ES UNA TEMPESTAD DE DIOS

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6 de mayo de 2006.

 

JESUS:   Dios ha creado todo para el Bien. Pero ningún ser puede contener todo el Bien de Dios. Fuera de Dios, ninguno es perfecto, pero cada uno posee una partícula de este Bien.            El Mundo entero contiene la mitad de las cualidades semejantes a las de Dios y, con Dios, el Mundo sería perfecto. Esto sería entonces lo que todos vosotros esperáis: un Todo, un Mundo Nuevo con los Cielos Nuevos, un Mundo de Amor.

            La desobediencia de un solo ser para con Dios, es un revés para toda la Creación. Ya por Adán, para sacarlo de donde había caído, por amor a Su Criatura, el Creador Se encarnó. El hombre verá siempre su falla a través de la Ira de Dios.

            Cuando el Amor abandona el corazón humano, el hombre rompe la Alianza con Dios. Y, por las faltas repetidas, la separación se agranda.

            Como el cisne que deja su lago y va a sacudirse a la orilla, salpicando todo a su alrededor de barro con colores del agua, del aire y del fuego bajo el sol en el ocaso, así Dios Se sacude para liberarse de la impurezas cometidas por el hombre, porque todo regresa a Dios. Vale decir que después sucede una perturbación que puede ser inmensa, larga y desastrosa: una tempestad de Dios, así como el estornudo es una tempestad del cerebro al liberarse de las impurezas que el aire puede traer. Es una Purificación, una limpieza de las impurezas.

            Sólo JESUCRISTO puede liberaros de la Ira de Dios. ¿Y por qué? Porque El toma todo sobre Sí: “¡Padre, perdónales, no saben lo que hacen!”.

            Para mostraros que vosotros acabáis de perturbar la Armonía de la Creación, Dios entra en cólera; El Se agita cuando el hombre destruye y asesina, violando Su Ley, despilfarrando el Patrimonio Divino sin compartirlo de ninguna manera, porque Dios es Padre de cada uno.  Y así, como sucedió con Adán, Dios castiga la desobediencia a Su Majestad. El Se sacude. Y Sus salpicaduras son de agua, de tierra, de aire y de fuego. Dios Se sacude, no importa dónde.

            Dios no puede perdonar la falta de respeto a Su Palabra que es Vida: JESUS es el Verbo de Dios.

            Dios no puede perdonar las blasfemias contra Su Espíritu, que es el Espíritu Santo, el Agua Viva.

            Debéis temer que los ríos se desagüen y que las fuentes se sequen completamente, porque vosotros no sabéis aún que todo Bien viene de Dios.

            Y aún no habéis comprendido que la Fuente de todas las fuentes es Dios. Vosotros no tenéis necesidad sólo del agua para aplacar la sed de vuestro cuerpo, sino de esa Agua que JESUS quiere dar a la Samaritana y a todos los que aceptan que están muriendo por haber rechazado el Agua Viva de Dios, el Amor que sólo Se bebe amando al Dios que salva.

            El agua que brota de la Tierra terminará por no saciar más vuestra sed, hasta que claméis: “¡Tengo sed de Ti, Dios mío!”

            La Tierra está muriendo. El hombre se consume poco a poco, porque no sabe beber y no quiere pedir. Así que Dios espera. ¿Desearéis acaso que espere hasta la última gota que escurra de vuestro grifo? Dios es Paciente. Amén.

 

El Espíritu Santo os habla.