SEGUID EVANGELIZANDO, SE HACE TARDE

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21 de octubre de 2006.

 

 

JESUS: Tú eres Mi Mano y Mi Espíritu cuando escribes para Mí, porque Yo estoy ahí, feliz de ver tu obediencia plena de Amor por Mí y por aquellos a quienes Yo escogí, a fin de ayudarlos a través tuyo. Estos hijos exilados son, en Verdad, escogidos por Dios para ser un ejemplo de Caridad. Que nadie se oponga. Yo os ayudaré. Yo elegiré, entre ellos, aquellos que os ayudarán a conducir a todos sus hermanos por Mi camino.

            Yo estoy feliz de saberos dispuestos a seguirMe, a pesar de las dificultades que vais a encontrar. Pero Yo te lo he dicho, Yo allano todo delante de vosotros, porque Yo deseo esta cosecha, para hacer de ellos un ejemplo vivo.

 

Pues sólo serán salvados aquellos que Me siguen

y Me seguirán en lo que debe acontecer pronto.

 

            Yo os puedo decir que el mundo oscilará, como un navío loco, sin timón. Esta tempestad viene por todas partes: sobre el mar, en los aires, la Tierra, el viento se alzará como una tempestad jamás vista. Muchos perecerán. Muchos serán salvados de entre aquellos que Me han elegido, pero no todos. Es por esto que Yo te digo: ahora es el tiempo de la Cosecha, hazMe conocer, hazMe amar y venir a Mí.

 

JNSR: Hubo una pausa en el dictado.

Señor, ¿Vos queréis seguir hablándome? Yo Os escucho, Gracias Señor.

 

            Yo estoy aquí, hija Mía, escucha; en la Obediencia a Dios, vosotros debéis trabajar, para que todo se haga como Dios lo desea, para el bien de todos y cada uno. Yo todavía no hablaré a todo el mundo y aquellos a quienes Yo he escogido deben obedecerMe en lo que Yo les pido. La calma de hoy no es un buen presagio.

 

Señor, ¿Vendréis Vos pronto? ¿Qué Señal anunciará Vuestra Venida?

 

            Yo deseo convencer a todos tus hermanos de que hoy día, los paganos se deben convertir. Sí, Yo te he dicho que seré Yo quien hará la Unidad, y Yo la haré porque las Ovejas Me pertenecen. Hija Mía, Yo sé que tú Me quieres ayudar, y tú Me ayudas ya por tu Amor, tu generosidad y la obediencia en hacer Mi Santa Voluntad. Si Yo te digo: ve a Marsella, tú vas allá sin preocuparte de lo que puedas sufrir o encontrar en el lugar. Entonces, tú serás enviada a otra parte y sentirás Mi Verdad, que te ayudará a cumplir lo que Yo te mande hacer. Yo no te abandonaré jamás. Yo comprendo vuestras debilidades, porque Yo tomé sobre Mí los Sufrimientos del Mundo. Liberar a vuestros hermanos, es reconocer a Aquél que os liberó en Su Santa Cruz.

 

Vuestro Salvador, JESUCRISTO.