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16
de mayo de 2006.
JNSR: ¡Señor! Yo siento necesidad de oirOs mucho más que de alimentarme de
pan. ¡Habladme, mi Dios! Gracias, Os escucho.
JESUS: Para vosotros el tiempo pasa demasiado de prisa, y lo
cierto es que habéis desperdiciado el tiempo que pasa: ya no es tiempo de
esperar sin reaccionar. Debéis dedicaros a comprender mejor y a recordar todo
lo que Yo ya os he dicho.
Reunid a vuestros
hijos, vuestros parientes, vuestros amigos. Dejad venir a Mí aún a aquellos que
no conocéis: si están ahí, es para escucharos hablar de Mí. El Espíritu Santo
os guiará. Dios ama a todos Sus hijos, y
para Dios ninguno es desconocido. Hoy, Yo debo deciros que la búsqueda de
La memoria viva de
vuestro origen vendrá a suplir la vuestra, porque Mi Palabra es para
Y todo lo que hacéis
de bueno sobre
Pero debéis temer a la tristeza, la contracción de una
sonrisa perdida que se hace mueca en todo vuestro cuerpo hasta haceros
enfermar. Porque no habéis sabido dar, y ni siquiera comprender el mal de vuestro rechazo: habéis dejado
vacía la mano de aquél que, tímidamente, os la tendía. Y aquél día, él partió a
la deriva hacia la playa infernal donde
se vuelven a encontrar todos los olvidados de vuestra sociedad, los
alcohólicos, los drogadictos, los sin familia. Entonces, el peligro será tanto para ellos como para vosotros. ¡Los
olvidados y el Cielo no habrán ganado nada!
Los poderosos de esta
Tierra manipulan al Estado y a los hombres del pueblo como si fueran
marionetas. Se transfieren a sí mismos todo el dinero, y la miseria se extiende
de continente a continente sobre todo el planeta, matando todas las
civilizaciones. Y entonces, he aquí la
inmigración: aquí se la sofoca, allí se la mata.
¿Qué fuerza humana
podrá resistir teniendo la puerta cerrada ante semejante invasión que busca asilo ahí donde ya se construye una
nueva prisión? Porque, si vosotros no
lo sabéis, Yo os lo digo: pronto, todos
vosotros seréis prisioneros, no del dinero que es simplemente el cebo de aquél que es el espíritu del
Mal, y que os conduce ya hacia su antro infernal. Aquél que prepara, con su
sociedad y sus secuaces, un Poder diabólico en esta última explosión económica que hará temblar el Cielo, llamando sobre
Contra este poder satánico,
Dios reacciona con Su Ejército divino y os dice:
“¡Es
El Eterno os habla. Amén.
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