SEÑOR, GUARDADME, YO QUIERO HACER VUESTRA VOLUNTAD
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7 de agosto de 2006.
JESUS: Acercaos a Mi Sagrado Corazón, manteneos a Mi escucha.
Hija Mía, aquellos a quienes Yo hablo y aquellos a quienes Yo llamo, no tendrán
ni sueño reparador, ni reposo alguno: ellos tratarán de evadirse y Yo les
volveré a llamar sin cesar, porque, cuando el Señor llama, nada puede entrabar Su pedido. Y si vosotros dudáis, Mi GRITO
llegará a vuestros oídos y vuestro corazón, hasta el cumplimiento de la tarea que Yo os mando hacer.
¿Acaso no sabes tú,
que eso no puede venir de ti, cuando eres así, sacudida noche y día por alguna
cosa que no te deja tranquila, hasta que tú la cumples? Palabra del Señor. Tú
dispondrás del tiempo que te resta ahora, porque, a fuerza de dudar, vosotros acortáis el tiempo que os resta y que es tan precioso para cada uno de vosotros.
Es el tiempo del cumplimiento de lo
que vosotros debéis hacer todavía sobre esta Tierra, que va a desaparecer.
Vosotros debéis, desde
ahora, colocar en su lugar las estructuras en las que reposará el mundo que Dios os prepara y os ofrecerá
pronto. Yo os daré todo lo necesario, el camino está ante vosotros, no toméis
más que Mi Camino. Mi Voz os lo indicará.
A veces, Yo parto de
un punto, y vosotros estáis lejos de comprender el motivo de esa elección. Y Yo
os conduzco hacia el punto central donde os debéis reunir, en varios grupos,
porque Dios tiene el monopolio de las direcciones.
Tú sabes que la
partida comenzará con las visitas, necesarias para informar a aquellos que Yo
preparo: donde tú vayas, estarán los que te van a seguir. Las diversidades se
reunirán, pero cada uno de los diversos grupos se formará en su sitio, que Yo
indicaré. No te preocupes de los demás: los que tú llamarás, serán los que te
seguirán.
Muchos afluentes os conducirán, cada uno hacia el río que os recibirá. Este río es un
punto de reunión, que os será revelado cuando sea el tiempo de saberlo.
Llama ahora a los
Obreros de
Reúne las cosas personales, de las que tendrás
necesidad por algún tiempo y parte para donde Yo te llamo. Guarda tu casa, ella
es tu bien. Lleva lo que tú has reservado para la partida. Adelante, no te
retardes en visitas inútiles. El Señor
está contigo y con cada uno de los que dejas. No te vuelvas; aquél que
cumple
Todo lo que tú
escribes, lo vas a vivir. No hay
mejor prueba que esta: aquellas y aquellos que te van a escuchar, te creerán.
Yo
estoy ahí, ¿de qué tenéis miedo?
Ve, no pierdas ni un
minuto. El camino se abre delante de ti. Ve hacia los que te esperan, para ser
informados y para cumplir lo que Yo os pido: liberar los prisioneros del maligno. Ellos os esperan. Todo
comenzará deshaciendo, en primer lugar, las ataduras de los oprimidos.
Restituidles
Mi Palabra y Mis
decisiones van a comenzar por la liberación de la esclavitud actual, en toda
nación.
Amén,
ve hija Mía: tu deber es Mi Vida en cada
uno. Yo te bendigo.
Vuestro Dios de Justicia y de Paz.
Amén
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