JNSR: mi recuerdo de Orán
*******
25 de julio de 2006.
Señor,
nada ocurre al azar, así, introduciendo la mano en el libro que habla de Orán,
como una flor rodeada de espinas, he vuelto a respirar otra vez el perfume de
mi país, mi infancia, mi adolescencia, mi vida de mujer. Yo he estado muy mal y
ese recuerdo nunca se ha borrado de mi espíritu; y como un perfume embriagador,
cuanto más lo respiro, más siento desfallecer. Y cuanto más desfallezco, más
sueño con estar nuevamente en mi ciudad natal, con todos los míos sepultados
allá, mi padre y mis abuelos.
Allá
abajo, donde yo vuelvo a ver a Mi Virgen de
“Oh, Madre de Dios y de los hombres, Vos jamás
habéis desilusionado a Vuestros hijos de Orán, menos aún a quienes han
solicitado Vuestra ayuda en una pena, una enfermedad o una contrariedad. Vos
habéis sabido dar a todos Coraje. Como una Madre extraordinaria, Vos nos habéis
acariciado y nuestra partida fue más que una muerte: Os abandonábamos, aunque
Vos nos habéis seguido a Nimes y nosotros no hayamos regresado nunca a
Señor, con el corazón oprimido, yo Os pregunto por qué razón, como humo
de opio, yo sigo sumergida en este recuerdo que me rasga el corazón y ¿qué
puedo yo hallar en él? Trato en vano de olvidarlo. Todo lo que intento, lejos
de consolarme, reaviva en mí el deseo de volver a encontrar lo que yo he
perdido. Y yo me dirijo a
¿Por
qué las personas que vivieron en aquel tiempo sabían comprender a nuestros
hermanos sufrientes? ¿Por qué éramos más escuchados? Vivíamos todos unidos y
practicábamos la caridad. Y después, de repente, todo se esfumó. Ahora, Virgen
MARIA ¿dónde estáis Vos, Vos que habéis salvado a mi país de aquella peste?
¡Los hombres Os veneraban! ¿Dónde estáis Vos?
Hoy,
los hombres se matan entre ellos, sin llamar a Vuestro Hijo Bienamado y sin
invocarOs, a Vos, Su Madre tan buena. ¿Qué hacéis Vos, Madre mía? Respondedme,
por el Amor de