TODO ESTA ESCRITO EN EL CIELO

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5 de mayo de 2006.

 

JESUS:  Hoy, Mi Palabra llena la Tierra, que no ha podido recibirla, ni comprenderla: un vaso lleno de arena no puede contener el agua para este pueblo que tiene sed sin saberlo. Pero, dentro de poco, la sed se hará tan fuerte, que este pueblo comprenderá, entonces, que necesita arrojar aquella arena inútil para poder recoger el Agua que es Vida, que aplaca la sed y sacia el hambre.

            Si vuestro corazón todavía está lleno de cólera o de odio, o simplemente de prejuicios, ¿cómo podréis acoger Mi Palabra? Así, vuestro espíritu es semejante a aquel recipiente lleno de arena, habitado por pensamientos negativos, ideas malsanas y resentimientos, incluso contra vuestro Dios: ¿cómo podréis entonces, acoger Mi Espíritu Santo que es Paz y Amor?

            “Si tú conocieses el don de Dios y quién es Aquél que te pide de beber, tú misma Se lo habrías pedido y El te habría dado el don del Agua Viva, y tú ya no tendrías más sed”, dice JESUS a la Samaritana.

            Si vosotros rechazáis Mi Palabra de Verdad, no podréis ver el Reino de Dios porque no podréis nacer de nuevo. No escucharMe es igual a no obedecerMe. ¿Cómo podéis aspirar a la Vida Eterna si no creéis en Mí? No creer en Mi Palabra de Vida, os pone en peligro en estos tiempos tan inciertos.

            Mi Espíritu no puede soplar inútilmente sobre un pueblo que Me rechaza. No provoquéis a Dios, que quiere ayudaros. ¿No queréis Su Cruz? Tendréis entonces el Apocalipsis. Cuando el cuerpo de la Humanidad en Cruz entre en agonía, será todo lo que lo rodea lo que se prepare a morir, conscientemente o no. Pero ¿qué es lo que os conduce al patíbulo? Ante todo, vuestra voluntad, y luego vuestra fe que es tibia. Vuestro juicio personal está, también, en proceso. Ningún castigo es irreversible, y el Enemigo de la Cruz siempre se servirá de vuestras debilidades. Pero recordad siempre el combate de David contra Goliat.

            David se inspiró en el Nombre de su Dios, del Dios Único: “yo vengo en el Nombre del Señor de los Ejércitos que no vence por la espada y la lanza”. Y todos vosotros, ¿qué haréis delante del Goliat de hoy? Vosotros tenéis, todos, un arma, la misma, interior y profunda, puesto que ya está en vosotros, y es insoportable para el Enemigo de Dios y de los hombres: es la Oración. Así que, orad con todo vuestro corazón: llenad de oraciones vuestras iglesias, vuestras casas. Uníos para rezar con vuestro corazón. Dejad hacer a Dios Su Voluntad en vosotros. No impongáis a vuestras oraciones una nueva regla.  Sólo Dios sabe lo que os es más útil.

            Y frente a vuestra elección, que deposita la confianza en Dios: “Hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo”, Dios desarma al Enemigo, que no puede NADA en contra del Maestro y Señor de todo el Universo y de Sus hijos que hacen Su Santa Voluntad.  

            No os preocupéis por lo que hará Dios con Sus hijos que no Le han seguido: un día, no muy lejano, el Amor llenará la Tierra y todos respirarán el Amor. El Odio, como un gas sofocante, creyendo haceros perder el aliento, os hará cambiar vuestro aliento con el Mío. Entonces, todos respiraréis el Soplo del Espíritu Santo, que es el Viento del Amor.

            El Adversario no tiene ningún arma frente a la Misericordia de Dios. Sabed, hijos Míos, que el arma más terrible contra Satanás, es el Amor. Por qué, entonces, no Me seguís desde hoy, sabiendo que todos vosotros habéis sido destinados a la Salvación, pues habéis sido todos llamados aún antes del Pecado: y esto fue en vuestra Virginidad Originaria.

            En vosotros está no desviaros de Mi Camino, porque Yo no impongo nada a nadie: vuestro éxito está en vuestra libre elección. Pero la Bondad de Dios llega al punto de donaros un Ángel, Servidor de Dios y de los hombres en Dios: Rezad a vuestro Ángel Custodio.

            No lloréis por vuestros fracasos, cuando hayáis hecho todo lo posible para un hombre que cree en Dios. Dios conoce muy bien el fin de todas vuestras acciones, porque Yo soy el Alfa y la Omega. La Salvación que Dios os ofrece, con vuestro esfuerzo y vuestra Fe, está a medio ganar: todo está escrito en el Cielo. Debéis creer que lo que vosotros llamáis fracaso no siempre es lo que suponéis.

 

Amad y comprenderéis que

Dios es Amor.