTORIA DEL MUNDO, JESUCRISTO, OS HABLA

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13 de abril de 2007.

 

 

JNSR:   Señor, mi Amor de siempre, ¿quién soy yo para que Vos me deis todo esto?

 

JESUS:            EscúchaMe. Tú tienes todo en ti y Yo te abro a Mi Palabra, como se abre un cofre de tesoros hallado en la bodega de recuerdos antiguos. Estos tesoros no tienen precio. Yo quiero distribuirlos, en primer lugar, entre aquellos que van a apreciarlos en su justo valor.

            Es tiempo de que tú Me descubras,                              

                                  que tú te descubras,

                                  que todos Me descubran: ayudados o inspirados, ellos serán librados de esta confusión.

            Nadie podrá considerarse inocente, diciendo “que él no sabía”, porque cada uno deberá tomar su lugar y avanzar hacia Mí. Yo llamo uno por uno a aquellos a quienes Yo asigno los primeros lugares y luego seguiréis vosotros. Dondequiera que estéis, vosotros igualmente Me seguiréis, en el puesto que Yo os asigno. Sed prudentes, no os precipitéis. Escuchad lo que dice la Palabra:

            En el origen de vuestra Historia, estaba Dios. Pero el Eterno siempre ha estado ahí, pues El no tiene comienzo ni fin. El es la Inmensidad, el Infinito, el no Creado. En El, Su Hijo Único y Su Espíritu Santo vivían y viven. Es el mismo Dios. Era a través de Su Verbo que Dios hablaba, y este es Su Hijo, que está en El, que descendió de la casa de Su padre para hacerSe el Dios Encarnado. Se Le dio el Nombre de JESUCRISTO, YHShWH. Verdaderamente, Dios permanece siendo Uno, al sumar las Tres Personas, que ES Dios Eterno, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

            No hagáis de algo real, un Misterio. En esa Nube donde estaba Dios, vivían igualmente el Hijo Único y el Espíritu Santo: un solo Dios en Tres Personas. Todo era Nube, porque todo vivía en esa Nube antes de nacer al Mundo. En esta Nube Infinita estaba Dios.

            El PADRE os dice: Yo ESTOY en esta Nube Eterna que recubre todo, que contiene todo, que encierra todo. Los primeros ocupantes son aquellos que forman este Dios de Amor que es Padre, que es Hijo, que es Espíritu Santo. Dios es Único en Tres Personas.

           

            El Se va a mostrar a Moisés. El le va a hablar.

            El le va a inspirar Sus Mandamientos, a través de Su Espíritu Santo.

           

            Mas el Padre y el Hijo envían al Espíritu Santo, que Les precede siempre. Porque el Espíritu Santo, que es Señor y que da la Vida, procede del Padre y del Hijo.

            El Padre Eterno contenía en El, Sus Tres Santas Personas, así como a todo el Universo, con toda Su Creación completa. Cuando vosotros habláis de la NADA, comprended que Dios es un Todo y que tiene Todo en El. La nada existe cuando Dios Se aparta.

            Mi primer “parto” fue el del Universo, que estaba en Dios, como todo lo demás. Toda Mi Creación ha tenido su hora de Gloria: ella ha conocido a su Creador que la ha puesto en el mundo. Ella ha salido, como toda cosa creada, del Seno de su Creador.

 

Toda Mi Creación se acuerda y se acordará de Mí,

que soy Padre y Madre a la vez.

           

            Expulsar fuera de sí a un hijo, para nacer en la Tierra, no le da el derecho de olvidar a su Creador y Padre, y a sus padres, que Dios ha escogido para este nacimiento. Porque todos y todo viene de Dios. Amén.

            El cielo, con todo su adorno de estrellas, el sol, la luna, los planetas, la Tierra vestida de verdor, los mares, con su arena o las rocas en forma de encajes, son otras tantas de las criaturas a quienes Yo he dado Vida, nacidas del Único Creador a quien ellas deben Amor y Respeto, pues Dios es Amor y Perdón. Todo, Todos, hasta la más pequeña margarita, han salido de la Nube donde Se encontraba Dios.

            Y vosotros, hijos Míos, estáis listos para recibir hoy el Don maravilloso de Dios: el de pareceros a vuestro modelo, el Hijo Único de Dios. Vuestra vida en la Tierra es como la marcha extenuante de Moisés con el Pueblo de Dios por el Desierto, hacia la Tierra Prometida. Después de haber probado los frutos del camino, buenos o malos, después de haberos dejado libres de rechazar o aceptar todos esos frutos amargos, inflados de placer y de orgullo, Yo os invito a aceptar sólo aquellos que pueden nutrir vuestro cuerpo y vuestra alma.

Ha llegado el tiempo de nuestro Encuentro.

 

            Este es el tiempo que Yo he escogido, en el cual el hombre es invitado a hacerse Santo, para vivir la vida para la cual él ha nacido. Hombre nacido, como toda cosa en este mundo es nacida de Dios, por la Gracia de Dios y para la Gloria de Dios, tú vas a conocer a tu Creador. Prepárate para este Encuentro. Es en ti, donde Dios desea verSe como en un espejo. Tú eres Mi hijo, Yo soy tu Padre.

 

JESUS:            Tú puedes encontrarMe en cualquier sitio, en este Tiempo de la última Tormenta, este Tiempo que es también el de la Gracia. Yo no soy el Viajero que llega a tu ciudad para quedarse largo tiempo. Yo estoy aquí, o en otra parte. Mas, todos los ojos Me verán, en el Gran Día de Mi Llamada. Yo descenderé de la casa de Mi Padre. ¡Todo ojo Me verá!

 

JESUCRISTO, el Señor de la Historia del Mundo. † Amén.

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