¿DE QUÉ TENEIS MIEDO? ¡YO ESTOY AQUÍ!

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3 de julio de 2006. - Santo Tomás

 

JESUS: El Antiguo Testamento es la matriz del Nuevo Testamento. Todo lo que han dicho los profetas del Antiguo Testamento se cumple todavía hoy y la realización de ciertas profecías está aún por venir.

            En cuanto a las profecías del Nuevo Testamento, ellas son de actualidad. Vosotros creéis en ellas porque las vivís y aún queda por venir lo peor. Esas profecías son atacadas y rechazadas por algunos que las quisieran enterrar.

            Yo vengo a salvar el Mundo, pidiendo a Mi Iglesia que eleve Mi Santa Cruz Gloriosa de 738 metros, altura comparable a la del Gólgota, donde se completó Mi Sacrificio expiatorio ofrecido a Mi Padre por la Salvación del Mundo. Este proyecto todavía es discutido, más por sus dimensiones, que se consideran inaceptables, que por el objeto de su elevación: la Salvación del Mundo.

            La razón arremete contra la Fe y hace todo por suplantar lo Sobrenatural. El orgullo intelectual quiere destruir el “¡Todo es posible para Dios!” Yo os he dicho que Mi Cruz, pedida en Dozulé, forma parte de la Revelación y que, desde el comienzo de Mi petición, vosotros Me amordazáis, amordazando a Mi Pueblo. El tiempo que se desarrolla desde entonces, es un tiempo de rebelión. Es el Abismo que se abre más y más ante la Humanidad. El Mal ronda, desde entonces, para aniquilar a los hijos de la Cruz Gloriosa, que creen en Mi Regreso en Gloria.

            La Cruz es la conmemoración del Don de Dios para toda la Humanidad. Ella os recuerda Mi Sufrimiento con el sufrimiento de los hombres. Ella es elevada para llamar al Mundo al Arrepentimiento Mundial con el Perdón de Dios. Rechazarla, es rechazar Mi Perdón. Retardarla, es prolongar vuestros sufrimientos. Los intelectuales rechazan todo junto.

            ¿De qué tenéis miedo? Yo estoy aquí. Vosotros no borraréis Mi recuerdo. La impresión dejada en Mi Santo Sudario, era propia de la Luz de Mi Espíritu Santo sobre Mi Precioso Cuerpo. Es la fotografía de Mi Cuerpo muerto volviendo a tomar Vida: sí, Vida Gloriosa. Mi Sudario es el certificado de vuestra propia Resurrección, porque vosotros habéis sido creados a Mi Imagen.

            Vosotros podéis negar todo, como negáis Mis Hostias consagradas, que sangran para probaros que, en la Santa Misa, y a pesar de todos vuestros defectos, Yo estoy allí, Presente y bien Vivo, palpitante de Amor por cada uno de vosotros. Yo soy vuestra Luz, vuestra Fuerza y vuestra Resurrección.