DIOS SALVA A SUS POBRES

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2 de agosto de 2006.

 

JNSR:   Ayudadme, Dios mío, yo quiero hacer Vuestra Voluntad. Aquí, todo se cierra para mí: la comunicación con mis hijos, y hasta mis amigos, que siempre me han ayudado, ya no están disponibles. Señor, todo me recuerda el día en que Vos decidisteis que yo partiera para Bretaña. Si tal es Vuestra Santa Voluntad, ayudadme Señor, incluso con mi salud. Si no hubiere médico donde Vos me llaméis, entonces yo misma debo atender a todo lo que me es necesario para ayudar o trabajar. Yo debo estar fuerte y con buena salud. Con Vos, Señor, nada es imposible. Que Vuestra Santa Voluntad se haga, aunque yo deba dejar todo aquí. Señor, Vos sabéis que yo estoy dispuesta a obedecerOs y a seguir ese nuevo camino que Vos vais a abrir para mí.

 

JESUS: Vosotros debéis proteger los pueblos que están en vías de desaparecer en sus países.

            Las madres y sus hijos, mueren por falta de lo indispensable, en los países carentes de todo. En ciertos lugares de África, las etnias africanas dejadas en el abandono, han comenzado a desaparecer definitivamente. Las enfermedades, la desnutrición, la escasez de agua, las guerras, han hecho que ningún ser pueda vivir en su país y deban abandonar sus tierras. Vosotros debéis restituirles sus países, conforme a sus hábitos de vida, con el agua y los cultivos adaptados a la tierra que los nutre.

            Vosotros debéis preservar esos pueblos y sus países, para que ellos puedan volver a sus hogares. Vosotros hacéis eso mismo para preservar las plantas raras, hacedlo por vuestros hermanos, Dios os lo pide.

             La mano que da, así como la mano que cuida, preservará esos pueblos que Dios estima. El llamado es general. Yo pongo en su camino hijos caritativos, revestidos de la coraza de los Ángeles de la Guarda que tutelan las Naciones.

            Yo guiaré, noche y día, vuestras acciones humanitarias, y lo que Yo te digo es para todas las Naciones que reciben a esos seres debilitados, que llegan, como pájaros heridos, a varar en cada país, donde Yo Mismo les he conducido. Ellos están allí, a la espera de regresar a su país, después, para restaurarlo. Que cada uno de vosotros lo haga,  con lo que Yo doy a Mis hijos caritativos, esto es, con un corazón sincero, una voluntad regida por La de Dios, y una Fuerza concedida para cada esfuerzo. Incluso el esfuerzo de hablar ante todos los Gobiernos, que se van a abrir a su palabra, que será la Mía. Guardadles hasta Mi Regreso entre vosotros.

            Ve, ahora que tú Me has comprendido. Yo te abro todos los caminos.

            Habla, convoca, se te obedecerá, porque soy Yo el que marcha y habla en ti. Tú ya has comenzado. Señala este día, es el comienzo de una acción que se va a cumplir con todos los que te han seguido. Dios abre tu camino.

 

JESUS, vuestro Salvador,

el Salvador de los pobres,

con MARIA, Madre de las Misiones de Amor .