A MI HIJA

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4 de marzo de 2007.

 

 

JESUS:

            Hija Mía, Yo os he dado Mi Santo Nombre y os he dado, con El, Mis atributos; acordaos siempre de ello. Dios salva en la dulzura de la Humildad. Yo soy el Salvador. 

            A cada uno de vosotros, Hijos de Mi Divino Sagrado Corazón, según vuestros méritos en despojaros de todo lo que no es Voluntad del Padre Todopoderoso, Dios os colma de Sus Dones. Y así mismo acontece con todo aquél que Me sigue, no viendo sino a su Maestro y Señor en él, porque Yo soy el Salvador del Mundo.

            Venid, Benditos de Mi Padre. La elección es de Dios. Vosotros estaréis en las mismas disposiciones de hacer las Maravillas de Aquél que os dice: Yo Soy. Sí, Yo estoy en aquél que puede decir yo soy en Yo Soy, porque Dios me ha llenado para lo que yo soy. Yo soy Su Vida. Yo soy Su Divino Corazón, porque ya nada me pertenece. Yo no soy Nada y Nada sino El, porque mi vida yo Se la he dado y mi corazón no tiene más que Sus latidos de Amor por mí. Todo lo que hago, es por El por quien lo hago. Todo lo que yo tengo, no existe sino por El. El no me guía, porque yo soy Sus pasos. Yo soy Su Palabra, que yo difundo por todas partes. Yo soy Su Espíritu que me habita. Es como si yo me desvaneciera en El, para no hacer más que Uno con El.

            Todo lo que acabas de escribir es Mío, de tu Dios, JESUCRISTO, con el Padre y el Espíritu que Es Dios. Por eso os digo: cada hijo escogido puede hacer y va a hacer Maravillas, por el Espíritu que habita en cada uno.

            El Mundo acabará por comprender que Dios regresa a este Mundo que muere, para dar lugar a ese Mundo Maravilloso habitado por Dios y todos Sus hijos fieles.

            Nuestro trabajo es el Mío. Hablad en Mi Nombre y que todos aquellos que tienen el encargo, lleguen hasta el final, porque la Tierra se abrirá pronto al Amor.

            A algunos, Yo he dado más talentos que a otros, porque ellos se han despojado, antes que los demás, de todo lo que es material y que es de viento. Ese viento que retiene a la pequeña barca que lleva a JESUS en aquél que pasa a ser como El. Mas no os dejéis impresionar, porque Dios es Señor del viento, como de todos los elementos. Yo soy el Señor que dispersa el Mal y lo conduce al abismo sin fondo. Yo soy el Señor que reúne y que une en El a todos Sus hijos.

            Vosotros veréis pronto esa maravilla que es la Reunión de todos Mis hijos, que vienen de todos los rincones del mundo a este Divino Corazón, que jamás dejó de amaros. Cada uno tiene una tarea que cumplir, para reunir a todos los hermanos en Dios. Yo pronto os hablaré más.

            Pensad que el Señor llama a cada uno y que cada uno está comprometido a obedecer al Plan de Dios, a fin de salvar la Tierra y a todos sus habitantes.

            Lo que vosotros vivís todavía debe realizarse, para que el Mundo constate que la vida sin Dios es una nada en la cual todos os estáis hundiendo. Hay una divisa que vosotros debéis admitir: Sin Dios, no hay Vida.

 

Yo Soy la Verdad, la Vida, la Vía.

Yo Estoy con vosotros,

JESUCRISTO,

Hijo del Padre de toda Bondad.