ESCUCHAD A DIOS (Eliseo)

*******

17 de junio de 2006.

 

 

JESUS: Escuchad, todos vosotros que dudáis de lo que Yo hago con Mis profetas de hoy, Mis amigos fieles, que Yo Mismo os envío a vosotros. Con ellos, Yo voy a hacer cosas aún más grandes que aquellas que hicieron Mis antiguos profetas con Mi intervención.

 

Porque todo profeta es un Inspirado por Dios.

 

            El Inspirado recibe la influencia divina. Así, lo que él dice o hace es la revelación de los Designios de Dios. Yo Mismo revelo Mi Santa Verdad a un Inspirado, sea hombre o mujer. El Espíritu Santo habla en él. Lo que él tiene que decir se dirá para todos. Lo que él debe cumplir, se cumplirá tal como él os diga, para todos vosotros o para uno solo. Mi Palabra está en el verdadero profeta que os lleva Mi Santa Verdad.

“Elías fue arrebatado por un carro de fuego y caballos de fuego.

 Elías subió al Cielo en un torbellino”

            Sólo Eliseo vio lo que estaba oculto a los ojos humanos. Fue Dios quien se lo permitió, para que pudiera entender que Dios lo había escogido como profeta. El espíritu de profecía sólo puede venir de Dios. Nadie puede trasmitírselo a otro.

            Cuando Elías fue elevado al Cielo, Eliseo recogió el manto de Elías que había caído y vino a tener a la orilla del Jordán. El tomó el manto de Elías y golpeó las aguas, que se dividieron a ambos lados y Eliseo cruzó, de la misma manera que Elías lo había hecho antes y como Moisés lo hizo, a través del Mar Rojo.

            Eliseo llegó a la ciudad y la gente le dijo: “Las aguas son insalubres y el país sufre de aborto”. El les dijo: “Traedme una escudilla nueva donde pondréis un poco de sal”, y ellos se la trajeron. Eliseo fue a la fuente de agua y dijo: “¡Así habla Yahvé! Yo voy a sanear estas aguas y de ellas no vendrá más muerte, ni abortos” Y las aguas fueron saneadas, hasta hoy, según la Palabra que Eliseo había dicho.

            No vayáis ahora a creer que un poder mágico haya venido en ayuda de Moisés, Elías o Eliseo. ¡No! Sabed que nada se puede hacer sin la Oración y la intervención del profeta, que lleva en sí el Designio de Dios.

La Multiplicación de los panes por Eliseo

           

            El hombre venido de Baal-Salisá traía para Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en espiga. Eliseo le ordena a su criado: “Dáselos a la gente para que coman”. “¿Cómo voy a repartir estos panes entre cien personas?” El insistió: “Dáselos a la gente para que coman”, porque esto dice Yahvé: “Comerán todos y sobrará”. El les sirvió; todos comieron y todavía sobró, según la Palabra de Yahvé. Eliseo realizó muchos milagros.

            El profeta es investido del Poder mismo de Dios que le habla al espíritu así como al corazón. La Confianza del Todopoderoso le es concedida sin reservas.

            JESUS da la misma orden a Sus Apóstoles: “Dadles de comer”. Con cinco panes y dos pescados, todos comieron y fueron saciados. Eran 5.000 hombres y de las sobras de pan y restos de pescado, recogieron 12 canastos. JESUS es Dios, el milagro viene de Dios. Y el profeta habla y actúa sólo por la Voluntad del Todopoderoso.

            Aquél que es escogido para portar el Designio de Dios, lo lleva enteramente grabado en su corazón. En el momento oportuno, cuando un cambio debe ocurrir, como un abanico que se despliega, aparece, en su espíritu, la fase actual del Plan que se debe seguir. El profeta habla, entonces, como si aquello acabase de serle anunciado en ese momento. Cada cosa se revela a su tiempo.

            El profeta habló en el pasado, así como habla hoy. Dios ha hablado por Sus profetas de todos los tiempos.

            Como ellos ponen en duda la Palabra que Yo te he dado, tú vas a decirles: Sí, Yo te he pedido que enviases a Mi Obispo una demanda, exponiendo de nuevo, tras 33 años, los hechos ocurridos en Dozulé, desde 1972 hasta 1978. Vosotros la habéis llamado petición. Ella ha circulado a través de los países como Yo lo había deseado, dejando a la gente libre de seguirla. Mi Palabra es irrefutable. Esta segunda súplica le será enviada. Esta será Mi intervención final, que será considerada como la tercera:

            “Si el hombre no hace elevar la Cruz Gloriosa, Dios la hará aparecer, pero ya no habrá más tiempo”. Por tres veces, Yo interrogué a Pedro: “Pedro, ¿tú Me amas?, así como por tres veces Yo lancé la red para volver a pescar el SI de Mi Iglesia. Era necesario que el Testimonio de Dios se cumpliese. Yo soy todavía el Desconocido que interpela: “¡He, muchachos! ¿Habéis pescado algo?”… “Ay, Señor, hemos trabajado toda la noche sin pescar nada”. Tres días de tinieblas, como los días oscuros, esperan que la Cruz ilumine el Mundo. Yo todavía no os he dicho: “Lanzad vuestras redes a la derecha”. La plenitud vendrá con la Hora de Dios. EsperadMe. He aquí que Yo vengo. Amén, ¡ven Señor JESUS!

            Si vosotros tuvieseis Fe, como ese pequeño grano de mostaza, no seríais capaces de decir No a Cristo JESUS, porque Mi Cruz Gloriosa, es JESUS Resucitado.

 

JESUCRISTO.