MI ULTIMATUM

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12 de enero de 2007.

 

 

JNSR:

            Esta mañana, el Señor me hizo recordar que esta noche hacía mucho calor. La calefacción estaba desconectada, así que me levanté de la cama para verificarlo. Estamos en enero y hace calor. ¿Cuál será entonces, la temperatura del mes de julio?

 

JESUS:

            Hija Mía, esta anomalía viene de la Tierra, que sufre por la negligencia del hombre. Como un hijo que olvida a la madre que lo trajo al mundo y lo ha alimentado con Amor, la Tierra, madre nutricia, no es amada. Entonces, ella llora, sufre, se rebela y pierde su estabilidad, como todo ser humano.

            Yo ya os he advertido, que en el curso de una misma jornada, la temperatura podría variar, y tendríais tanto calor, como frío. Si, por fuerza de estas circunstancias, los Países se debaten entre la sequía y las inundaciones, pronto ellos no podrán conseguir ningún fruto de la tierra, que sufre por el desarreglo de las estaciones. ¿Podríais acaso sembrar en la época de las cosechas? ¿O recolectar lo que no ha podido ser sembrado a tiempo?

            Los elementos parecer divertirse en cambiar su función, sin pensar que van a interrumpir la vida de los seres vivos. La tierra, el agua, el fuego y el aire prosiguen su ronda insoportable.

Dios, que hizo el mundo,

ha dado a cada una de Sus obras un lugar apropiado y que es complementario de la obra que se encuentra cerca o lejos de ésta, tanto para el equilibrio del mundo como para el bienestar del hombre. La más pequeña porción de bosque, cada monte de rocas o de tierra, la planicies pedregosas o los pantanos cubiertos de juncos o de plantas acuáticas, los valles modelados por un curso de agua, todo lo que hizo el Creador, fue hecho con un fin preciso.

            Es el equilibrio de toda la Creación el que demanda el Respeto hacia Dios por parte de todas Sus criaturas:

¡Oh Señor, el Cielo y la Tierra están llenos de Vuestra Santa Gloria!

            A la pregunta que Yo hago al hombre, el deberá responder: “Hombre, tú que ves sin ver, que oyes sin oír, que tocas todo sin percibir información alguna venida del Cielo, ¿acaso no oyes en tu corazón el grito de alarma de tu Tierra, ni la voz de los hombres, tus hermanos, que mueren a tu lado?”

            Ellos han huido del hambre, del frío y, sobre todo, de las guerras fraticidas. Sus bocas mudas, sus miradas atemorizadas, sus manos unidas, ellos te preguntan, ellos preguntan al Mundo: “¿Por qué pagamos nosotros por el Mundo entero? ¿Por qué no viene ningún auxilio de nuestros hermanos, que no han sufrido como nosotros? ¿Acaso no tienen ya corazón para compartir con los pobres?”

            Entonces Yo, que soy su Creador como el vuestro, Yo respondo por cada uno de vosotros:

Dios os ha creado libres, ¿qué habéis hecho de vuestra Libertad?

¡Vosotros no habéis comprendido lo que Yo os he pedido!

 

            La herencia de toda la Humanidad, vosotros la habéis desperdiciado, derrochado, quemado, aniquilado y jamás compartido. ¿Qué queda de los recursos de vuestra Tierra? Pronto va a faltar el agua dulce, y la tierra comenzará a cubrirse con la sal de los mares, que se van a desbordar. El aire puro se enrarecerá y las semillas no podrán encontrar ni la tierra, ni el agua, ni el clima convenientes para germinar: ellas van a morir sofocadas o quemadas.

            ¿Qué haréis entonces, cuando os veáis en la misma situación de miseria que vuestros hermanos, huyendo a la muerte por todas partes? Yo os lo digo: no estaréis más al abrigo, en ninguna parte del mundo, porque todo se va a desmoronar, si vuestra autosuficiencia persiste…

y Yo os planteo ahora Mi Ultimátum

 

            De todo lo que habéis visto, escuchado, sentido y tocado, ¿qué habéis retenido? No podéis darMe una respuesta, porque vosotros vivís sin vivir la Verdadera Vida, la que Yo os he dado. Vosotros os habéis apartado del Camino de Mi Verdad. Vosotros ya no podéis ver, porque habéis despreciado Mi Luz. El odio, la mentira, el orgullo, la violencia, los habéis descubierto en vuestras guerras asesinas, que seguís entablando por todas partes.

            Yo os digo: Yo puedo cambiar todo lo que no puede aportaros la Paz, la Alegría, el Consuelo, la Liberación, a cambio de la única cosa que os pido, para que podáis vivir la Vida que Dios os ha dado, en total Libertad,  en Mi Paz y Mi Alegría.

            Esta única cosa que Yo pido a cada uno, es reconocerMe como:

                           

                             VUESTRA PROPIA VIDA

 

                            

                             Vuestra paz será……………………………Mi Paz

                             Vosotros estaréis en…………………….Mi Verdad

                             Vosotros viviréis en………………………Mi Luz

                             Porque vuestra vida será……………….Mi Vida

                             Y vuestro corazón………………… Mi Divino Sagrado                                                                                     Corazón.

 

 

 

            Es por esto que habéis cambiado vuestro Nombre por el Mío, JESUCRISTO, porque el cambio ya se está realizando:

 

Yo vivo en vosotros, como vosotros vivís en Mí.

 

            Entonces, cuando todos Mis hijos comprendieren esto, y estuviesen de acuerdo Conmigo, Dios cambiará este Mundo: tendréis una Nueva Tierra y Nuevos Cielos.

Yo soy vuestra Vida, la que el Padre y el Hijo os dan,

por la Santísima Bendición

del Santísimo Espíritu de Dios.

La Santísima Trinidad os bendice.