EL ANUNCIO DE MI REGRESO EN GLORIA

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26 de marzo de 2007.

JESUS: Como el sol, que ilumina y calienta toda Mi Tierra, Yo Soy el Sol que da Vida y Luz a Mis almas. En el tiempo del gran Anuncio, ¿iré Yo a dejar a Mis almas sin Mi Conocimiento? ¡Su elección debe hacerse a plena luz!

El Candelabro de oro puro está bien cerca de cada una de ellas. Mi Santa Presencia les es indispensable: Yo Soy la Luz del Mundo.

Yo ya te lo he dicho: “Yo comienzo por aquellos que ignoran Mi Verdad”.

En estos tiempos en que la oscuridad ya ha cubierto las tres cuartas partes de la Tierra, Yo vengo a liberar a Mi Pueblo. Vosotros veréis entonces donde están Mis hijos. Yo les envío Mi Espíritu Santo, que se hace el Instructor y el Consolador que cura toda herida.

Mis almas, heridas por tantos años de oscuridad, sienten la necesidad que tienen todos los niños pequeñitos que han estado separados por largo tiempo de sus padres. Ellas quieren arrojarse en Mis brazos, tocarMe hasta que nazca en ellas esta fibra, necesaria a la Vida, que une el hijo al padre y el padre al hijo, tanto tiempo ausente de la casa paterna. Ellas desearán tocar Mi Corazón, Mis hombros, acariciar Mis cabellos, besar Mi Rostro.

Así, el Espíritu Santo, que gime de Alegría en ellas y con ellas, les hace acercarse unas a otras. Y, como cada una ya está habitada por Dios, ellas se vuelven a encontrar enlazadas, llorando de Alegría y abrazándose como los niños pequeños en los brazos de sus padres. Dios, hoy, viene a habitar en todos Sus hijos de la Tierra.

Si Yo permanezco todavía oculto a vuestra vista, es en atención a Mis últimas Ovejas, que aún están en camino. Y algunas esperan su Liberación, sabiendo ya que el Espíritu Santo viene a darles una Fuerza nueva para que se liberen, ellas mismas, de ese falso redil que no tiene, ni un verdadero alimento, ni un buen pastor.

Yo vengo a llamar a Mis Ovejas por su nombre.

JESUS, el Buen Pastor,

quien os anuncia Su Regreso en Gloria.

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