LOS SANTOS ANGELES DE LA PAZ

*******

 

20 de octubre de 2006.

 

 

JESUS: Dios quiere que, ya en esta Tierra, os asemejéis a Mis Santos Ángeles, que son portadores de la Paz y adoran a Dios. En su apariencia, los Ángeles no son como los hombres: ellos no son, ni blancos, ni negros, ni amarillos; ellos son luminosos con los colores del arco iris y a veces tan brillantes que son transparentes.

            Al contrario de los hombres, que son materialistas, ellos no poseen ningún bien. Pero son ricos del Universo entero, ellos poseen el tiempo y el espacio. Y pueden ir a todas partes, sin edad y siempre jóvenes, ignorando la enfermedad y el dolor, inmortales, siempre felices junto a Dios, a Quien ellos adoran sin cesar. No saben sino amar y compadecerse del sufrimiento de los hombres de la Tierra y del Purgatorio.

            Poco a poco, vosotros os haréis como Mis Ángeles, vuestros cuerpos y vuestras almas se harán transparentes. Al dirigiros hacia la Pureza reencontrada, vosotros mismos haréis desaparecer el pecado que ha empañado vuestra persona, destinada a ser completamente pura y transparente, como vuestra alma en el momento de su creación, cuando el sol del mediodía no podía hallar el menor obstáculo para hacer una sombra. Vosotros seréis entonces Luz de Mi Luz, Puros de Mi Pureza.

            Los sermones deben ser perfectos: si ellos traicionan Mi Palabra, falsificándola u olvidando darla, los Sacerdotes cometen una blasfemia contra el Espíritu.

            Porque ello es traicionar Mis Enseñanzas, es ultrajar Mi Santa Palabra.

            No seáis indiferentes al Amor que Dios os ofrece. No dejéis vuestro corazón adormecido y vuestra boca muda. Vosotros debéis dar testimonio, para no traicionar a Vuestro Señor. No Me ofendáis más; vosotros Me crucificáis por segunda vez, si hacéis morir Mi Palabra y esta Crucifixión será aún más terrible, porque es espiritual.

            Y es toda la Humanidad la que va a sufrir con ello. Hoy, es ella misma, hombres, mujeres y niños de este Tiempo, quienes son llamados a conducir, todos juntos, el mundo actual hacia la Tierra Nueva. Y vosotros, que Me escucháis, haceos Puros, como Mis Santos Ángeles, desligaos del pecado. Que Mi Santa Palabra jamás sea olvidada, que ella sea dada día y noche. Ella debe vivir en cada corazón. Ella es el Alimento espiritual necesario para la Vida de cada uno.

 

Con la Santa Eucaristía, ella es vuestra Fuerza.

 

            Orad a los Santos Ángeles. No olvidéis que vuestro Ángel Guardián está listo para serviros en vuestras buenas intenciones. Cada Bautizado tiene su Ángel cerca de él.

 

Dios, en Sus Ángeles y en Sus Santos.