YO QUIERO UN SI MUY AMOROSO
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15 de abril de 2006.
JESUS: ¡Gloria al Padre! ¡Gloria al Hijo! ¡Gloria al Espíritu
Santo! Que este escrito os recuerde a
todos que Dios, que ha sufrido y ha muerto en Su Cruz, ha llegado hasta el
extremo de Su Amor para salvar a cada uno
de vosotros de la muerte del pecado. Es en esta noche de
Las respuestas no
pueden venir más que del fondo de vuestro corazón. Yo soy
JNSR: Señor, en Dozulé, en la iglesia, el Viernes Santo del 28 de marzo de
1975,
Vos dijisteis:
“¿Por qué lloráis la muerte de JESUS Crucificado
si hoy El está vivo,
en medio de vosotros?”
¿Qué
nos decís hoy Vos, Señor? ¿Qué Esperanza nos dais Vos, Señor?
JESUS: Yo os repito las mismas palabras. El Viviente os
habla. Es bueno que os reunáis a Mi alrededor y que
escuchéis lo que Yo os voy a decir.
¡Bienaventurados los que tienen el corazón a Mi escucha! ¡Bienaventurados los que creen en Mi
Santa Palabra y que esperan Mi próximo Regreso! ¡Bienaventurados seréis si ya Me sentís en medio de vosotros!
Lo que Yo os he dicho
se resume en pocas palabras. Dios os ha
prometido Su Retorno, anunciado por Su Santa Cruz, elevada por
Dios no tiene más que
una sola Palabra. El Secreto está en el
Espíritu del Padre. Esa Cruz ya está levantada en Su Espíritu Santo, que
está obrando sin cesar. Querer que
esta Cruz sea elevada, debe ser el deseo de todo hombre.
JNSR: Yo deseo que sea elevada, deseo que el
Obispo
responsable diga
Sí. Pero Señor, ¿quién soy yo para pedírOslo?
¿Acaso Vos esperáis otra cosa,
Señor? ¿Y qué cosa es, mi Dulce Jesús?
¿Por qué no tenemos ninguna
respuesta, ni del Obispo, ni de Dios?
¿Ese Sí, lo sabremos nosotros?
Decidme, Señor, ¿qué debemos
hacer? Que yo pueda decirlo a todos.
Hablad, yo os escucho.
¡Mandadnos y nosotros Os obedeceremos!
Hablad, mi Dios, Os lo suplico,
¡habladme para todos!
JESUS: No llores. Yo te consolaré. Mi Corazón desea que el
Obispo diga a su Dios un sí muy amoroso
y no por miedo, ni siquiera por el mejoramiento de la vida sacerdotal o por la
tranquilidad del mundo. Antes bien, un Sí por Amor a su Dios que le pregunta,
como a Pedro: “Pedro, ¿tú Me amas? ¿Me
amas tú más que éstos?” ¡HeMe aquí esperando!
JNSR: Pero Señor, somos tantos los que decimos
que queremos Vuestra
Cruz y, ante todo, que Vos estéis feliz
con
nuestro Amor. Yo Os amo, Jesús, ¿lo sabéis?
JESUS: Sí, lo sé, pequeña flor del campo. Pero en cuanto a
él, es necesario que se de cuenta él mismo de que Yo le amo y, antes que su obediencia, antes que su acción, ¡Yo busco su Amor!
JNSR: Señor, enviad Vuestro Espíritu Santo, para
tocar su corazón.
¿Qué debemos hacer nosotros,
Señor? Vos esperáis de su parte un sí espontáneo,
y él cree que
nosotros queremos forzarlo.
El está más bien contra
nosotros, Señor, que contra Vos.
JESUS: Después de Mi Santa Resurrección, el Cielo se ha
poblado de Santos para la gran Alegría de Dios. En este día, rogad a los Santos
del Cielo y a Mis almas benditas que os ayuden. Ellos os escuchan y todo el Cielo os escuchará por Mi Santa
Resurrección porque, en aquel Día, el Padre continúa haciendo los grandes
Milagros que Su Pueblo Santo espera de El.
Mi Dulce Amor os bendice. . †
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